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Martes 30 mayo, 2023

El agujero negro de la Huasteca Veracruzana

*Indicios de que en el norte de Veracruz, en Poza Rica, hay reclutamiento forzado de futuros sicarios

*Ósmar Guadalupe Torres, de 17 años de edad, desapareció en Tihuatlán; amigos de su padre aseguran haberlo visto en congregaciones de Papantla.

*Ivett Salas Sánchez, de 33 años de edad y profesión “payasita”, desapareció el 21 de abril del presente año junto con su pareja sentimental, un taxista. Nadie sabe nada

*Policías y agentes de tránsito, desaparecidos. Fiscalía pide a familiares fotografías donde no estén portando “uniforme”/Noé Zavaleta/En Misión Especial en Poza Rica

Una de las últimas fotografías que se tomó el joven Ósmar Guadalupe Torres Cabrera, de 17 años de edad, fue cargando a la Virgen de Guadalupe en su primera peregrinación en La Villa, allá en la Ciudad de México, el pasado 12 de diciembre, penitencia que hizo para cumplir como buen católico, su primera manda a la patrona de los mexicanos el día de su cumpleaños.

Ósmar Guadalupe Torres Cabrera desapareció el 5 de marzo pasando el medio día en la colonia Plan de Ayala. A sus padres, Marcelo Guadalupe Torres López y Sugey Cabrera Cruz, les dijo que saldría un rato y ya no volvió.

A las 5 de la tarde su padre empezó a preocuparse por su ausencia, inundó su teléfono de WhatsApp y llamadas y ni una respuesta del otro lado. Mensajes no leídos y llamadas directo al buzón.

“Mi hijo trabaja conmigo. Estudió sólo hasta la secundaría y ya no quiso seguir y de lunes a viernes le hacía a la albañilería conmigo… Los sábados y domingos, como cualquier joven, salía… Al campo, con algún amigo, con amigas… para nada lo noté intranquilo días antes de su desaparición”.

Sugey Cabrera asegura que no puede con la angustia, va para tres meses de la desaparición de su hijo y anda muy intranquila. Se le figura verlo entre otros jóvenes, de repente se descubre en la noche, parada cerca de la puerta esperando que Ósmar vuelva a su casa. Llora mucho. Nunca imagino vivir una situación así.

“¿Dónde andas hijo? ¡Contesta por favor!” son los mensajes que la familia Torres Cabrera se cansó de enviar ese domingo y al día siguiente. Otros integrantes de la familia empezaron a llamar a la patrulla, pero ésta salió con el garlito de que hay que dejar pasar 72 horas de una desaparición para tomarla como efectiva.

“Mi hijo es buen muchacho. Nunca lo vi en estado inconveniente ni tampoco era de no llegar a casa, siempre se reportaba y era muy puntual en su trabajo… Los fines de semana, como cualquier joven de esa edad, buscaba salir, pero siempre me pedía permiso”, insiste Guadalupe Torres.

La familia empezó a sospechar de “un levantón” cuando en sus propias investigaciones en redes sociales dieron con los jóvenes, Elisa Cruz y Édgar Martínez Marroquín, de 24 y 29 años de edad, quienes se dedican a “reclutar” a jóvenes para trabajar en actividades criminales por los rumbos de la colonia Granjas, datos que la Fiscalía hasta ahora no ha querido ahondar.

En una fotografía, Elisa Cruz, mujer muy atractiva, aparece con una chamarra, propiedad del joven Osmar Guadalupe Torres.

“A ella (Elisa Cruz) ya la citaron a declarar a los diez días de la desaparición de mi hijo, pero no indagaron su nexo con el otro joven, Édgar Martínez, que es su primo… y que en esas colonias todos saben que se dedica a andar haciendo chingaderas (sic), que anda reclutando gente pues (sic). Yo a la Fiscalía le estoy poniendo las pruebas e indicios, me gustaría que investigaran”.

