En la lista de los veintitrés, la zacatecana Rocío Norma Nahle García, todavía secretaria de Energía, y quien todo indica es la favorita de AMLO, el presidente, para la nominación, pues, incluso, ya la redestapó.
Entonces, el resto, veintitrés, simple relleno. Hacer al “monje loco” de que en MORENA hay libertad democrática para estar, ser, trascender y jugar a las grandes ligas.
Y con “el piso parejo”.
Uno que otro quizá (Sergio Gutiérrez Luna y Manuel Huerta) para ver si lograra un milagro y fue elegido después de tantas giritas y anuncios espectaculares y exposiciones sociales y mediáticas.
Pero el resto, “veinte y las malas”, figuras de paja.
Comparsa política y social para arropar a Nahle.
Y, claro, crear la percepción de que MORENA es un partido político donde la democracia florece a plenitud.
Bastaría referir que la mayoría de los registrados ni siquiera, caray, ganarían la elección de “la flor más bella del ejido” y/o del Rey Feo de un carnaval.
Menos, mucho menos, la presidencia de una sociedad de alumnos.
Quieren así en MORENA barnizar una realidad inexistente.
Desde luego, ninguna duda que el operativo ha sido utilizado para quitar votos a los adversarios más fuertes de Nahle.
Ha de advertirse el alto concepto de la disciplina partidista de la mayoría, mujeres y hombres, quienes aceptaron prestar su nombre, trayectoria social, política y partidista, su prestigio, su crédito, al juego sucesorio.
Méritos además, bien les serviría para ganar un espacio en el próximo gabinete estatal en caso, claro, y como reza el dicho popular, de que Nahle salga candidata y gane en las urnas derrotando al Frente Opositor.
Más cuando el coordinador estatal de MORENA lo prefigurara desde hace tiempo con frasecita memorable, citable y bíblica:
“No se peleen. Hay más de dos mil cargos públicos a repartir”.
Nunca el PRI le puso “demasiada crema a los tacos”.
Si acaso fue con Miguel Alemán Velasco cuando incluyera en la lista de los aspirantes a la sucesión a un aproximado de siete, ocho, nueve aspirantes.
Y cuando Javier Duarte aumentó su listita a once.
Ahora, caray, MORENA rebasando por la izquierda, el centro y la derecha al PRI con veintitrés suspirantes.
Acaso el nuevo estilo de ejercer el poder político para arropar, claro, a Nahle porque la zacatecana así lo habría dispuesto... con todo y las bambalinas en su contra en la avenida Lázaro Cárdenas, de Xalapa, tendidas ayer.
Más cuando varios de los inscritos están ligados y desde hace mucho tiempo a la secretaria de Energía.
Así, tal cual, desean gobernar las mujeres.

II (Trepadores y embusteros políticos)
Un nuevo estilo de ejercer el poder y gobernar se está asomando en Veracruz.
Digamos, el barniz democrático.
La usurpación.
La fanfarria.
Sonar y resonar las campanas con máscaras y escafandras.
De entrada, resulta insólito, inverosímil, pero indicativo y significativo, que veintitrés militantes de MORENA (ajá), convencidos de la izquierda como uniforme partidista, quizá ideología, se inscribieran para coordinar la 4T en Veracruz.
Casi casi como si se tratara del juego de Juan Pirulero donde muchos levantan la mano pero pocos, excepcionales, a veces ninguno, puede trepar en el poste cremoso.
Simplemente, “muchos ruido y pocas nueces”.
La usurpación total y absoluta.
Vaya, a ningún ciudadano de a pie ni motorizado convencen con la faramalla, la patraña y la estafa social.
Más cuando se leen y releen los nombres de los aspirantes y suspirantes.
Y cuando se lee y relee el historial político y partidista de cada uno.
Incluso, casos de manifiestos y evidentes “trepadores” políticos y sociales.
Gente con la obsesiva obsesión de alcanzar el poder por el poder mismo.
Retratada en la frasecita memorable, citable y bíblica de “Aquí mando yo”.
¡Vaya pobreza política y social!
¡Pobreza ideológica!
¡Embusteros, ni duda cabe!