la libertad… Y cuando el médico garantiza que con tal medicina se sanará de enfermedad dura y ruda…

ROMPEOLAS: Hay quienes andan en la vida asegurando que nadie puede vivir sin esperanzas… Pero también existen quienes afirman que apostar “todas las canicas” a la esperanza significa la muerte en vida… Y exponerse a la mentira, el engaño, la estafa, la falsedad, “la tomadura de pelo”… Más, cuando la otra persona dice que porfis, por favor, “no te desesperes y ten fe, mucha fe en mí, que yo no me olvido y sigo cabildeando”… Caray, la esperanza con la vanidad fueron el par de últimos males que salieron huyendo de la caja de Pandora enviadas por Zeus para vengarse de la tierra…

ARRECIFES: Por eso, lo único que cuenta es la lucha diaria de cada persona para estar, ser y trascender… Y trascender, mejorando la calidad de vida con hechos concretos y específicos y nada, absolutamente nada de palabras bonitas y dulces… ¡Bienaventurados, sin embargo, quienes apuesten a la esperanza ofrecida por los amigos!... Pero todo tiene un límite… Y con frecuencia, resulta desolador y avasallante… Es cuando la desesperación personal y colectiva, digamos, familiar, aniquila la esperanza… Y por lo general, se termina desencantado y decepcionado de los otros…

ESCOLLERAS: La iglesia católica y también los políticos y los patrones suelen vender esperanzas… La iglesia, por ejemplo, que portándose bien en la tierra y aplicando los Diez Mandamientos se ganarán indulgencias para entrar al paraíso terrenal y vivir más felices y dichosos que nunca en el cielo… De lo contrario, ni modo, la persona se achicharrará en el infierno… Pero, bueno, hasta donde se sabe si bien se sabe, nadie ha vuelto del otro mundo (ni siquiera en las sesiones espiritistas) para asegurar la existencia del cielo y del infierno…

PLAZOLETA: Y en el caso de los políticos, la mitad del mundo y de seguro la otra mitad han tenido experiencias desagradables con todos ellos… Más, con los políticos encumbrados con un cargo público y presupuesto para manejar y un ejército de subalternos… Y de las promesas de los patrones, los jefes empresariales, los gerentes, los jefes de personal, los dueños, los hijos de los dueños, líbranos, Señor… La única tabla para medirse y calibrarse es uno mismo con su lucha incansable sin bajar la guardia y seguir empujando la carreta, aunque la carreta esté destartalada…

PALMERAS: Lo más sencillo en la vida es hablar “a calzón quitado” con los demás sin andar con cuentos ni vendiendo esperanza y decir puedo o no puedo por estas razones concretas y específicas… Pero, bueno, los jefes suelen disfrutar y gozar alimentando posibilidades… Y si es posible, traer a los demás atrás como “perritos falderos” y haciendo escarnio de las necesidades humanas… Podrán ser, serán políticos y jefes eficaces en su chamba, pero están lejos de ser buenas personas, la presea social más elevada y digna a que puede aspirarse…