En sus propias diligencias, a Guadalupe Torres, un agente municipal de Tihuatlán le asegura haber visto a su hijo en el OXXO de la colonia Plan de Ayala a la media noche del día de su desaparición, pero en compañía de dos personas que no logró identificar.

Un vendedor de frituras de la comunidad de El Chote, en Papantla, le jura haber visto al joven Ósmar Guadalupe Torres a bordo de una motocicleta en aquella comunidad hace un mes.

A las comunidades de El Chote, a las de Zacate Colorado en Tihuatlán y a otros lados, la familia Torres Cabrera ha ido para tratar de hallar indicios que los guíen al paradero de su hijo; hasta el momento no ha habido éxito.

“En la sábana de llamadas sabemos que su teléfono estuvo activo en la congregación de Zacate Colorado, allá donde hubo una balacera en el bar La Romis, ya también fuimos a buscarlo por allá… Sólo queremos saber sí está bien o sí está mal… Pero queremos saber, es desesperante no saber qué pasó con mi hijo”.

En la desesperación, la familia Torres cayó en una broma de mal gusto: unos extorsionadores se hicieron pasar por sicarios y le dijeron que tenían a su hijo, Ósmar, pero que se habían equivocado y qué cómo lo tenían muy golpeado, necesitaban “una lanita” para doctor y curaciones. La familia depositó en un Oxxo cuatro mil pesos. A partir de ahí, quienes aseguraban tener a Osmar cortaron comunicación.

EL “LEVANTÓN” A LA PAYASA IVETT
Ivett Salas Sánchez, de 33 años de edad, de profesión “payasita”, desapareció el 21 de abril del presente año. Diez sujetos armados llegaron en vehículos particulares, con lujo de violencia entraron a su domicilio en la calle San Agustín, de la colonia Rafael Hernández Ochoa en Poza Rica, y se la llevaron con rumbo desconocido; ese mismo día también fue “levantado” la pareja sentimental de Ivett Salas, un joven de oficio taxista.

“En el caso de Ivett va más de un mes de su desaparición y hoy nos seguimos preguntando por qué se la llevaron si ella no cometía ningún delito” exclaman amigas de Salas Sánchez, quienes en redes sociales iniciaron el movimiento #NosFaltaIvett para hacer viral su desaparición y búsqueda, así como dejar en claro que ella se dedica a la animación de fiestas infantiles y que entre semana tiene un negocio de vender tortas y hamburguesas en el interior de su domicilio.

El viernes 21 de abril fue un día de terror en Poza Rica. Otros “levantones” ocurrieron en las colonias Tepeyac y Parcela. El más visible fue el del oficial de Tránsito, Ernesto León Cárdenas, quien fue “secuestrado” por sujetos encapuchados en un lavado de autos, ubicado a escasos pasos de la delegación de Tránsito, adscritos a la Secretaría de Seguridad Pública.

“No sabemos nada de mi hermano, es desesperante porque pareciera que la Fiscalía no quiere investigar y en la delegación de Tránsito sus jefes ya se desentendieron de la desaparición. Me dicen que la cosa está muy delicada… yo sólo quiero que encuentren con vida a Ernesto” narra una de las familiares del oficial de tránsito quien pide omitir su nombre, pues insiste en que las cosas en el norte de Veracruz están que arden.

La Comisión Estatal de Búsqueda en abril y los primeros quince días de mayo boletinaron más de 30 fichas de desaparición de jóvenes en los municipios de Poza Rica, Tihuatlán, Papantla y Álamo, apenas el diez por ciento de las fichas de búsqueda fueron desactivadas conforme pasaron los días.

En el Ayuntamiento de Poza Rica y en la Delegación de Tránsito en aquella región aseguran que hay más de 9 policías municipales y oficiales de Tránsito desaparecidos; sin embargo, la Comisión Estatal de Búsqueda y la Fiscalía General del Estado “condicionaron” a sus familiares a emitir las fichas de búsqueda y aceptar las denuncias sólo con fotografías del desaparecido “vestido de civil”, de no ser así las querellas y fichas no serían emitidas.


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