Villas Meonas...
I (Unidas, España y Xalapa)
Hay de “Villas Meonas” a “Villas Meones”.
Por ejemplo, la prensa europea así calificó la mansión donde vivieron Miguel Boyer, ex ministro de Economía socialista, con Isabel Preysler, la primera esposa de Julio Iglesias.
Y que, bueno, cuando se divorció y vivió ahí mucho la habría disfrutado el escritor Mario Vargas Llosas, Premio Nobel de Literatura y su nueva pareja.
Luis Velázquez
Era, es, una mansión con trece baños.
Y la famosa “Villa Meona” de Xalapa, construida en el sexenio de Gabriel Deantes Ramos, su secretario de Trabajo y genio electoral, y que tiene elevador, sala de cine y once baños.
La “Villa Meona” de Isabel Preysler y Miguel Boyer se ubicó en los años locos de la “beautiful people” socialista.
Los nuevos ricos en la más alta cumbre internacional.
“Villa Meona” de Xalapa en los años “de la plenitud del pinche poder” cuando los Niños de la Fidelidad ejercían el poder soñándose la revelación mesiánica de todos los tiempos.
“Mi casa es muy acogedora” exclamó Isabel Preysler.
Gabriel Deantes solía tener más de diez automóviles estacionados en la calle, todos, claro, para su servicio, y desde luego, alardeaba con los duartistas su paraíso terrenal en el fraccionamiento “Animas” de Xalapa.
La exesposa de Julio Iglesias tenía un cuarto de baño más grande que la casa de cualquiera de los periodistas de la revista del corazón, “¡Hola!”, con el crédito del reportero Carlos Prieto.
Y de un modesto y sencillo vendedor de teléfonos que había sido Deantes Ramos en el bulevar de Tampico, transfigurado en el genio electoral de los “Niños Fieles”.
El par de “Villas Meonas” un símbolo político, económico, estético, aspiracional y generacional de los hombres y mujeres exitosas.
Caray, hasta sala de cine en la mansión de Deantes.
Ahora, Deantes, de la gloria que vivió al infierno en el penal de Pacho Viejo donde pasará, pasaría, seis años y medio, con un solo baño colectivo y ni modo, hacer fila con los demás reos para la descarga urinaria, por ejemplo.
En España, la “Villa Meona”, a la altura de la monarquía española como fue publicado en “Hola”.
Y en Xalapa, la “Villa Meona”, casi casi “Alicia en el país de las maravillas”.
Insólito, inverosímil: Nunca pensó Deantes que el destino lo alcanzaría seis años y medio después de estar librando el peor infortunio y desventura de la vida.
El jet set de Europa.
El jet set de Xalapa.
Vasos comunicantes empalmados en tiempo y forma.
Allá, los ricos por herencia y linaje y prosapia.
En Xalapa, Deantes, el rico sexenal.
II (Ricos de abolengo y nuevos ricos sexenales)
Villa Meona de España, ricos de abolengo.
Villa Meona de Xalapa, nuevos ricos... en un sexenio político.
En Villa Meona de España, Isabel Preysler era amante del ministro de Economía.
Luego, su pareja.
En Villa Meona de Xalapa, la dicha y la felicidad conyugal.
En todo caso, la vida es así, historias de amor.
En Villa Meona de España, el ministro de Economía codeándose “con los políticos más selectos”.
La “beatiful people” socialista.
En Villa Meona de Xalapa, político también Gabriel Deantes y quien logró adueñarse de las neuronas y el corazón de Javier Duarte.
Y le dio toda, toda, toda, su confianza.
Y Deantes fue, como en la canción de José José, “de todo y sin medida”.
En España, el ministro de Economía fue cuestionado por la forma ostentosa de vivir “nada acorde con los principios socialistas”.
Pero nunca hizo caso.
En Xalapa tampoco hizo caso de Deantes Ramos.
En un Veracruz con seis millones de los ocho millones de habitantes en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Medio millón de habitantes haciendo únicamente dos comidas al día y mal comidas debido a la precariedad familiar.
En su “Villa Meona”, el funcionario duartista tenía un elevador y una sala de cine, por ejemplo.
¡La plenitud del pinche poder!
“Por aquí tomé posesión de gobernador me volví sexy” solía exclamar Javier Duarte.
“Hay días cuando me siento Dios” decía Calígula, el emperador romano.