Narcopolítica en la huasteca
-Servidores públicos fueron contratados para “prevenir el delito” en el norte de Veracruz fueron “detenidos” por tener pactos con la delincuencia
-Cuatro jefes policíacos lleva Poza Rica desde que gobierna MORENA y el exbeisbolista, Fernando Remes Garza
-Ola de agentes de tránsito y policías desaparecidos en aquella demarcación; unos fueron “levantados”, otros se aliaron al crimen
-El sindicato petrolero, infiltrado por el narcotráfico. El Gobierno de Veracruz asegura que exalcalde de Tihuatlán sigue delinquiendo desde prisión/Noé Zavaleta/Tercera y última
El último día de mayo, los directores municipales de Prevención del Delito de Poza Rica y Tihuatlán, Francisco Cárdenas y Alejandro Villegas, fueron detenidos por estar trabajando con la delincuencia organizada; los encargados de inhibir y prevenir los ilícitos en el norte de la entidad trabajaban de la mano con quienes los crean.
Unos días antes, cinco policías municipales de Poza Rica fueron detenidos por la Fiscalía General del Estado (FGE) también por vínculos con la delincuencia organizada. En Poza Rica, el director de la Policía Municipal, José Antonio Luna Hernández renunció cuando apenas llevaba 45 días en el cargo; en febrero pasado, Ezequiel Fernández, había sido nombrado director de la corporación policiaca en sustitución de Sebastián Antonio Cruz.
La ebullición delincuencial en los municipios de Poza Rica, Tihuatlán, Álamo, Papantla y Tuxpan obligó al estado gobernado por MORENA a intentar “limpiar la casa” desde sus estertores y “pegar un manotazo”.
Hace un par de semanas, el propio gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, aceptó que ya platicó con el alcalde de Poza Rica, Fernando Remes Garza, para que “vigile” y “cuide” que su gabinete y otros servidores públicos no hagan acuerdos con el crimen organizado.
En Poza Rica, datos extraoficiales indican que hay 9 agentes de tránsito estatal y policías municipales desaparecidos; unos fueron “levantados” por la delincuencia organizada y sus familiares fueron “amenazadas” por las corporaciones policíacas de que se abstuvieran a hablar con la prensa.
Incluso, la Comisión Estatal de Búsqueda y la Fiscalía General del Estado se negaron a emitir “fichas de búsqueda” de dichas personas si sus fotografías eran entregadas con vestimenta oficial, por lo que optaron por ocultar esos datos en la búsqueda de sus seres queridos.
LA DELINCUENCIA EN EL SECTOR PETROLERO…
En Poza Rica, es vox populi que el Sindicato Petrolero en su sección 30 está infiltrado por el narcotráfico. Hay empleados transitorios y eventuales que fueron reclutados por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En una declaración inusual, el propio, Cuitláhuac García admitió que había “elementos” de la delincuencia organizada que se habían “incrustado” en el sindicato petrolero, ello, por las grandes ganancias que deja el huachicol de gas y los cobros de piso a las pipas que salen con hidrocarburos de Poza Rica.
En el norte del estado, la delincuencia se fragmentó a raíz de la muerte de un jefe de plaza con la clave “El Tabasco” y varios de sus cómplices.
“Los grupos están divididos (sic), y hasta entre ellos se dan. El Tabasco y su gente repartían droga en los bares. Nosotros detuvimos a cuatro de sus cómplices, ahora hay gente más abajo que quiere tomar el control, a esos los agarramos más fácil. La instrucción es pareja… Dimos con algunos responsables y estamos dando resultados”.
Otro de los jefes de plaza que hoy representa un “dolor de cabeza” para las autoridades locales y federales es “El Coco”, un “alto generador de violencia”, el cual -según García Jiménez- tendría acuerdos con Gregorio “Goyo” Gómez, un político perredista, quien actualmente está en prisión por el delito de homicidio.
“Aquí si combatimos criminales. No como en el pasado, con Calderón, cuando García Luna montaba operativos y según capturaba delincuentes y Loret diciendo en vivo, una parafernalia para detener a unos dizque secuestradores, entre ellos una francesa… Aquí no hay impunidad.
UN AGUJERO NEGRO EN LA HUASTECA…
Entre abril y mayo, la violencia se salió de control en este corredor de la Huasteca veracruzana y el Totonacapan, entre “levantados”, ejecutados y desaparecidos hubo más de medio centenar de víctimas.
El oficial de Tránsito, Ernesto León Sánchez, de 34 años de edad, salió de su turno en la delegación de Poza Rica a las 6:25 de la tarde del día 21 de abril. Ahí, a un ladito, se metió a un lavado de autos para pasar al baño. Testigos narran que tres encapuchados, visiblemente armados, interceptaron a León y lo subieron a una camioneta blanca: “Lo llevaban esposado y con la cabeza agachada”. Atrás de ellos, iba un coche rojo escoltándolos. Se han cumplido 40 días sin saber de su paradero y contando.
