Jóvenes frustrados
I (Cada ciclo escolar miles de rechazados)
Las nuevas generaciones de jóvenes soñando con una carrera universitaria están enfrentado el infierno cada vez más duro y rudo.
Primero:
El desempleo.
Segundo:
El subempleo.
Luis Velázquez
Tercero:
Los miserables salarios de hambre.
Cuarto:
La migración.
Quinto:
La venta de esperanzas de una mejor calidad de vida y de una vida vivible.
Y sexto:
El terrible y espantoso rechazo para un pupitre en el salón de clases para cursar el primer semestre de la educación superior.
Por ejemplo:
Este año, la Universidad Veracruzana, UV, dejó fuera a más de veinte mil muchachos aspirantes al nuevo ciclo escolar.
La UNAM dejó fuera a más 180 mil jóvenes soñando con estudiar en la más grande casa de estudios de la nación.
Y de ñapa, ahora, la Escuela Normal Veracruzana anuncia que dejaron fuera a mil seiscientos cuarenta chicos aspirantes a convertirse en profesores de educación básica.
Y únicamente admitieron a trescientos sesenta.
El hecho indicativo y significativo es el siguiente: En cada ciclo escolar aumenta y aumenta y aumenta como tsunami el número de jóvenes excluidos.
En la UV, por ejemplo, la crisis educativa inició cuando dejaron fuera a diecisiete mil.
Y cada ciclo fue subiendo el número hasta llegar ahora más de veinte mil.
Otros ciclos en que el número de rechazados ha llegado a los veinticuatro mil.
Y se entiende: La incapacidad de las universidades, tecnológico y politécnicos para abrir espacios al mayor número y/o a todos se debe a las grandes limitaciones presupuestales.
Una, para crear plazas académicas.
Dos, para construir instalaciones.
Tres, para comprar equipos para los talleres y laboratorios.
Y cuatro, para aumentar la burocracia.
Y por lo pronto, la única respuesta federal y estatal es la apertura, ajá, de más de ciento treinta Universidades AMLO en el país, nueve de las cuales en Veracruz.
Y al mismo tiempo, vaya paradoja, AMLO, el presidente, bombardeando a la UNAM, por ejemplo.
La antigua y milenaria versión de que el gobierno desalienta la educación superior camino a la privatización.
Y por más y más cabildeos, iniciativas, foros y gestiones directas ante la autoridad asumida por los Rectores de universidades públicas aglutinados en la ANUIES, mínimo desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, ningún resultado.
Cada vez más y más ahorcado el presupuesto de las escuelas públicas.
II (Un círculo vicioso)
Simplemente, continúa creándose y recreándose una juventud frustrada.
Más porque ante la falta de una eficiente y eficaz orientación vocacional, los muchachos siguen prefiriendo las carreras tradicionales totalmente saturadas en el mercado local, regional, estatal y nacional como Leyes, Contaduría, Medicina, Odontología, Veterinaria, Ingeniería y Comunicación.
Y en el otro lado del palenque, la real y mítica realidad de las grandes limitaciones presupuestales de las universidades públicas y cuya resultante es catastrófica:
Por un lado, miles de chicos quedan sin estudiar un año, mínimo, ante la incapacidad familiar para subsidiar una carrera en la universidad privada.
Y por el otro, la angustiante desesperación familiar cuando los chicos rechazados han de tocar puertas laborales que por lo general están cerradas en la mayor parte.
Indicativo: Año con año, de ciclo en ciclo escolar, los excluidos se multiplican como los peces y los panes, la humedad y los ácaros y los conejos.
Y cada presidente de la república y cada gobernador y cada secretario de Educación inculpando a los antecesores, y al mismo tiempo, sin ninguna acción concreta y específica en los seis años en el poder público.
Inverosímil: Los rectores diciendo que tienen fe y esperanza en que la autoridad se apiade de ellos y autorice presupuesto para aceptar a más aspirantes y suspirantes.
Un círculo vicioso donde y por desgracia “estamos atrapados y sin salida”.
Si en unos años, la república se convertirá en un país habitado por bebés y ancianos, también habitado por jóvenes, incluso profesionistas, frustrados.
Sin sentir para nada un desarrollo humano pleno.