Figuras guindas
**Quinteto de la 4T
**Caballada flaca
ESCALERAS: La 4T y MORENA en Veracruz ha mostrado en el palenque público a sus mejores cuadros. Todos, para la elección del candidato a gobernadora y Senadores, sobre todo. Otros, para diputados federales.
Digamos, las figuras icónicas y simbólicas del obradorismo en el Estado jarocho.
Luis Velázquez
Y su alteza de miras y dimensión social y política, bien puede calibrarse a partir de los siguientes hechos:
Éric Patrocinio Cisneros Burgos:
En los últimos cuatro años y diez meses como secretario General de Gobierno, inflamó su ego.
Uno, el mural con su rostro afro en una pared de Misantla quizá a través del cacique ex panista, Othón Hernández.
Dos, las Rodadas jipiosas.
Tres, inaugurado festivales regionales y coronando “a las flores más bellas del ejido”.
Cuatro, ondeando la bandera afro en Veracruz. Incluso, mostrándose como escritor y que, bueno, nadie dudaría que tiene varios escribidores y tecleadores a sueldo.
Cinco, montón de anuncios espectaculares.
Sexto, celebrando el aniversario número 58 (cincuenta y ocho) con un pastel donde en la parte más alta le colocaron la “Bola Ocho” del billar, a tono, digamos, con su apodo más famoso.
PASAMANOS: Sin contar aquella denuncia del diputado local de MORENA, Magdaleno Rosales Torres, de que con el erario de Veracruz compraba bienes materiales en Baja California.
Zenyazen Escobar, el secretario de Educación: Su estrategia hacia el quinto año del sexenio andar en silla de ruedas, andaderas y muletas (y en dos ocasiones) en los eventos públicos para exhibir su vocación educativa y social.
Además, igual, igualito que Éric Cisneros, tener un Cartel Mediático a sus órdenes, y en unas ocasiones, hasta otorgando cargos públicos a trabajadores de la información.
CORREDORES: Sergio Gutiérrez Luna, el diputado federal por el Estado de México:
Totalmente desconocido en Veracruz, de pronto, y camino a Damasco como San Pablo, sintió un llamado superior y lanzó operativo propagandístico y publicitario para mostrarse, estar, ser y trascender camino a la candidatura de MORENA a gobernador.
Sus giritas. Incluso, una que otra vez, acompañado de su esposa e hijos, y paseando en la escalinata de la Catedral de Xalapa de cara al palacio de gobierno proyectándose en querencias y obsesiones.
Montón de espectaculares. Desayunitos. Treparse en los programas sociales de AMLO, el presidente.
Organizar eventos en favor de Adán Augusto López Hernández, su único hacedor. Y en cada acto público mirarlo con la idolatría y la adoración de un hijo agradecido al padre.
BALCONES: Manuel Huerta Ladrón de Guevara, recién renunciado a la delegación federal: Bailar chunchaca con las abuelitas luego de recibir el pago bimestral de 4 mil 800 pesos.
Lanzar su programa televisivo por Facebook intitulado “Los pasos de Manuel Huerta”, como aquel filme de “Los pasos de López”.
Denunciar en el palenque político y social los mismos vicios priistas en MORENA, por ejemplo, y entre otros, “la cargada”, “la estampida de los búfalos”, “las encuestas amañadas” y “la compra de columnas políticas”.
De paso, alardear más de treinta años de amistad con AMLO, el presidente.
PASILLOS: Rocío Norma Nahle García: A partir de la Ley Nahle, aprobada en la LXVI Legislatura por órdenes de Mr. García (Cuitláhuac), zambullirse en la planta de Dos Bocas para congraciarse más con AMLO, el presidente, el gran hacedor y el jefe máximo del Ultra Contra Súper Dedazo.
De paso, el día cuando se registró en MORENA como aspirante a coordinar en Veracruz la 4T por vez primera apareció en público acompañado de su esposo.
Al momento, ningún ciudadano (quizá amigos cercanos) conocen a las parejas de Éric Cisneros y Manuel Huerta.
VENTANAS: Ellos son el quinteto de los mejores cuadros de MORENA y la 4T y el obradorismo en Veracruz.
Una mujer y cuatro hombres, listos para ganar la elección estelar de mediados del año entrante y que incluye la presidencia de la república, la gubernatura y las diputaciones federales y senadurías.
Otros más, para diputados federales.
Y, bueno, “una caballada flaca”, en ningún momento, digamos, por falta de méritos, capacidades, atributos y aptitudes, sino porque casi cinco años para formar cuadros y cuadros de primera y de excelencia constituye un resultado demasiado pobre y jodido para el obradorismo.