Adentro, el cielo apara la Fiscal. Afuera, el infierno.
En el interior, los diputados guinda desparramando miel. Afuera, los Colectivos, fermentándose en la hiel.
Adentro, el festín como si la Fiscal anduviera de dama de compañía del secretario General de Gobierno cortando listones en ferias pueblerinas y coronando a las flores más bellas del ejido.
Afuera, par de adjetivos calificativos describiendo y resumiendo el personal estilo de ejercer el poder: “¡Embustera! ¡Mentirosa!”.
Un pueblo sublevado.
Encabritado.
Les han pegado y duro y tupido en donde más duele.
Los hijos.
Los hijos plagiados.
Y desaparecidos.
Y ultrajadas quizá, si eran y son mujeres.
Caray, buscando a todos ellos hasta en fosas clandestinas (Veracruz, un fosario, dice el cura José Alejandro Solalinde Guerra, asesor de AMLO).
En fosas, como única posibilidad de poder encontrarlos.
Aunque sea muertos.
Muertos... para darles cristiana sepultura y tener un lugar, un espacio, una tumba en el panteón donde llevarles flores y agua bendita y oraciones.
Dos realidades en un Veracruz ensangrentado.
La realidad de la Fiscal General.
La realidad rosa.
La realidad de los Colectivos y que cada vez aumentan y aumentan.
La realidad negra.
Unos cuantos, menos de cinco, en los primeros años del sexenio de Javier Duarte.
Ahora, unos veinticinco.
Y cada vez más fosas clandestinas.
Bastaría recordar que únicamente en las fosas de Colinas de Santa Fe, ciudad jarocha, y El Arbolillo, Alvarado, más de seiscientos cadáveres descubiertos.
Todos, cientos, miles quizá, sin que la Fiscalía General les aplique la prueba ADN.
Además, los casos dramáticos de hijas secuestradas y desaparecidas.
Caso Fátima, la chica de quince años desaparecida en Villa Aldama.
La familia, los amigos, los vecinos, marchando en Xalapa, la capital, la sede de los tres Poderes.
En seis semanas les han cambiado de Fiscal en cuatro ocasiones.
Cuatro fiscales.
Será incapacidad oficial.
Será un mensaje subliminal, pero burdo, ramplón y barato, digamos, para aplicar “la aburridora”.
Será una burla, una mofa, un pitorreo, un desdén, un menosprecio.
Será porque “Aquí mando yo”.
Será porque “no a todos se les puede tener contentos”.
Pero la desaparición de Fátima evidencia una vez más la capacidad y la voluntad social de la Fiscal General.
Caray, y Veracruz conservando el liderazgo nacional en feminicidios.
Y en la impunidad.
El martes 24 de enero, uno más.
En Acayucan.
Karla Vera Mundo, de 23 años, viajaba en una motocicleta con su pareja, Daniel.
De pronto, los tiros, los balazos, el rafagueo, los alcanzó.
Ella perdió la vida.
Daniel pudo huir.
Un expediente negro más para la Fiscal General.

LOS ASTROS EN CONTRA

De por sí, la vida en Veracruz, un infierno.
Uno, la miseria y la pobreza.
Dos, el desempleo y el subempleo y los miserables y pichurrientos salarios de hambre.
Tres, la ineficacia oficial para recuperar los miles de empleos perdidos en el tiempo del COVID y Veracruz, el único estado con un gobernador incompetente de acuerdo con la secretaría de Trabajo federal y el Seguro Social.
Cuatro, la migración a Estados Unidos, huyendo de la jodidez en que estamos.
Cinco, la calidad de vida en la orilla del precipicio.
Seis, la baja calidad educativa y de salud.
Por ejemplo, los niños muertos de cáncer.
Siete, el peor desarrollo humano.
Ocho, un pueblo infeliz y desdichado, primero, con la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra.
Y segundo, con la impunidad.
Y tercero, el desdén y la indiferencia y la soberbia y la altivez de la Fiscalía General.
Mejor dicho, del góber salsero, huapanguero y danzonero con su único legado histórico que está dejando y dejará, todo indica, como es el feminicidio.
¡Qué difícil y duro y rudo se ha convertido vivir en Veracruz!
La población, los ciudadanos, las familias con miedo, pánico, horror, terror, cada día y noche.
Digan lo que digan la 4T y los Siervos de la Nación.
El gran fracaso social.
“¡Embustera, mentirosa!” llamó el Colectivo Unidos por la Paz y la Familia Enlace Xalapa” a la Fiscal General.
Mientras, quizá la Fiscal General creerá que con Cuitláhuac García arropándola en el Congreso basta y sobra para blindarse del mal fario y el peor karma emanado de los Colectivos y de cientos, miles quizá de familiares de víctimas esperando justicia.
Por lo pronto, ninguna duda, vaya premisa universal, de que las mil 33 (treinta y treinta y tres) personas detenidas y sus familiares con la ley de Ultrajes...
Incluidas las 582 (quinientas y ochenta y dos) sometidas a procesos penales...
Más las cien personas todavía privadas de libertad...
Sufragarán en contra de los candidatos de MORENA en el año 2024, pues jamás perdonarán los agravios a la 4T y Cuitláhuac.
Y a la Fiscal General, claro.