Biebrich, con la edad necesaria para gobernar la entidad norteña.
Cuitláhuac García Jiménez, por sus pistolas y/o porque se lo pidieron u ordenaron, reformando la Constitución de Veracruz con la Ley Nahle y ungirla como candidata a partir de su vecindad desde hace suficientes años y hasta manejando que aquí, en la tierra jarocha, nacieron sus hijos.

LUNES
El Dedazo vigente

Nunca en el PRI manejaron una dichosa y famosa encuesta para elegir al candidato, aun cuando, con Porfirio Díaz Mori una encuesta bastó para tumbar a su yerno Ignacio de la Torre como aspirante a la gubernatura en el Estado de México.
Ahora, en MORENA, la miran definitiva para puntear al elegido.
Pero todos saben que a tono con la cultura priista, AMLO pronunciará las famosas últimas palabras con el nombre del favorito.
En el priismo se conoce como el Dedazo. Incluso, derivado en AutoDedazo y que suele darse cuando el mismo jefe político se autodestapa para el cargo público siguiente.
Entonces, y aun cuando en MORENA cacarean que el presidente (y los gobernadores y los alcaldes) de MORENA ya se cortaron el Dedazo, el Sacrosanto e Inmaculado Dedazo tiene vida eterna.
En el caso de Veracruz, de igual manera como sucediera con los veintidós gobernadores que ganaron en las urnas, el Dedazo de AMLO está bien afiladito para designar al candidato en Veracruz.

MARTES
AMLO y la cólera social

Desde MORENA, las tribus políticas crearon la sensación de nuevos sistemas, estrategias, operativos para hacer política en tiempo electoral.
Se basaron, entre otras cositas, en el antecedente singular de AMLO como líder social de indígenas y campesinos encabezando marchas de Villahermosa, Tabasco, a la Ciudad de México, en contra de Pemex.
AMLO, al frente, como Miguel Hidalgo, presidiendo la cólera social, la indignación crónica, la protesta, el espíritu contestatario, la lucha, la gran lucha por la dignidad y los derechos humanos.
Y plantarse en el Zócalo hasta ser oídos por los presidentes priistas.
Ahora, desde MORENA, y de cara a la elección del candidato a jefe del Poder Ejecutivo en Veracruz, las mismas prácticas priistas.
Una, además, la más indicativa, el aparato gubernamental en manos de Cuitláhuac García al servicio de la secretaria de Energía.
Tache a Manuel Huerta, el delegado federal.
Tache a Sergio Gutiérrez Luna, el diputado federal por el Estado de México.
Tache al secretario General de Gobierno, Éric Cisneros, y quien en su momento estelar manejara la posibilidad, aun cuando bien pudo tratarse de un elemento distractor, y en el fondo soñando con la Senaduría.
Elemento distractor también de Zenyazen Escobar, secretario de Educación, y teniendo la Senaduría como objetivo.
Bien intituló María Scherer Ibarra uno de sus libros con el epígrafe de que todos los mexicanos arrastramos en las neuronas, el corazón y el hígado un PRI chiquito.
PRI, entre otras cosas, sinónimo de autoritarismo.
El autoritarismo de Cuitláhuac para tender la alfombra política y social del gobierno del Estado a las órdenes de Rocío Nahle.

MIÉRCOLES
Legado tricolor

Cultura priista: andar de pueblo en pueblo y de evento en evento vendiendo esperanzas de una vida digna a los ciudadanos de a pie jodidos por tanta miseria y pobreza.
Y jodidos por tanto desempleo y subempleos y pichurrientos salarios de hambre.
Jodidos, porque el jefe de familia ha de migrar a Estados Unidos para ver si le va bien y la hace y puede enviar dinerito a casa.
Jodidos, porque cada día y noche se vive son sobresaltos, incertidumbre, zozobra e inseguridad.
Veracruz ha tenido 79 (setenta y nueve) gobernadores y el resultado social es canijo: seis de cada diez habitantes en la jodidez total y absoluta.
En el priismo el peor pecado mortal que terminó hartando a la población electoral fue la venta burda y ramplona, demagógica y populista de esperanzas.
Y de esperanzas, por lo general, incumplidas. “Tomaduras de pelo”. Estafas. Grandes estafas.

JUEVES
Encaramados en el cargo público…

Cultura priista: los aspirantes y suspirantes de MORENA a la gubernatura siguen usufructuando el cargo público.
Por un lado, sueñan con la candidatura. Y por el otro, lo hacen desde el poder público desempeñado.
Y dada la Cartilla Moral del escritor Alfonso Reyes…
Y la purificación moral…
Y la honestidad valiente…
Y la prédica “no somos iguales”, lo honesto, lo íntegro, el respeto a sí mismo y el respeto a los electores y militantes de MORENA, es que (y en orden alfabético) Sergio Gutiérrez, Manuel Huerta y Rocío Nahle renunciaran (desde cuando iniciaron con su efervescencia política) a los cargos públicos.
Lógico: trepados en el puesto público mucha gente se desborda por ellos y aclama en los eventos soñando, entre otras cositas, con sacarse la Lotería Política para mejorar la vida durante un sexenio.
Lo peor de la cultura priista es ahora con MORENA porque el trío de aspirantes a Veracruz tienen mucho, demasiado, excesivo rato de andar en precampaña trepados en el cargo.
Claro, igual, igualitos están Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum riñendo por la candidatura presidencial de MORENA.
Una cosita, dice “El Cochiloco” (Joaquín Cosío en el filme “El infierno”), es andar en la peregrinación con un cargo y otra cosita sin el cargo público.

VIERNES
Nuevas fortunas sexenales

La cultura priista alcanzó “la plenitud del pinche poder” cuando, y entre otras cositas, hacia el fin de cada sexenio aparecían nuevas nuevos ricos.
Ahora, en MORENA se dan grandes “golpes de pecho” llenándose la boca de honestidad.
Ya se verá, aun cuando, y por lo pronto, en el palenque han quedado manifiestas otras características de la cultura priista, como el nepotismo, el tráfico de influencias, el conflicto de intereses, “las aviadurías”, el Dedazo en la obra de infraestructura, las empresas fantasmas, el subejercicio, la locura frenética por solicitar créditos bancarios y los convenios mensuales de funcionarios públicos con los medios amigos, casi casi Siervos de la Nación.
Y, bueno, vaya a ser que cuando las tribus gobernantes de MORENA dejen el poder (desde el gobierno del Estado hasta diputados locales y federales y presidentes municipales, síndicos y regidores) aparezcan nuevos riquillos, considerando que en la vida hay dos cositas que nunca pueden ocultarse.
Una, el dinero. Y dos, el deseo y el amor.