Además, aprovechando el rafagueo nuclear diciendo que los medios “sacan raja política de los hechos donde perdiera la vida una mujer”, a tono con aquella máxima de que “los medios presentan realidades inexistentes”.
Y a tono con aquella declaración de la senadora Gloria Sánchez de un Complot Mediático para tumbar a Cuitláhuac García de la silla embrujada del palacio.

LUNES
En dos años pacificaría Veracruz…

Además, ligereza del góber de la 4T porque el asunto de los feminicidios y de mujeres asesinadas corresponde de hecho y derecho a la Fiscal General, pero Cuitláhuac, oficioso, “tira su espada en prenda por ella”.
Y lo peor, nadie en Veracruz dice que los feminicidios son cometidos por el Estado, sino por el contrario, el tema pendiente es la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra en que estamos atrapados desde el primero de diciembre del año 2018 cuando en el discurso de toma de posesión asegurara que en dos años pacificaría Veracruz.
Y vamos en el quinto año sexenal.
Ligereza, porque mientras nada se hace con resultados para atender la inseguridad, Cuitláhuac está enloquecido con quedar bien con AMLO, el presidente, y se ocupa más, mucho más, del beisbol.
Y con pésimos resultados.
Por ejemplo: Mientras en el estadio de beisbol hasta albercas construyeron para mirar los juegos de la pelota, en la Torre Pediátrica no sirven los elevadores y tres mujeres fueron lesionadas, quizá, porque así funcionan los hospitales en Dinamarca, el ideal superior de AMLO para tener una salud pública a tono europeo.
Ligereza porque en tanto los niños con cáncer adolecieron de medicinas, Cuitláhuac destinó una inversión de setenta millones de pesos para reconstruir el estadio Beto Ávila.

MARTES
Elefantes blancos del góber

Más los treinta millones de pesos para la llamada Universidad del Beisbol.
Más los 400 (cuatrocientos) millones de pesos para el Estadio Luis “Pirata” de la Fuente y con cargo a la secretaría de Educación.
Más los 350 (trescientos cincuenta) millones de pesos para “El nido del águila” en Xalapa.
Y, bueno, habría de preguntarse si el próximo presidente de la república ningún interés o prioridad tendrá por el béisbol, adiós con tanta euforia por la pelota caliente pues todo se irá al diablo.
Ligereza, porque aquellas instalaciones de los Juegos Centroamericanos están en el abandono.
Por ejemplo, el edificio del Centro de Raqueta, convertido en hospital COVID, abandonado.
Y el gimnasio para pruebas deportivas, a la deriva social.
Y también el edificio del Boliche.
Todas ellas, “elefantes blancos” en que fueron convertidas luego de la euforia presidencial y del gobernador en turno.
Por el contrario, la fama de Veracruz Feminicida alcanza la dimensión nacional pues el Estado jarocho sigue invicto en la materia sin que de por medio exista operativo eficiente y eficaz.

MIÉRCOLES
Trasfondo de la violencia…

La violencia está desbordada y por eso mismo, los feminicidios, refiere el profe Ronzón y enumera puntos indicativos y significativos:
Uno. La violencia verbal de AMLO en cada “Mañanera” rafagueando a todos y que, al mismo tiempo, es replicada por su góber jarocho.
Dos. La violencia social y económica. Veracruz, por ejemplo, cumple una Década Perdida.
Un Veracruz sin crecer.
Veracruz, por ejemplo, que estaba en el tercer lugar del Producto Interno Bruto, PIB, ahora rebasada por Nuevo León, Jalisco, Puebla y Guanajuato, y enviado al quinto lugar.
Bastaría recordar que de acuerdo con la secretaría de Trabajo federal y el Seguro Social, Veracruz es la única entidad federativa de la república incapaz de recuperar los miles de empleos perdidos en el tiempo del COVID.
El anuncio de las fábricas de Constelación y de la Nestlé, pura faramalla.
Y ante el desempleo y el subempleo creciente…
Y los pichurrientos salarios de hambre…
Y la pobreza de servicios en materia de salud y educación, la violencia desde familiar hasta social se dispara.
Y sin un programa social para combatir la inseguridad se llega al feminicidio.

JUEVES
Apología de la violencia

Hay feminismo dice el doctor en Sociología porque existe una apología de la violencia.
Uno, porque la normalización de la violencia pone la vida “patas arriba”.
Incluso, y cuando hay quienes defienden a los culpables, autores o responsables de la violencia.
Entre otras cositas, pedir “besitos y abracitos” para los carteles y sicarios porque “también son seres humanos”.
Peor tantito: cuando en el sexenio de Javier Duarte fueron tirados 33 (treinta y tres) cadáveres en el paso a desnivel de la avenida Ruiz Cortines, frente a plaza comercial “Las Américas”, “todos nos asustamos”.
Ahora, el tiradero de cadáveres se ve normal.
Tantito peor cuando la víctima es revictimizada y por lo general, siempre es culpable.
Insólito: mujeres que son culpables de su propio feminicidio.
La circunstancia social es otro agravante.
Un estudio sociológico y sicológico sobre los malandros manifiesta que por lo regular la mayoría proviene de hogares disfuncionales.
Y con problemas económicos graves.
Así, el delincuente “arrastra un resentimiento social”.
Y por añadidura, sabe que en medio de los tiroteos vivirá poco y vive acelerado.

VIERNES
La muerte mejor que la vida

El círculo feminicida se cierra cuando los ciudadanos de a pie y los delincuentes están seguros de la mala suerte en que tarde o temprano a todos les podría tocar.
La mala suerte, por ejemplo, como un atavismo social y hasta religioso en vez, digamos, de ponderar si el gobierno procura la seguridad como lo establece el llamado Estado de Derecho.
La mala suerte de nacer pobre. Y la mala suerte de no estudiar. Y de tener un empleo inseguro.
Una mujer secuestrada y desaparecida en la calle solitaria. Incluso, plagiada en su casa porque era vigilada para ser cazada como una conejita.
Y aun cuando pareciera inverosímil, la influencia de la iglesia enseñando que al morir los seres humanos bien podrían ganar el cielo al lado del Ser Superior para ser dichosos y considerando que aquí la tierra es un infierno, mil veces mejor morir, incluso, en medio del oleaje de la violencia como los malos, para entrar “al reino de los cielos”.
Por eso mismo, los delincuentes se meten a los carteles y cartelitos para cumplir las órdenes de los jefes, entre ellas y tantas otras, los feminicidios.
El asesinato de mujeres como una compleja red social con muchos rostros y caras.