Peor legado obradorista
I (Inacabables días huracanados)
Los días en Veracruz son torrenciales. El regadero de sangre y cadáveres de norte a sur y de este a oeste.
Caray, Premio Mayor de la Lotería Nacional y el Melate si por ahí viviéramos un día blanco.
Por ejemplo, antier: En la comunidad Duraznotla, municipio de Tehuipango, en la montaña negra de Zongolica, un feminicidio más.
Luis Velázquez
Los malandros entraron a la casa de la señora Luisa, 62 años, para robar.
Y como ella se resistió, simplemente, la mataron a tiros.
Luego, huyeron.
En la carretera de Omealca a Tezonapa, a la altura del poblado Motzorongo, restos humanos en bolsas negra de la basura.
¡Vaya hallazgo sórdido y siniestro de peatones y conductores!
Un autobús de pasajeros de la línea Garitos, en la ruta Modelo – Orizaba y El Trébol fue asaltado.
Par de sicarios subieron como pasajeros a la unidad.
Y unos minutos después sacaron las pistolas y en 54 (cincuenta y cuatro) segundos robaron a los pasajeros.
Dinerito.
Celulares.
Bolsas.
Fue el autobús número económico 05.
Luego, huyeron tan campantes.
Y en Texistepec, un feminicidio más.
Un hombre, Pedro, mató a su esposa Sadai Moreno, de 24 años.
Por celos.
Y violencia intrafamiliar.
Luego, huyó.
Se perdió en el día violento, intenso y volcánico.
La vida en Veracruz, en el filo de la navaja.
Mejor dicho, en el precipicio rodando en la escabrosa ladera sin final.
La pesadilla diurna, peor, mucho peor que una noche soñando con el diablo.
A veces, en el norte del Estado jarocho.
Otras, en el sur.
En el este.
Y otras, en el oeste.
¡Ay, aquella letanía de “La mañanera” de “Amaos los unos a los otros”!
¡Hosanna, hosanna, con el amor al prójimo (y al próximo) canturreado desde el Palacio Nacional!
¡Ay “los abracitos y besitos” para los malandros porque “también son seres humanos!
II (Veracruz ensangrentado)
Se ignora si entrando de rodillas a la Basílica la Morenita del Tepeyac haría el milagro de reducir la violencia en el Estado jarocho.
O si yendo a bailar a Chalma.
Y/o con “una limpia” con los brujos de Los Tuxtlas.
O viajando a Cuba para una desintoxicación política y social con los santeros de los hermanos Castro Ruz.
Rezando, vaya, a la Santa Muerte.
Incluso, a Jesús Malverde.
En una de esas contratando a Joaquín Cosío, El Cochiloco, y Damián Alcázar, el Benny, de la película “El infierno” para una negociación con los malos.
Caray, quizá pidiendo a Superman se apiade de Veracruz.
Y es que cuatro años y diez meses después de la 4T con un Veracruz ensangrentado como dijera aquel, “ya no sabemos ni dónde se oculta el porvenir”.
Cierto, lo decía Agustín Silvestre Acosta Lagunes, “ni modo, la violencia es inevitable”.
Pero, insólito, si en cuarenta días don Fernando Gutiérrez Barrios pacificó Veracruz de “La Sonora Matancera” con su equipo estelar policiaco, resulta insólito que el equipo de Seguridad Pública, más la Fuerza Civil, más la Guardia Nacional, no puedan con los malandros.
El único, el único, el único legado histórico del obradorismo en Veracruz son los campeonatos nacionales en los siguientes rubros:
Feminicidios.
Secuestros.
Desapariciones.
Extorsiones.
Tirado de cadáveres.
Fosas clandestinas.
E impunidad.
Los peores males de la caja de Pandora enviada por Zeus para vengarse de la tierra.
Los peores Círculos del Infierno.
Los peores Jinetes del Apocalipsis.
El Veracruz de Mr. García (Cuitláhuac), el peor error político, social y moral de AMLO.
Falló al presidente de la república su olfato político, social y religioso.