Dos. Tan es así que el gobernador obradorista de Veracruz luego luego levantó la mano y hasta creó y recreó la llamada Ley Nahle en la XLVI Legislatura para reformar, ni más ni menos, la Constitución Política local y permitir que una persona como Nahle nacida en otra entidad federativa puede ser candidata y candidata legítima.
Tres. De pronto, otros levantaron la mano, como por ejemplo, el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, y el delegado federal, Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
En el viaje esotérico también izaron su bandera los secretarios General de Gobierno, Éric Cisneros Burgos, y de Educación, Zenyazen Escobar, pero se arrugaron.
Además, el trascendido de que apostaban a las grandes ligas para ver si les concesionan la candidatura a Senadores de la República.
Cuatro. Entonces, el delegado federal denunció que en MORENA se repiten las prácticas priistas, como por ejemplo, la cargada, el acarreo, los actos oficiales en favor de una candidata y hasta las columnas políticas pagadas.
Cinco. Y cuando los vientos arreciaban duro y tupido, el góber salsero, danzonero y huapanguero desayunó en la mansión de Nahle en Coatzacoalcos para asestar manotazo subliminal.
Seis. Así, apareció un trío político integrado por Cuitláhuac García, Rocío Nahle y Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno en la Ciudad de México. Sheinbaum, que la favorita de AMLO para la candidatura presidencial.
Siete. El manotazo fue cerrado la semana que hoy termina con el destape de Javier Herrera Borunda, el hijo de Fidel Herrera Beltrán, a favor de Norma Rocío Nahle para la nominación a jefa del Poder Ejecutivo estatal.
Lo dijo de la siguiente manera: “Nahle tiene treinta años de vivir y querer a Veracruz”.
En tanto, en el palenque público aseguran que Javier Herrera será candidato del Partido Verde y de MORENA a Senador de la República para que, entre otras cositas, sea ascendido en la política de diputado federal que fue a senador y en el Senado esperar el año 2030... que edad le sobra.
Todo, pues, se ha consumado.
Si los hechos concretos y específicos, lacónicos y macizos, son determinantes, MORENA, el Partido del Trabajo y el Partido Verde, tienen ya candidata a suceder en el trono a Cuitláhuac García.
Es la zacatecana Rocío Nahle, y ni modo, “nadie es profeta en su tierra”, la tierra donde por ahora gobiernan los Monreal Ávila, con la gubernatura y una presidencia municipal y la Senaduría de la República.
Ricardo Monreal, por cierto, adversario de Sheinbaum y Cuitláhuac, y en un descuido, hasta de Nahle.
Nunca en la historia local un destape tan anticipado y tan claro y evidente.
Más en un Veracruz donde el aparato gubernamental del Estado ha sido puesto a las órdenes de una candidata como Nahle.
Nada fácil sería que la esposa de AMLO y sus tres hijos mayores estén con Nahle.

“HOY POR TI. MAÑANA POR MÍ”

La alianza de las mujeres y los hombres y las tribus partidistas y políticas.
Hoy por Nahle. Mañana por Javier Herrera y anexos y conexos.
“La cargada”, pues.
Igual, igualito que en el tiempo priista, desde 1929 hasta el año dos mil.
“Hoy por ti. Mañana por mí”.
Unidos... hasta que el poder político, que los unió, los pudiera separar.
Más si es cierto como trasciende, que AMLO está a morir con Nahle para la gubernatura.
La hizo diputada federal.
La hizo Senadora de la República.
La hizo secretaría de Energía.
La hará gobernadora de Veracruz y que por eso mismo la orden superior para la Ley Nahle en la LXVI Legislatura.
Igual, igualito, como cuando el presidente Luis Echeverría Álvarez cambió la Constitución Política de Sonora para ungir candidato a gobernador al chaval Carlos Armando Biebrich, quien incumplía con la edad.
Aquí, la residencia es clave, dijo AMLO en momento estelar para defenderla.
Y Javier Herrera repitiendo la frase obradorista:
Nahle tiene treinta años de vivir y servir a Veracruz.
Servir, no se olvide.
Servir.
Nada de servirse.
Servir.
Hasta donde se sabe bien, Nahle enalteció y mejoró la vida de la señora Eusebia Cortés, quien frente a su mansión tenía (o tiene) changarro de antojitos y le servía con esmero y prontitud.
Así, con el changarro, Eusebia fue primero, por dedazo de Nahle, Regidora en el Ayuntamiento de Coatzacoalcos.
Ahora, diputada local.
Y si Nahle sale, como se afirma, candidata a gobernadora y gana en las urnas, entonces, Eusebia Cortés bien pudiera ser ungida secretaria de Turismo (para multiplicar los changarros en Veracruz y abatir el desempleo), y/o secretaria de Trabajo (para enaltecer la vida de los trabajadores, como en su caso) y/o secretaria de Protección Civil (como premio de consolación).
Y “con el tiempo y un ganchito”, si buza se pone... hasta candidata a presidente municipal de Coatzacoalcos.
Eso, al menos, dice la astróloga del mercado popular mirando su bolita de cristal.