Verónica León, hermana del oficial de Tránsito, narra que han sido días desesperantes al no saber nada de Ernesto, peor aún, que en la Fiscalía Especializada en la Búsqueda de Desaparecidos, en la Comisión Estatal de Búsqueda, en la Secretaría de Seguridad Pública y en el propio Tránsito Estatal la respuesta día con día sea siempre la misma: “Estamos trabajando, pero aún no tenemos nada”.
Además de León, el albañil, Ángel Giovanni Vidal Mateo, de 28 años de edad, cumplió cuatro meses de desaparecido. Su padre, Ángel Vidal Martínez, también albañil, muestra su desesperación, pues no ve que muevan “un pinche dedo” en la Fiscalía para intentar dar con su paradero.
El día de la desaparición, Ángel, padre e hijo, iban juntos a una obra a poner una “loseta” en la colonia Tepeyac en Poza Rica y el joven, a un par de cuadras de llegar al trabajo, en la calle Vicente Guerrero, le pidió a su papá que le “invitara un chesco” y “chance” para pasar a ver a un amigo. Faltaban pocos minutos para las ocho de la mañana. Las horas y los días pasaron, tres meses ya, y a Ángel se lo tragó la tierra.
Una de las últimas fotografías que se tomó el joven Osmar Guadalupe Torres Cabrera, de 17 años de edad, fue cargando a la Virgen de Guadalupe en su primera peregrinación en La Villa, allá en la Ciudad de México, el pasado 12 de diciembre del 2022.
Osmar Guadalupe desapareció el pasado 5 de marzo en la colonia Plan de Ayala. A sus padres, Marcelo Guadalupe Torres y Sugey Cabrera, les dijo que saldría un rato y ya no volvió. A las 5 de la tarde su padre empezó a preocuparse por su ausencia; inundó su teléfono de llamadas y ni una respuesta del otro lado.
“Mi hijo trabaja conmigo. Estudio solo hasta la secundaría y ya no quiso seguir y de lunes a viernes, le hacía a la albañilería conmigo… los sábados y domingos como cualquier joven, salía…. Al campo, con algún amigo, con amigas… para nada lo noté intranquilo días antes de su desaparición”.
Sugey Cabrera asegura que no puede con la angustia, va para tres meses de la desaparición de su hijo y anda muy intranquila. Se le figura verlo entre otros jóvenes, de repente se descubre en la noche, parada cerca de la puerta esperando que Osmar vuelva a su casa. Llora mucho. Nunca imaginó vivir una situación así.
La familia empezó a sospechar de “un levantón” cuando en sus propias investigaciones en redes sociales dieron con los jóvenes Elisa Cruz y Édgar Martínez Marroquín, de 24 y 29 años de edad, respectivamente, quienes se dedican a “reclutar” a jóvenes para trabajar en actividades criminales por los rumbos de la colonia Granjas, datos que la Fiscalía hasta ahora no ha querido ahondar.
En una fotografía, Elisa Cruz, mujer muy atractiva, aparece con una chamarra, propiedad del joven Osmar Guadalupe Torres.
“A ella (Elisa Cruz) ya la citaron a declarar a los diez días de la desaparición de mi hijo, pero no indagaron su nexo con el otro joven, Édgar Martínez, que es su primo… Y que en esas colonias todos saben que se dedica a andar haciendo chingaderas (sic), que anda reclutando gente pues (sic). Yo a la Fiscalía le estoy poniendo las pruebas e indicios, me gustaría que investigaran”.
TOQUES DE QUEDA EN POZA RICA
El último fin de semana de mayo, la madrugada del sábado 27 de mayo, un grupo de sicarios llegó a “rafaguear” la fachada del bar “Cotorritos”, tres empleados del bar resultaron con heridas de esquirla de balas; al lado se encuentra el bar Barezzito y en ambos antros de desataron crisis nerviosa y pánico social. Ambos bares están en la avenida 20 de noviembre en la colonia Cazones, la zona boyante de esta ciudad petrolera.
Al día siguiente estos bares decidieron cerrar sus puertas, derivado de una agresión sin explicación. El reguetón de la Rosalía y Karol G así como los corridos tumbados de Peso Pluma y Carín León callaron.
La explicación llegaría vía cadenas de WhatsApp: “Primer aviso, fue Cotorritos, seguimos con Pérgola, Plaza Cívica, sigan creyendo que no es verdad que no deben de andar después de las 11 pm. Esté Cártel no quiere gente inocente (sic), pero si se confunden no queda en nosotros, así que puesto mal visto, puesto que se los lleva la verga (sic), así que están avisados, vamos por todos los perros de Poza Rica, así que ya quedó avisado Cártel de Nueva Generación andamos sobre todo Poza Rica, está organización no es para cobardes”.