de Estados Unidos, mucho tiempo de su vida, confesó, “la pasé arrodillada”.
Y arrodillada porque los magnates cinematográficos siempre la utilizaron como sujeto y objeto sexual.

DOS. Rudo viaje de su vida

Desde la infancia comenzó el viaje más duro y rudo de su vida.
Por ejemplo, su madre era alcohólica y drogadicta y terminó en un hospital siquiátrico.
Madre soltera, toda la infancia maltrató a Norma Jeane (el nombre original de Marilyn), entre otras cositas, además, inventando un padre imaginario que siempre avisaba que llegaría a buscar a la hija y la madre.
Internada la madre en un sanatorio siquiátrico, la hija fue confinada en un hospicio de niños huérfanos.

TRES. Posó desnuda para ganarse la vida

Luego, transferida a una casa de asistencia y de donde prefirió huir en la primera juventud.
Entonces, en el abandono total y absoluto de los padres y familiares y en la pobreza, Marilyn se vio obligada a posar desnuda para un fotógrafo quien le pagaba de acuerdo con el tiempo empleado en la faena gráfica.
Una de sus fotos donde posa desnuda sobre un tapete rojo y en pose insinuante fue vendida en quinientos dólares a Hugo Hefner para publicarse en el primer número de la revista Playboy.

CUATRO. Diez años sin ver a la madre

Durante diez años nunca le permitieron visitar a su señora madre en el hospital siquiátrico.
Siempre le daban peros hasta que de plano se insubordinó a su agente cinematográfico y la buscó y logró ubicarla.
Y el día cuando llegara al hospital, la madre, enferma de los nervios y hasta rayando en la locura, la desconoció.
Y Marilyn salió de ahí más apachurrada que nunca.
Nunca conoció a su padre. Incluso, exitosa, solía decir a los amigos del primer círculo que deseaba toparse algún día con su padre en un antro, un bar, y seducirlo, y luego de estar en la intimidad confesarle que era su hija.

CINCO. “¡No soy huérfana!”

En el modesto edificio donde de niña viviera con su madre tenía un joven matrimonio vecino.
Y aun cuando la mujer quiso adoptarla, el marido siempre se opuso y fue cuando la internaron en el hospicio para huérfanos.
Marilyn gritoneaba pataleando: “¡No soy huérfana! ¡No soy huérfana! ¡Tengo un padre y vendrá por mí!”.
Fue siempre su legítima obsesiva obsesión. Conocer al padre.
Su historia está contada en el filme “Rubia”, basado en la novela de Yoyce Carol Oates, interpretada por la actriz cubana, Ana de Armas, y quien, digamos, sigue la huella, los rastros, de su paisana, la preciosa Cameron Díaz.

SEIS. Infancia es destino…

En algunos de sus treinta libros, Sigmund Freud escribió que “infancia es destino”.
Quizá, explicaría el destino de Marilyn Monroe.
El beisbolista Joe D’Magio la dejó porque era muy frívola. Incluso, el último día juntos cuando pelearon le gritoneó la siguiente frase bíblica: “Sólo eres un pedazo de carne para Hollywood”.
El novelista Arthur Miller la dejó argumentando que “su vocación era de puta”.
Los biógrafos aseguran que de plano se quitó la vida una madrugada en su departamento donde estaba sola y consumiendo un exceso de barbitúricos.
Era 1962 y tenía 36 (treinta y seis) años de edad.