“Y a tiro por viaje”.
Parte de los empresarios de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Líderes sociales.
Colectivos, integrados por padres con hijos (y parientes) secuestrados y desaparecidos y asesinados.
Vaya, tiroteado por las elites eclesiásticas de la iglesia católica.
Y parte de los diputados locales opositores.
Y federales.
Y Senadores.
¡Vaya rafagueo de la senadora Indira Rosales San Román!
Y parte de los medios.
Cuitláhuac, inmolado en el Gólgota del palenque público.
Y aun cuando la mesa de los sacrificios iniciara desde el primer año del sexenio vamos en el quinto y el bombardeo más recrudecido que nunca.
Se explica: Estamos en la antesala de la sucesión del gobernador.
Y, por ejemplo, los nueve aspirantes de la oposición a la silla embrujada del palacio sienten, creen, piensan, vislumbran que rafagueando al góber obradorista afianzan la posibilidad de ganar la nominación.
Entonces lo crucifican.
El diputado federal, el priista José Yunes Zorrilla, apretando la Magnum en su contra.
El senador Julen asegurando que Cuitláhuac ejerce el poder con autoritarismo.
Yéndose a la yugular con la inseguridad, la incertidumbre, la zozobra y la impunidad.
El góber, claro, dichoso y feliz porque así llevaría a AMLO, el presidente, los recortes de periódicos donde lo inmolan en la plaza pública.
Y se hace la víctima.
Además, como en la cancha pública existe la creencia de que está en las neuronas y el corazón de AMLO, entonces, allá que los ángeles y querubines emberrinchen porque estando bien con el dios terrenal, se alcanza “la plenitud del pinche poder”.
“El hombre es nada. El poder es todo” decía Antonio López de Santa Anna.

II (Al góber le vale)
Le vale por su política de ataúdes y féretros como estrategia para la protesta social y política.
Le vale porque tiene el aparato gubernamental al servicio de la zacatecana para candidata a gobernadora de MORENA y de Claudia Sheinbaum Pardo para la nominación presidencial.
Le vale por su festival salsero para satisfacer su deseo y satisfacción primaria.
Le vale por el subejercicio.
Le vale el tiradero de cadáveres y el Veracruz feminicida.
Y le valen los niños huérfanos y las parejas viudas.
Le vale los seis millones de habitantes del Estado jarocho en la pobreza y la miseria.
Le vale el desempleo y el subempleo y los pichurrientos salarios.
Le vale que cientos, miles quizá, de jarochos sigan migrante a Estados Unidos ante la falta de empleos en las regiones indígenas, campesinas, suburbanas y urbanas.
Entonces, y con la bendición del jefe máximo, así se ponga en pie y extienda los brazos y digan “¡Peguen a esta cruz!”, sabe, está seguro, cierto, de que nada pasará.
Y en una de esas, si Sheinbaum sale candidata y gana en las urnas hasta secretario de Estado pudiera convertirse.
Y bendito el Ser Superior, pues mientras a Cuitláhuac, el góber, le siga yendo bien, los ciudadanos de a pie (y en automóvil) felices y dichosos, qué caray.