El oleaje de incertidumbre y zozobra en el diario vivir.
En un Veracruz campeón nacional en feminicidios.
Secuestros.
Desaparecidos.
Extorsiones.
Tiradero de cadáveres.
Y fosas clandestinas.
Un Veracruz ensangrentado.
En Juchique de Ferrer fueron degolladas cinco personas.
Una mujer y un hombre.
Y todos de entre 25 a 30 años de edad.
¡Qué duro y atroz y rudo se ha vuelto vivir en Veracruz!
Nadie, además, tiene la vida segura.
Nadie puede festinar con veintiún cañonazos de champaña haber librado la violencia.
Nadie puede cantar victoria de que ha sobrevivido o sobrevivirá al sexenio de la 4T, MORENA y el obradorismo.
La vida cotidiana, en el infierno.
A orilla del precipicio para rodar en la ladera llena de espinas, cardos y abrojos.
Seis hogares más enlutados.
Seis familias más en el desamparo.
Más cruces en el panteón municipal.
Simplemente, Cuitláhuac García no ha podido ni puede y todo indica, ni podrá.
Será principio de Peter.
Será incompetencia.
Será falta de experiencia.
Será un equipo gubernamental ineficaz e ineficiente.
Será por la política “de abracitos y besitos” a los malosos porque “también son seres humanos”.
Una semana por terminar violenta.
Los tres hombres degollados en Catemaco.
En una sola semana.

II (¡Qué decepción de Cuitláhuac García)
“La muerte (pues) tiene permiso” en Veracruz.
El jueves 9 de noviembre, otro asesinato.
El periodista, escritor y locutor radiofónico, Héctor Noguera Trujillo, ejecutado en su casa.
Y de acuerdo con la versión primaria, para robarle.
Su hija Nan Noguera así lo publicitó en las redes sociales: “Tantos planes que tenías, papá, y te cortaron las alas de una manera muy vil”.
Héctor Noguera, además, un hombre honesto y recto.
Amable, cordial y atento.
Nunca en su vida, jamás, un conflicto con los demás.
Buscando siempre conciliar y sumar.
Incapaz de causar daño a otros.
Diecisiete libros publicados.
Un tiempo, funcionario público.
Hijo de la llamada “cultura del esfuerzo”.
Asesinado como tantas otras personas de norte a sur y de este a oeste del Veracruz ensangrentado.
Por ejemplo, aquel par de doctoras, de la sexta y séptima década, madre e hija, asesinadas únicamente para el robo y en su propia casa.
Una familia más enlutada.
Una cruz más en el cementerio.
Una familia más huérfana.
Todo, caray, por la violencia incontrolable y descarrilada.
¡Ay, Cuitláhuac García, qué decepción eres y serás, digamos, para AMLO, el presidente!
¡Qué mal sigues dejando a la 4T y MORENA en Veracruz!

Posdatita: Indicativa y significativa la ausencia de la Fiscal General en el diálogo con los Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes secuestrados y desaparecidos.
Todo porque la han evidenciado.
Y, caray, el góber... solapándola.