de igual manera como se calienta el motor de un automóvil…Manos con artritis y males anexos y conexos… Espalda adolorida con el cambio de temperatura…

ROMPEOLAS: Caray, el mal de Parkinson y el Alzheimer, de hecho y derecho, la muerte en vida… La muerte vegetativa… Las neuronas desperdigadas atrofiando la memoria mediata e inmediata… La incapacidad manifiesta para valerse por uno mismo, y ni hablar, depender de los demás… Caray, la desorientación para ubicar el camino de regreso a casa… ¡Ay con la próstata haciendo crisis con la emergencia urinaria y llegar al grado insólito de miccionarse en la ropa interior y humedecer el pantalón!!... Lo peor, enfermar del esfínter y perder el control biológico…

ARRECIFES: La gran proeza de cruzar una avenida como si se tratara del peor paso de la muerte de un cirquero en la cuerda floja… La advertencia del médico de que se necesita operación “pero es riesgosa y en ningún momento garantizo te alivies, y/o en todo caso, aguantes y vivas”… El médico humanista diciendo al viejito: “Si te opero en tal hospital te cuesta tanto… Y en tal, te cuesta más… Y en tal, te cuesta mucho más, pero es una garantía”… Peor que si se tratara de la compra de una prenda en un tianguis popular…

ESCOLLERAS: Tener una emergencia y solicitar una consulta en el Seguro Social, el ISSSTE y/o el Hospital de Pemex… Y escuchar la voz de la secretaria asegurando que con mucho gusto, pero hasta dentro de dos o tres meses porque hasta entonces existe cupo… Peor aún, cuando el viejito está sintiendo que la muerte está cerca, tocando en la puerta… Peor, mucho peor, cuando la operación resulta inevitable… (Pero, bueno, tengamos fe, mucha fe, porque antes del fin del sexenio obradorista la medicina social en México será mucho mejor que en Dinamarca, el paraíso terrenal de la medicina social)…

PLAZOLETA: Existen horas bonitas… Las horas con los hijos y los nietos… Más cuando, y por lo general, son niños, porque ya adolescentes y ni se diga jóvenes “agarran camino”, ley de la vida, con los amigos y compañeros de escuela… El día cuando se cobra la pensión y que ha de cuidarse con rigurosidad para el transcurso del mes… Las horas quizá con los amigos delante de un cafecito con canillita… El día de la graduación de los nietos… Y si es posible, estar pendiente de la llegada del circo al pueblo para disfrutar a los payasos, leones y tigres y elefantes viejos…

PALMERAS: Por eso, la sabia decisión de los budistas, como los elefantes, que cuando envejecen se enclaustran para vivir solos y esperar el momento definitivo… Octavio Paz, premio Nobel de Literatura, soñó con encerrarse en su casa en los últimos años leyendo y escribiendo, lejos del palenque público mundial… Pero la pasión por su revista, Vuelta, siempre lo hizo estar de vuelta… Acaso la misma historia de los políticos y jefes políticos y caciques y quienes obsesionados con el poder público y sus beneficios económicos y sociales nunca se retiran…