Y por eso mismo, incluso, hasta los obradoristas, chairos y Siervos de la Nación, intentaron bloquear la película.
“La aburridora” aplicada para que en todo caso la filmara después del día último de noviembre del año 2024 cuando AMLO haya entregada la silla embrujada del palacio federal.

PASAMANOS: Con todo, llegará a tres mil pantallas de la república el día 23 de marzo. Un largometraje de tres horas.
En la película, el obradorismo, la 4T y “La mañanera”, exhibida.
Además, claro, de la intolerancia del presidente con enemigos y adversarios.
Y la polarización nacional multiplicando la discordia como eje central del sexenio y que, entre otras cositas, ha conflictuado y puesto a pelear a padres con hijos, a hijos con padres, a hermanos, tíos y primos, vecinos, amigos y compadritos.

CORREDORES: Dice Luis Estrada: “El presidente (AMLO) se infiltra en todas nuestras discusiones.
Ha tenido una capacidad para penetrar en nuestras vidas más allá de lo que representa el poder presidencial y el Poder político.
Se ha vuelto un centro de debate de familias, compañeros de trabajo y amigos.
Además, ha generado un clima de polarización y de intolerancia que creo es muy peligroso.
Es de lo que la película habla en esencia”. (Proceso2417, Columna Vértiz de la Fuente)

BALCONES: El gran cineasta, un genio de la sátira, el fino sentido del humor, el sarcasmo descarnado, cuenta la historia sórdida y siniestra del boicot económico del obradorismo para impedir la filmación.
Caray, y en contraparte, bastaría referir que los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox Quesada y Enrique Peña Nieto, nunca le pusieron una traba.
Y tuvo, claro, acceso al financiamiento oficial como lo establece la ley.
“El único sexenio en el que no me apoyaron fue el de Andrés Manuel López Obrador. ¡Que mancha más gacha!”.
Por encima de todo, dice Estrada, el ejercicio de la libertad y la autonomía y la independencia y la crítica.
Las cosas como son. Sin maquillaje ni medias tintas. Al pan pan y al vino vino… ante “el intento de censura previa” de los obradoristas.

PASILLOS: Peor tantito: la directora del Instituto Mexicano del Cine, IMCINE, la cineasta María Novaro, obradorista pura, le informó que su proyecto para filmar “¡Qué viva México!” fue rechazado “Y que los otros sesenta y cinco aprobados eran mejores que el mío” (Ibíd.).
Caray, vaya inmadurez, desparpajo e inocencia oficial, decir a Luis Estrada que sesenta y cinco proyectos para filmar películas y ser financiadas eran mejores que el suyo.

VENTANAS: Incluso, igual, igualito que en los sexenios priistas, la gente de Felipe Calderón le dijo que era un mal mexicano porque “manchaba la imagen de la patria y del país”.
La locura total y absoluta: Consuelo Sáizar, secretaria de Cultura de Felipe Calderón, le “mandó a decir que si del presidente de la república dependía, nunca más iba yo a volver a filmar en esta nación”.
Ahora, los obradoristas se portaron igual que Felipe Calderón, uno de los panistas más odiados por AMLO. Quizá, el más odiado.