Se llama Ivana Knoll. Y fue Miss Croacia. Y es modelo. Y “tirios y troyanos” la denominaron la Novia del Mundial en Qatar cuando de pronto, en un juego, caminó entre los pasillos con un shorcito diminuto, diminuto, diminuto, y los fanáticos dudaban si mirar su fachada o su contra fachada.

DOS. Coqueta y provocativa

Incluso, en los juegos del Mundial los feligreses de la pelota alternaban la mirada entre Ivana Koll con su brassier diminuto y su forma de caminar coqueta y provocativa, enloquecedora, y la cancha.
Es influencer. Y cuando ganó el reinado de belleza dejó la universidad y pasó a mejor vida.
Nunca antes había alcanzado tanto estrellato como ahora. Aclamada en las canchas de Qatar. Aclamada en la tele mundial.
El gobierno de los talibanes quedó avasallado. Y ni modo de detenerla y encarcelarla… porque tremendo zipizape se habría armado en los cinco continentes.

TRES. Dos millones de seguidores

Como influencer tiene casi dos millones de seguidores. Bonita. Preciosa. Bella. Tan alta como Sansón y Hércules. Carnes sólidas de tanto ejercicio y aerobics.
En el Mundial puso de moda “El baile de la paloma” que lo bailó en los estadios.
Y desde entonces, la mitad del mundo y casi casi la otra mitad lo baila.
Su foto espectacular, tipo almanaque del siglo pasado, fue colgada en las habitaciones de los hoteles en Qatar.
Y muchos fanáticos traen su foto en la cartera en el pantalón.

CUATRO. Diosa sexual del Mundial

¡Vaya corpozazazazo! ¡Vaya caderas! ¡Vaya senos! ¡Vaya sonrisa gigantesca tamaño sandía como en el cuadro del muralista Diego Rivera!
Más, mucho más, por ejemplo, que la famosa Chiquitiboom del Mundial en México en 1968.
Ella, consciente de su atractivo físico, sabía su objetivo.
Lucirse. Mostrarse. Exhibirse.
¡Vaya, en un dos por tres fue más famosa que el equipo de fútbol croata!
Ex Miss Croata, modelo, “veinte y las malas” que antes de que el gallito bíblico cante tres veces, aparecería en las mejores pasarelas de Europa y luego en América Latina.
El cine la espera.

CINCO. Un millón de dólares

Ella tiene treinta años. Apenas, apenitas, estudió el bachillerato. Lanzó una empresa con su marca. Y por ahora, cotizan su fortuna personal en un millón de dólares.
Fue bailarina. Admira a Bad Bunny. Nació en Alemania y la familia migró a Croacia. Y es Virgo.
Estuvo en Brasil en el año 2014 en el Mundial. Y nunca llamó la atención.
También en Rusia en el Mundial en el año 2018.
Ahora, en Qatar fue la revelación. Ningún habitante del planeta puede hablar del Mundial de Qatar sin referirse a ella.
Los talibanes amenazan con demandarla, en ningún momento porque haya centralizado la atención mundial, sino por su forma “insinuante” y provocativa de vestir.

SEIS. Las hermanitas Kardashian fueron olvidadas

De entrada rebasó a las hermanitas Kardashian. Y ni se diga a Shakira con sus meneítos de cadera.
Y ni quién se acuerde de Silvia Krystell con sus películas “Emmanuelle”. Menos, caray, de Yalitza con su debut cinematográfico en la película “Roma”.
Ahora sí, dejarían de pasar en el cine el filme sobre la princesa Diana para el debut mundial de Ivana Knoll.
La nueva diosa sexual que el Mundial de Fútbol bastó para adueñarse de los cinco continentes con las más de doscientas naciones.