ROMPEOLAS: Nace de la admiración que una persona llega a tener por otra… Un familiar, un vecino, un amigo, un conocido, un jefe, un académico, un sacerdote, un político… Y es que cuando se admira a una persona la mente y el corazón quedan subyugados… Y en automático se incide en la admiración total… Por ejemplo, aquel chico que idolatraba a su jefe en la oficina y siempre hablaba a su novia de las proezas del patroncito y la novia terminó enamorado del jefe y simplemente engañó a su pareja…

ARRECIFES: El capataz en el rancho suena y resuena el látigo en el aire y el indígena y el campesino se doblegan a su griterío altisonante lleno de improperios… Pero cuando se cae en la admiración a una persona, caso, por ejemplo, a AMLO, el presidente, entonces, te vuelves Siervo de la Nación dispuesta a ofrendar la vida en su defensa… Fue el caso, por ejemplo, del filósofo tan inteligente José Vasconcelos Calderón quien terminó adorando a Adolf Hitler y hasta antisemita se volvió… Y el poeta chileno, Pablo Neruda, escribiendo una Oda a José Stalin… Y el escritor Jorge Luis Borges abrazando al general Augusto Pinochet, el asesino del presidente Salvador Allende…

ESCOLLERAS: Nada peor en la vida como la admiración intelectual… Como la canción de José Alfredo Jiménez, que poco a poco “se va metiendo en el corazón”… Y el respeto, el cariño y el afecto por aquella persona termina en la idolatría… Entonces, nada existe más importante, y por encima de la esposa y los hijos y los padres, que el héroe terrenal declarado así… Famosa aquella frasecita bíblica de que “contigo hasta la ignominia”… Incluso, en nombre de la idolatría se ha llegado a matar a los enemigos y adversarios… Quizá el caso más estrujante el de Hitler, a quien algunos de los suyos permitían que convirtiera en amantes a sus esposas… Y lo que, caray, para ellos significaba altísimo privilegio que el Führer se fijara en ella…

PLAZOLETA: El líder de la CNC y diputado federal, Alfredo Vladimir Bonfil, acuñó frasecita célebre para referirse al presidente Luis Echeverría Álvarez, a quien debía todos los cargos públicos desempeñados… Decía: “A una voz de usted, señor presidente, este país se incendia o se apacigua”… El sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra lo expresó de la siguiente manera: “AMLO tiene un gran parecido en Dios”…

PALMERAS: La devoción intelectual es peligrosa porque proviene del cerebro y luego pasa al corazón… Y se fermenta en el hígado… Y se vuelve incurable… Cierto, ha de respetarse y admirarse a una persona que en realidad lo merezca y valga por sus cualidades y atributos humanos… y porque sea, digamos, un genio en lo suyo… Pero terminar adorando a un humano como si fuera un dios significa la peor equivocación de la vida… Y de la que la mitad de las personas y la otra mitad suele arrepentirse…