Una joven señora de treinta años, la señora R., gordita, Rotoplas, las tomó. Y de pronto, en menos de lo que canta el gallito bíblico, su pareja quedó asombrada con su delgadez.
Con todo y que el cónyuge le asegura que prefiere a las gorditas “porque hay de donde agarrarse”.

PASAMANOS: Además, es una pastillita accesible por Internet. La anuncian quizá, quizá, quizá, creada y recreada por los llamados Médicos Internet, aquellos graduados en las redes sociales y tecnológicas.
La medicina milagrosa es una supresora del apetito y quemadora de grasa. Nada de operarse para achicar el intestino. Nada de someterse a dieta. Nada de esperar a que la dieta reduzca de peso.
La semana anterior, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, Cofepris, revocó los registros sanitarios a par de pastillitas milagros (Redotex y Redotex NF), pero el mercado, todo indica, está inundado.

CORREDORES: La señora L. pidió una buena dotación por Internet y el paquete le llegó pronto, rápido y expedito a través de la plataforma de mensajería.
Y sin consulta médica.
Entonces, pidió a su pareja que juntos iniciaran el dichoso tratamiento. El marido se negó. Ella insistió. Y él rechazó entrar al tratamiento.
Ella, claro, se molestó. Pero el esposo la dejó en libertad de “hacer con su vida lo que desee”.
Por lo pronto, la autoridad sanitaria está advirtiendo de los riesgos. Y más, mucho más, si las pastillitas son ingeridas por tiempo prolongado.

BALCONES: En el mercado ofrecen pastillitas con diferentes nombres. Todas, con la garantía de que reducen la masa corporal y la consumidora logra cuerpo de modelo, edecán, chica de pasarela.
Es decir, pega y duro a la frívola vanidad del ser humano.
¡Al diablo, pues, como dice aquel, las dietas! ¡Y más al diablo dejar de comer las sabrosas picadas, gordas, tamales, tostadas y tacos!
Y si el Instituto Nacional de Salud Pública avisa que el sobrepeso y la obesidad están aumentando en la población infantil, adolescente y adulta, el Internet con sus grageas milagrosas son la solución.

PASILLOS: Los anorexígenos de estos fármacos cuentan con aval en algunos países, pues, “veinte y las malas”, los cabilderos de la industria farmacéutica operaron bien con las secretarías de Salud.
En otras naciones muchas de estas sustancias con que se elaboran han sido retiradas de la comercialización por el riesgo de problemas cardiacos.
Incluso, problemas siquiátricos, originados, entre otros por el anfepramona (La Jornada, 21 de mayo).

VENTANAS: Pero la señora R. está feliz. Ha bajado diez kilos en diez días. Y por más advertencias de una que otra amiga, le vale.
Ella vive obsesionada con trepar sus fotos en las redes sociales. Es el logro de su vida. Y ahora se postea.
¡Vaya, y hasta con traje de baño feliz y orgullosa de su fachada y contrafachada!
Está sacando a su pareja todo el dinero necesario para comprarse cremas para la cara y embellecerse, dice.
Y, claro, mudando su guardarropa con vestidos de seda pegaditos y que tanto exaltan sus bubis y pompis.
Pronto, publicará un aviso económico dando las gracias a la pastillita milagrosa.