Y de ñapa, el terrible y espantoso hostigamiento sexual que desde hace ratito está en el palenque público.
Incluso, mientras la Contralora, Mercedes Santoyo, revelara que han recibido 170 (ciento setenta) denuncias por acoso sexual en el gobierno del Estado, el góber “tiró espada en prenda” asegurando que es mentira.
Mentira cuando la Contralora documentó que el epicentro sexual está en las secretarías de Educación (Zenyazen Escobar soñando con la candidatura de MORENA al Senado), Finanzas y Planeación y Seguridad Pública.

LUNES
Legado de antecesores

Con el gobernador porfirista, Teodoro A. Dehesa, el asesinato de los trescientos obreros textiles de Río Blanco el 7 de enero de 1907.
Con el góber Luis Mier y Terán, el crimen y por la espalda y con tiro de gracia de los nueve jarochos sublevados a la reelección porfirista con aquella orden de “¡Mátalos en caliente!”.
Con el góber Jorge Cerdán y anexos y conexos, y durante diez años, el asesinato de cuarenta mil agraristas en lucha por la tierra.
Con el góber Agustín Acosta Lagunes, el imperio y dominio de “La Sonora Matancera” cuando los sicarios cobraban cincuenta mil pesos por matar a un cristiano.
Con Javier Duarte, la desaparición forzada (resultante de la alianza de políticos, policías y carteles) y las fosas clandestinas, Veracruz, hoy, campeón nacional.
Y con Cuitláhuac García, los feminicidios.

MARTES
Veintidós puñaladas a una chica

Uno de los más duros y rudos feminicidios, con saña, barbarie, crueldad, alevosía, ventaja y premeditación, el crimen de Valeria, la chica de 22 años de San Rafael, a quien ultrajaron y le quitaron la vida con veintidós puñaladas.
Pero de igual manera, y considerando que toda vida humana es sagrada, el homicidio de cientos de mujeres de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
En un lado del palenque público, la inseguridad. Tarea de la secretaría de Seguridad Pública.
En el otro lado, la impunidad. La dudosa y cuestionable procuración de justicia.
Más, mucho más, cuando la Fiscal General estableció su filosofía política del buen gobierno: “No a todos se pueden tener contentos”.
Y, bueno, en ningún momento se trata de “tener contentos a todos”, sino llanamente, de hacer justicia y que pareciera, todo indica, demasiado, mucho pedir.
Los cuatro años y cuatro meses de la purificación obradorista en Veracruz han cuajado en el resto de la república que ni es amorosa ni tampoco humanística.
Año con año, mes con mes, revolcándose en el descrédito total y absoluto.

MIÉRCOLES
El peor sexenio

Será el Principio de Peter del gobierno de Veracruz incapaz de enfrentar el tremendo paquete feminicida.
Será la Fiscalía General que anda muy ocupada cortando listones de pueblo en pueblo en ferias aldeanas y coronando a las flores más bellas del ejido.
Será errática política de la Construcción de la Paz.
Será el asombro y la perplejidad de los presidentes municipales ante el Veracruz ensangrentado.
Será el auge del machismo en las doscientas doce demarcaciones.
Serán los malos asesinando mujeres como estrategia eficaz para multiplicar el horror, el terror, el miedo, el pánico.
Será que con todo y el feminicidio galopando día y noche las familias se han abstenido de tomar medidas precautorias.
Será que todavía predomina la alianza fatídica de políticos, funcionarios públicos, jefes policiacos, policías y sicarios y pistoleros con la licencia para matar.
Serán los oídos sordos de la autoridad ante las marchas y plantones en contra del feminicidio clamando una vida sin sobresaltos y que, incluso, y como en el caso de Valeria ha llegado al bloqueo de carreteras y a la toma de Casetas.
Será el machismo floreciendo en la tierra fértil de Veracruz.
El caso es que las mujeres continúan enfrentando los peores días y noches de sus vidas.
La 4T, el peor sexenio en la historia estatal.

JUEVES
Más y más desaparecidas

Caray, ocho mujeres desaparecidas en una semana.
Gabriela Vera, Ángela Rodríguez, Zianni Cruz, María Guadalupe Hernández, Evelyn Alarcón, Yumined Flores, Marisela Elías y Ángela Sánchez.
La mayor parte, en Xalapa, la capital, la sede de los tres poderes, la sede de la Universidad Veracruzana, la Atenas jarocha.
El resto, en los municipios de Veracruz, Ciudad Mendoza, Coyutla y Pánuco.
Inverosímil, insólita, la desaparición de ocho mujeres… en una semana.
Terrible, cuando todo indica, el reporte público con las fotos y fichas de cada una de la Comisión Estatal de Búsqueda “pasa como humo” para la autoridad estatal.
De poco, o de nada, entonces, han servido los cabildeos y protestas pacíficas de ONG, Colectivos, académicas, legisladoras, incluso, la iglesia católica y apostólica, para garantizar la seguridad en la vida de la población femenina.
De nada o poco, incluso, han servido foros y tertulias, reportajes y crónicas periodísticas y filmes cinematográficos y documentales sobre los feminicidios.

VIERNES
Un milagro sexenal

Ya está dicho. Pero como el tsunami con sus días y noches turbulentas continúa, entonces, se necesita repetirlo.
Veracruz, campeón nacional en feminicidios.
Bicampeón nacional en desaparecidos. Más de siete mil en el último reporteo.
Campeón nacional en secuestros.
Campeón nacional en extorsiones.
Campeón nacional en fosas clandestinas.
Cuarto lugar nacional en agresiones a reporteros.
Bicampeón nacional en impunidad.
En resumidas palabras, el fatídico legado histórico, por ahora, de la 4T, la purificación moral y la honestidad valiente.
Cierto, “con cada cambio de gobierno se espera un milagro, pero el tiempo de los milagros ya pasó” (Adam Micknik).
Y el tiempo de la 4T en Veracruz continúa diluyéndose en el discurso oficial, la declaración mediática, la venta de esperanzas, la palabra incumplida, los ofrecimientos de una vida mejor y mejor calidad de vida.
Y lo peor, levantando expectativas que nunca podrán lograrse, como por ejemplo, la avasallante realidad económica y social con seis millones de los ocho millones en la pobreza, la miseria y la jodidez.
Así, con tantas frustraciones individuales, familiares y colectivas, los políticos soñando con la sucesión alborotan la caldera social.
Con todo, y con Cuitláhuac García, lo más duro y rudo son los feminicidios en un Estado jarocho donde seis de cada diez habitantes son mujeres.
Vaya, la desfachatez de asegurar en el informe de gobierno en Tlacotalpan que “aquí, las mujeres pueden soñar”.