y cultivarse como una plantita…Y si la plantita, es decir, la vida, deja de atenderse, entonces, el jardín se seca y todas las plantas mueren por añadidura…

ROMPEOLAS: Cada persona sus vivencias y experiencias, pero la parábola de Goethe, descubierta en la infancia, le sirvió el resto de la vida… Simplemente, vivió a plenitud y con intensidad volcánica… El mismo sembraba plantitas en el jardín de su casa y estaba pendiente de su crecimiento… Además, siempre estaba pendiente de platicar con las plantas y contarlas sus historias literarias… Las plantitas, aseguraba, también escuchan… Pero más todavía, están urgidas de que se les platique… Y se ría uno con ellos… Y las acaricie… Y les cante, con todo y que la persona tenga la voz desentonada… Ellas agradecen el empeño y la delicadez y la finura…

ARRECIFES: Nada entristecía tanto a Goethe como descubrir una plantita muerta en el jardín de su casa, del parque próximo, del zócalo… Amaba mucho más a las plantitas que a los animalitos… En su escritorio tenía una plantita sembrada en una maceta… Y tenía prohibido a los amigos que lo visitaban fumaran en su cuarto de estudio… Todo, porque el humo daña a las plantitas…

ESCOLLERAS: Goethe habría hecho buena pareja con Miguel Ángel de Quevedo, considerado el apóstol del árbol en Veracruz y luego en México cuando trabajara en el gobierno federal encargado de la reforestación nacional… Los jardineros bien harían en declararlo el Santo Patrono del Mundo Vegetal… Y, claro, hasta recitar algunos de sus poemas… Nada más hermoso que un jardín en el parque de la esquina… Todo, verde… Bien rasuradito, digamos, como dicen por ahí, como mesita de billar… Y sobre el pasto floreciendo las plantas y los árboles con sus troncos y ramas… Más, mucho más, cuando se trata de plantitas raras y extrañas y mágicas al mismo tiempo…

PLAZOLETA: “Yo canto al Hombre Moderno” escribió Walt Whitman en uno de sus poemas inmortales… Yo canto a la madre naturaleza escribió el poeta tabasqueño, Carlos Pellicer, uno de los miembros del grupo literario de los Contemporáneos, y entre quienes existían poetas que cantaban a la comunidad sexual… Yo canto a los animalitos decía San Martín de Porres… Yo canto a mi caballo decía Atila y lo nombró Cónsul de la República… Yo canto a las plantitas escribió Goethe…

PALMERAS: Las plantitas, como los animalitos y los seres humanos cumplen un ciclo… Nacen, se desarrollan, viven y mueren… Pero en el caso de las personas la vida ha de cuidarse mucho más porque trasciende en la familia… Pero también puede tener un sentido en la vida de un pueblo, una causa social, una causa religiosa, una causa cívica… Y el riesgo de que la vida puede estar al servicio del bien, pero también del mal… Un sacerdote escuchó las quejas de una madre en confesión refiriéndose a su hijo… Entonces, el presbítero le contestó de la siguiente manera… “Es el monstruito que creaste”…