Ahora, rafaguean a la población civil. Una estrategia para multiplicar el miedo “y el miedo al miedo” y el pavor y el terror y el pánico y el horror en las familias, los padres, los hijos, los hermanos, los tíos, los primos.

PASAMANOS: En el otro lado del palenque público, los militares y los navales, la Guardia Nacional y la Fuerza Civil y los policías estatales y municipales, incapaces de frenar el tsunami de violencia, incertidumbre, zozobra e impunidad.
En teoría, el llamado Estado de Derecho proclama que la prioridad de la tribu gobernante en turno es garantizar la seguridad en la vida y los bienes.
Más, en la vida, pues los bienes, en la teoría sociológica de Job, el paciente bíblico, van y vienen… si regresan.

CORREDORES: Para los carteles y cartelitos, el “Amaos los unos a los otros” del obradorismo porque también “son seres humanos”.
Y para el Ejército y la Marina, todo el poder político, económico y social de la historia… como nunca.
Quizá, cuando en el país existieron presidentes militares, por ejemplo, Porfirio Díaz Mori, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas del Río, Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés, y quien también era civil, entre otros.

BALCONES: Insólito: por vez primera en el siglo XXI, en Veracruz, un gobierno de la izquierda. La izquierda delirante del mundo enarbolando la bandera superior de los derechos humanos.
Y Veracruz, primer lugar nacional en feminicidios. Invicto. Así Cuitláhuac García “se corte las manos” inmolándose en la mesa de los sacrificios que porque la prensa lo quiere derrocar “exhibiendo cosas inexistentes” en la línea ágata.
Y ni se diga, Veracruz, primer lugar nacional en fosas clandestinas con un aproximado de 324 (trescientas veinticuatro).

PASILLOS: Inaudito, por ejemplo, que los niños y los ancianos y los chicos y las mujeres sean plagiados y desaparecidos en Veracruz.
El objetivo de los carteles y cartelitos es multiplicar el miedo. Vivir con miedo en Veracruz. El temor de un secuestro. Una bala perdida. Una desaparición. Un asesinato y sepultura en fosa clandestina.
Y la autoridad, rebasada.
“Nunca como hoy me he sentido tan insegura” dijo una enfermera en la marcha en Xalapa en la protesta por el asesinato de una compañera del gremio.

VENTANAS: Se trata de un hecho cotidiano de los carteles desafiando el principio de autoridad.
Y en donde, todo indica, van ganando la partida. Digamos, las batallas. Quizá, y hacia el quinto año del obradorismo, la guerra.
Nunca, al momento, ha funcionado aquella letanía religiosa de “La mañanera” de “abracitos y besitos para los malos”, porque Veracruz, y la república, siguen ensangrentándose.
Y si únicamente falta un año y medio, aprox., para el fin del sexenio de la 4T estamos, de manera inequívoca, ante un nuevo fracaso.
Fracasó Enrique Peña Nieto. Fracasó Felipe Calderón Hinojosa. Fracasó Vicente Fox Quesada. Etecé. Etecé.
AMLO, en la lista del peor fracaso social y policiaco de la historia… con todo y cacarear por ahí que es jarocho porque es hijo de padre nacido en Veracruz.
Ta’gueno.
Los cientos, miles quizá de niños huérfanos y parejas viudas y padres con hijos desaparecidos, agradecidos, muy agradecidos, con Cuitláhuac, el góber honesto.