“Convengo por no alegar”
**Gran filosofía de vida
**Llevar la fiesta en paz
UNO. “Convengo por no alegar”
La señora M. es prudente y mesurada. Siempre rehúye meterse en debates innecesarios y que con frecuencia significan perder el tiempo en cosas banales. Y en la vida y por la vida ha caminado con una filosofía de vida condensada en cuatro palabras sabias: “Convengo por no alegar”.
Luis Velázquez
A partir de ahí, los demás pueden agarrarse en el palenque público dirimiendo sobre política, religión y sexo y ella “entre más lejos mejor”.
Claro, bien pueden los demás debatir sobre otros temas, por ejemplo, la relación con el esposo y los hijos y el resto de la familia.
Y ella siempre cauta y serena. A lo más que ha llegado es a escuchar, pero con un bozal en la boca.
DOS. Nada se gana con debatir
En los cincuenta años de vida ha llegado a la conclusión de que nada se gana discutiendo con los demás y hasta echando pleito.
Incluso, el riesgo de que una relación familiar, amical y vecinal, y hasta un compadrazgo, se rompan.
Entonces, nada más provechoso que guardar siempre la sana distancia.
Yo, dice, te respeto a ti. Y tú, precisa, estás obligado a respetarme a mí.
De lo contrario, ni modo, adiós a la amistad.
TRES. La fiesta en paz
La señora M. es ama de casa. Desde hace treinta años está casada. Con su pareja procrearon cinco hijos.
Y como en la relación con el esposo y el quinteto de hijos siempre ha aplicado la misma regla, entonces, lleva la fiesta en paz.
Algunos le dicen que los demás abusan de su relación. Incluso, la ofenden. Pero ella conserva la tranquilidad.
En todo caso aplica el principio francés. “Dejar hacer y dejar pasar”.
Incluso, y hasta donde las circunstancias económicas y sociales se lo permiten ayuda a los demás sin andar cobrando favores.
CUATRO. Respuestas ambiguas
Su madre le enseñó la filosofía de “convenir por no alegar”.
Siempre escucha con interés y con inteligencia. Y cuando le preguntan su punto de vista suele contestar de forma ambigua:
“No sé. Quizá. No estoy informada. Voy a checar. Ta’canijo”.
Y como su señora madre se pasaba las horas en la iglesia y leyendo la Biblia ella también aprendió esa cultura religiosa y en el buró de la recámara tiene una Biblia que todos los días suele leer.
CINCO. Hillary Clinton, un modelo
Hillary Clinton, la secretaria de Estado que soñó con la sucesión presidencial en Estados Unidos y perdió, siempre decía que discutiendo con los demás suele perderse mucho tiempo y nunca se llega a un acuerdo.
Más, mucho más, en la relación personal.
Y si lo más importante en la vida es buscar la dicha y la felicidad, entonces, la enseñanza bíblica de caminar y trotar en la vida sin echar candela a los demás.
Cada uno su carácter, temperamento, creencias, principios, valores, filosofía de vivir.
Y bendiciones mil para que les vaya lo mejor posible.
SEIS. Decálogo del buen vivir
El indito famoso, Benito Juárez García, lo acuñó en frase cívica y religiosa:
“El respeto al derecho ajeno es la paz”.
En el mercado popular venden el decálogo del Buen Vivir y uno de los mandamientos es el siguiente: “No hagas a otro lo que no desees para ti”.
La señora M. tiene toda la razón del mundo con su forma de estar, ser, trascender y vivir.
Y aun cuando “somos seres llenos de pasión” (Watt Whitman), el secreto está, dice el viejito del barrio, es meter las pasiones encontradas en una jaula y tirar la llave al mar.