Medio millón de paisanos haciendo únicamente dos comidas, y mal comidas, al día, a partir de la precariedad en el diario vivir.
Un millón de paisanos en Estados Unidos alumbrados con la esperanza de ganar dólares para enviar a casa en Veracruz.

LUNES
“No a todos se puede tener contentos”

Veinte Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes desaparecidos, buscando a los suyos hasta en lotes baldíos con presuntas fosas clandestinas.
Más de cinco mil desaparecidos a la fecha, más los que cada semana acumula la Comisión Estatal de Búsqueda publicitando fichas con las fotografías de las personas secuestradas.
Entre ellas, mujeres mayores. Pero también, quinceañeras y niñas.
En el imaginario popular y social, la versión de la trata de blancas.
Hay días, dice el Observatorio Contra la Violencia a las Mujeres de la Universidad Veracruzana, cuando desaparecen dos mujeres.
Y en respuesta, la Fiscal General argumentando que “no a todos se pueden tener contentos”, luego, de la otra frase bíblica de “Aquí mando yo”.
Veracruz, el reino del desempleo. El infierno de la violencia. El paraíso de la impunidad.
En contraparte, los partidos políticos con sus aspirantes y suspirantes a la candidatura a gobernador para el año 2024.
Obsesionados de manera obsesiva con el poder público. Poder público siempre ligado al poder económico y social.

MARTES
Fatídico cada nuevo amanecer

El daño sociológico y sicológico en cada uno de los doscientos doce municipios es terrible y espantoso.
Atrás de cada uno de los cinco mil desaparecidos, niños huérfanos y parejas viudas.
En cada nuevo amanecer soñando con el regreso de los suyos. La disyuntiva fatídica de si estarán vivos o muertos.
Y si vivos, si les estarán dando las medicinas para sus enfermedades. Si habrán desayunado, comido y cenado. Si podrán bañarse. Si dormirán bien. Si los estarán golpeteando.
Nada más duro y rudo que vivir en la incertidumbre y la zozobra.
Y por más y más caminatas…
Fotografías colgando en cartulinas en las paredes y bardas como parte de una exposición gráfica para visibilizar cada historia…
Árboles navideños con fotos de los desaparecidos…
Plantones en la escalinata de la Catedral de Xalapa de cara al Palacio de Gobierno de la 4T…
Plantones en el Zócalo de la Ciudad de México…
Una madre con cuatro hijos desaparecidos (dos de ellos en Veracruz) viajando a Roma y hablando con el Sumo Pontífice, Francisco Primero, y entregando los expedientes, solicitando su intervención diplomática…
Historias publicadas en libros y filmes cinematográficos y documentales, el último, “A plena luz. Caso Narvarte”, la historia de la matanza en la colonia Narvarte de la Ciudad de México el 31 de julio del año 2015, entre ellos, la estudiante de la Universidad Veracruzana y activista, Nadie Vera, y el fotógrafo Rubén Espinoza…
Por más y más protestas, Veracruz continúa ensangrentado.
Ríos desbordados de sangre. Ríos desquiciantes y vertiginosos de impunidad.

MIÉRCOLES
La muerte de la esperanza

Nada más canijo en la vida como acariciar esperanzas fallidas y frustradas.
La esperanza de un empleo estable y pagado con justicia laboral y sin el temor de que a la primera intriga seas despedido.
La esperanza de un empleo para los hijos y los nietos recién egresados de la universidad.
La esperanza de una mejor calidad vida, con dignidad.
La esperanza de una educación de calidad que permita un sólido bagaje informativo y formativo para enfrentar la vida y llegar a la otra orilla.
La esperanza de vivir tranquilos en cada nuevo amanecer, cuando se anda temeroso de un asalto, un secuestro, una desaparición, un ultraje si eres mujer, un asesinato y una fosa clandestina en un Veracruz considerado uno de los peores fosarios de la nación.
La esperanza, pues, de ser feliz, considerando que nunca, jamás, hay felicidad total y absoluta, y únicamente existen momentos estelares de dicha y que han de guardarse en las neuronas y el corazón para los tiempos difíciles.

JUEVES
Tiempo de las balas

En cientos, miles de hogares y familias de Veracruz se llora el secuestro, la desaparición y el asesinato de un hijo, un padre, un tío, un primo, un abuelo, un compadre, un amigo, un vecino, un compañero de trabajo.
Mucho, demasiado, excesivo dolor ha significado el tiempo de las balas y el fuego cruzado y los plagios con alevosía, ventaja y premeditación y sana y barbarie.
Son días oscuros. Siniestros. Sórdidos.
Más porque desde la autoridad hacen escarnio del dolor y el sufrimiento humano.
Incluso, se pitorrean y actúan con menosprecio a la población doliente.
Lo peor: el desprecio con soberbia y altivez. Más peor, con la frívola vanidad por delante.
Y, claro, bendito el chamán porque por ahora, los funcionarios públicos y sus familias son, parecen ser, intocados e intocables.
Y ojalá los vientos favorables continúen siempre librando el tsunami de incertidumbre y zozobra.
Los secuestradores y asesinos físicos e intelectuales del Veracruz ensangrentado, libres.
De ñapa, la violencia institucional. El crimen de Estado. Y el crimen de Estado a partir de la indiferencia y el desdén.
Soberbia, aparte.

VIERNES
Frustrado derecho a la vida

Un montón (número incalculable) de vidas segadas en el territorio jarocho.
A todas las víctimas del tsunami de sufrimiento y dolor les fue negado el legítimo derecho a la vida.
Sus vidas fueron limitadas, extinguidas, y lo peor, condenadas a la impunidad, cuando de acuerdo con el llamado Estado de Derecho merecen la procuración de la justicia.
Más, en los casos de la desaparición forzada. Aquella resultante de la alianza de políticos, funcionarios públicos, jefes policiacos, policías, carteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malosos y malandros y hasta “halcones”, conocidos como “los soplones”.
Y en el otro extremo del palenque social, en un Veracruz pródigo en recursos naturales, los miles y miles de desempleados y subempleados, vedados para llevar el itacate y la torta a casa en el día con día.
Cada gobernador y tribu política encaramada en el poder tiene un desafío en su momento sexenal.
Los antecesores ya fueron evaluados por la población electoral.
Incluso, ¡vaya necedad seguir lavándose las manos en la palangana del estercolero del pasado!
Y el tiempo de la 4T en Veracruz es sinónimo de desencanto y frustración.
Muchas, excesivas, demasiadas expectativas sociales y económicas, educativas y de salud y de seguridad y justicia levantaron.
El desaliento social pronto tomó forma…