En Fortín de las Flores, casa de seguridad de los malosos.
La autoridad policiaca descubrió dos cadáveres.
Los dos, de hombres.
Y rescataron a un sobreviviente.
Se llama Iván.
Iván N.
De 45 años de edad.
Oficio contador.
Fue en la colonia San Paulino.
La vida, a la orilla del precipicio.
La vida, canta José Alfredo Jiménez, “no vale nada”.
Veracruz, caray, poblado de casas de seguridad de los carteles y cartelitos por todos lados.
Por eso, y entre otras cositas, más de siete mil desaparecidos en el Estado jarocho.
Y, claro, el tiradero de cadáveres por todos lados.
Sangre en los doscientos doce municipios de la entidad.
Veracruz, un fosario, diría el sacerdote de la Teología de la Liberación, José Alejandro Solalinde... siempre en pie de guerra.