a latiguearse las espaldas…Y a encerrarse en el monasterio de por vida… Y viviendo con austeridad franciscana…

ROMPEOLAS: La iglesia dice en uno de sus enunciados que de “los arrepentidos se vale Dios”… Pero más allá del proverbio católico, nada más dura y rudo que el remordimiento… De entrada, la desdicha y la infelicidad que el propio ser humano se causa a sí mismo convenciendo de la culpabilidad… Y con todo y que pudieran arrodillarse ante el sacerdote para confesarse y cumplir el acto de contrición, de cualquier modo es un monstruo que avasalla y aniquila…

ARRECIFES: De acuerdo con el sicólogo del barrio, la iglesia católica sembró el arrepentimiento en el ser humano… En los feligreses… Un adagio era aquel de que si te portas mal te achicharrarás en el infierno al lado de Luzbel… Aquella esperanza de que bien podía quedarse en el purgatorio, sin llegar al infierno, significando que cumplida la condena el perdón era otorgado y la persona, mejor dicho, su alma, su espíritu, podían subir al paraíso celestial y pasear al lado de los querubines y los ángeles…

ESCOLLERAS: Judas, el apóstol malo, nunca fue perdonado por vender a Jesucristo en treinta monedas a los fariseos… Ni siquiera, vaya, cuando arrepentidos se ahorcó de un árbol en el rancho comprado en las goteras de Jerusalén con las treinta moneditas… Otros, sin embargo, aseguran que Judas se tiró a un pozo artesiano de agua dado de baja y así se quitó la vida… Y es que, ni hablar, la historia enseña que algunos pecados mortales jamás se perdonan… Y la persona es condenada el resto de la vida…

PLAZOLETA: En la vida siempre suele caminarse a la orilla del precipicio… Tiempo aquel, reza el dicho popular, “de sumarse y sumirse”, “de tirar varas y recogerlas”, tiempo de los vientos huracanados y los astros acomodados en contra… Entonces, la naturaleza humana lleva a cometer pecadillos… Luego, por razones sicológicas poderosas, de pronto, la persona se descubre con remordimientos en cada día y noche… Y en automático, la vida se friega y jode… Muchos terminan en el desván con el sicólogo y con el siquiatra… Y ojalá y les vaya bien porque a veces ellos están más enfermos que el paciente…

PALMERAS: Los peores remordimientos del señor Ene germinaron en sus neuronas y corazón a partir del desdén y el menosprecio a sus padres… Hijo único, agarró camino y los dejó internados en un asilo… Y aun cuando puntual cubría el pago y enviaba dinero para la consulta médica y las
medicinas, el peor desastre causado fue la soledad de sus viejitos… Ellos, claro, conscientes, se tenían… Pero al mismo tiempo, la indiferencia del hijo los zambulló en la peor depresión… Falleció el padre y luego enseguida se jaló a la madre… Y fue cuando el hijo advirtió su actitud ahora anda por ahí, exitoso en su trabajo pero con el remordimiento como un demonio poniendo su vida “patas arriba”…