Reporteros golpeados
**Y por la policía
**Exhibida la 4T
ESCALERAS: El jueves dos de noviembre, en Boca del Río, una más de los policías. Y de la Fuerza Civil, ni más ni menos dijera Chico Che.
Y lo peor: luego del asesinato de diez trabajadores de la información en el tiempo de la 4T y el obradorismo...
Y después de un montón de agravios en contra de reporteros documentados por la CEAPP (Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas)
Luis Velázquez
Y del rafagueo del góber precioso en contra de la prensa crítica…
Y de la denuncia de la senadora Gloria Sánchez de un Complot Mediático en Veracruz para tumbar a Mr. García (Cuitláhuac)…
La Fuerza Civil se fue en contra de par de reporteros.
PASAMANOS: Ellos informaban de la captura de par de sospechosos de un asalto en Boca del Río.
La Fuerza Civil y policías municipales y estatales atrás de los ladrones quienes viajaban en moto.
Entonces, feroz persecución.
La persecución terminó en el bulevar Rafael Cuervo, a la salida de Veracruz a la carretera federal, cuando los atracadores derraparon.
Y fueron subidos a una patrulla.
Y los reporteros los grababan.
Y los señores policías enfurecieron y los golpearon.
CORREDORES: Uno, Franco Cardel, de Crónica de Veracruz.
Y dos, Carlos Parra, del periódico digital, Veracruz en Alerta.
Golpeados por la Fuerza Civil.
Golpeados por la policía estatal.
Lesionados en la cara.
El robo de sus celulares.
El hecho noticioso llegó, incluso, a los noticieros televisivos de la Ciudad de México y transmitieron el video “en vivo y a todo color”.
Una más de la policía.
Aquella… defendida a ultranza por el góber precioso con la Ley Ultraje condenando a dos años de cárcel, mínimo, a quienes agraviaran (ajá) a los gendarmes.
Una ley con más de dos mil ciudadanos privados de su libertad y derogada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación por autoritaria y abusiva de los elementales derechos humanos.
El talante, la identidad y la personalidad, el estilo personal de ejercer el poder y gobernar de Cuitláhuac García.
BALCONES: Ni hablar, la vida en Veracruz en medio de dos fuegos.
El fuego policiaco. Y el fuego de los carteles y cartelitos.
Por ejemplo, el mismo jueves dos de noviembre, Día de los Muertitos, en la autopista de Córdoba a Orizaba, a la altura del puente de Metlac, un ADO fue asaltado. El número 0823.
Quince pasajeros despojados de su dinerito, joyitas, celulares y otras pertenencias. Eran cuatro pistoleros.
La vida cotidiana, a la orilla del precipicio. En la ladera, resbalando terreno abajo. La vida, llena de sobresaltos.
PASILLOS: Se padece un Veracruz truculento. Nadie puede festinar haber librado el tsunami de violencia, secuestros, desapariciones, crímenes, fosas clandestinas y asaltos.
Incluso, ni siquiera “los ricardos” con sus escoltas.
Por ejemplo, los asaltos a las personas saliendo del banco con un dinero retirado para las necesidades familiares.
Caray, el asalto hasta a los beneficiarios de los programas sociales.
Peor: el atraco acompañado del asesinato de las mujeres y hombres.
VENTANAS: Hay un pendiente social con el desempleo, el subempleo y los pichurrientos salarios de hambre.
Y con la miseria, la pobreza y la jodidez. Seis millones de habitantes de Veracruz los afectados con la vida precaria.
Y de ñapa, la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra.
Y, claro, su hermana gemelita, la impunidad.
La Fiscal General, disfrazada de catrina y desfilando en Xalapa para el aplauso de su góber precioso.
El único legado histórico de la 4T, la purificación moral, MORENA y el obradorismo en el territorio jarocho.