Incluyen, claro, los reporteros asesinados en la guerra. Pero también, los reporteros incómodos e indeseables en los países, digamos, en paz, acaso flagelados por la delincuencia organizada.
México, entre ellos. Y en el tiempo de la 4T. En Veracruz, por ejemplo, en los últimos cuatro años, diez ejecutados.

DOS. Alarmante: UNESCO

De acuerdo con el reporte, en el año 2021 fueron 51 (cincuenta y uno) las víctimas. Un año después, subió a 86. Treinta y cinco más.
“Es alarmante” dijo la Unesco (La Jornada, AFP).
Entre los victimarios, los carteles y cartelitos. Pero de igual modo, políticos y caciques. Más, mucho más, políticos aldeanos.
La mayor parte en América Latina.
México, con 19 (diecinueve) casos únicamente el año anterior. Haití, nueve. En Asia y el Pacífico, dieciséis casos. En Europa del Este, once.
En Ucrania, donde Vladimir Putin, de Rusia, declaró la guerra han perdido la vida un total de diez trabajadores de la información.
La república de la 4T que ni es amorosa ni tampoco humanística… por encima de otras latitudes del mundo.
TRES. Fueron cazados
La mayor parte de los crímenes fueron cometidos en momentos cuando los periodistas andaban ocupados en otros menesteres. En ningún momento reporteando.
Es decir, los sicarios y pistoleros los estaban cazando. Y los rafaguearon en su tiempo libre.

CUATRO. Familias claman justicia

Por lo general, los homicidios han quedado en la impunidad. Y en todos lados.
Bastaría referir que la semana anterior, el hijo de Moisés Sánchez, asesinado en Medellín hace ocho años, llegó a “La mañanera” de AMLO clamando justicia.
Simple y llanamente, justicia.
El presidente, claro, ordenó a la secretaría de Seguridad federal se encargara de la tarea luego de ocho años de tocar todas las puertas, incluida las del palacio de Cuitláhuac García Jiménez y su Fiscal carnal.
A ver…
En el duartazgo, como se sabe, diecinueve reporteros, fotógrafos y camarógrafos asesinados.
Unos, cercenados y metidos los restos en bolsas negras de plástico y tirados a un canal de aguas negras. Otros, decapitados. Otros más, obligados a cavar su propia tumba y luego el tiro de gracia.

CINCO. Veracruz mal parado

En el informe de la Unesco (ONU), México (y Veracruz) quedan mal parados.
En varios asesinatos de reporteros en el Estado jarocho, por ejemplo, la delincuencia organizada. Incluso, con la complicidad policiaca. Entonces, desaparición forzada, “delito de lesa humanidad que nunca prescribe”.
Y por eso mismo, el gobierno del Estado con su Fiscalía General obligados de por vida a resolver el pendiente.
Con la 4T, el desdén y el menosprecio, la indiferencia y la apatía, el estilo personal de ejercer el poder y gobernar.
Les vale.

SEIS. De nada sirve…

Y les vale y pasan el tiempo inculpando a los antecesores y a quienes, caray, la población electoral, los ciudadanos de a pie, y la ley, ya juzgaron.
Se ignora, entonces, el beneficio social, penal, jurídico, que la Unesco puede generar enlistando el crimen de los 86 periodistas en el mundo el año anterior.
Cuando menos en México, parece ser, de nada sirve. De entrada porque los asesinatos siguen en la impunidad. Y luego, porque se continúan cometiendo.