Desdeño y menosprecio gubernamental. Indiferencia.
Y hasta pitorreo, como por ejemplo, la Fiscal General, la primera mujer en el mando superior para procurar justicia (ajajá) con su frase memorable, citable y bíblica para, digamos, y según ella, justificar su principio de Peter:
“No a todos se les puede tener contentos”.

LUNES
Veinte Colectivos en Veracruz

Un hecho lacónico y macizo de la impunidad en Veracruz con los más de cinco mil desaparecidos es el siguiente:
Con Javier Duarte aparecieron los primeros Colectivos, tiempo cuando las madres decidieron organizarse para buscar a sus hijos.
Y unas a otras, como los amigos, en el camino duro y rudo, lleno de espinas y cardos, se fueron encontrando, descubriendo y re/descubriendo.
Ahora, más de una década después, son veinte.
Y como dice el Colectivo “Marea Verde Altas Montañas” de Orizaba:
“Si las autoridades no fueran tan indolentes, las Colectivas no haríamos todo su trabajo”.
Ellos, como tantos otros en Veracruz y en la república amorosa y ahora, humanista, tomaron las calles “para visibilizar agresiones”.
“A las mujeres nos están matando en la cara de la gente”.
Indicativo y significativo:
Los Colectivos siguen clamando justicia y la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía, incapaces, rebasadas, para garantizar el llamado Estado de Derecho.
Y en el otro lado de la cancha, el góber se pitorrea con todo el desprecio del planeta:
“Aquí las mujeres pueden soñar” dice.
Le faltó agregar que soñar, cierto, pero con el infierno.
El único legado de Cuitláhuac García Jiménez son y serán los feminicidios.
Así, tal cual, será recordado… con todo y las loas y el incienso del presidente de la república humanista.

MARTES
Legado de Cuitláhuac, el góber

Terrible y espantosa la vida para la población femenina de Veracruz. Más, considerando que seis de cada diez habitantes son mujeres.
1) Los feminicidios.
2) Los secuestros y desapariciones.
3) Las fosas clandestinas.
4) Los hijos huérfanos y las parejas viudas.
5) El acoso y el hostigamiento sexual y hasta en dependencias estatales y federales.
6) La miseria, la pobreza y la jodidez.
7) Los salarios pichurrientos de hambre y el desempleo y el subempleo.
8) Un Veracruz campeón nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales.
9) En un lado del ring, la injusticia económica y social. En el otro, la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra. Y en el centro del ring político y social, la impunidad.
10) El menosprecio de la Fiscalía General a la legítima causa de los Colectivos.
11) Únicamente este año, 110 (ciento diez) feminicidios de acuerdo con “Marea Verde Altas Montañas”.

MIÉRCOLES
“Las niñas no se tocan”

Uno de los lemas emblemáticos de los Colectivos es tan dramático como angustiante:
“Las niñas no se tocan. Las niñas no se violan. Las niñas no se matan”.
Antes, los feminicidios se centraban en las muchachas y las mujeres maduras.
Luego, alcanzaron a las mujeres de la sexta y séptima década.
Ahora, las niñas en la mira.
Ha de convocarse, entonces, una de las preguntas de Lenin soñando con “La Dictadura del Proletariado”:

“¿Qué hacer?”.
Las niñas en el ojo del huracán calenturiento significan el peor atropello humano.
El escenario de un pueblo cuando proclama el tiempo del “Humanismo Mexicano” como el domingo 27 de noviembre en el Zócalo de la Ciudad de México.
Y más cuando se expropia el primer Mandamiento de la Ley de Dios a la iglesia católica, “Amaos los unos a los otros” para empalmar, vaya populismo, la política con la religión.
Y cuando se piden “besitos y abracitos” para los malosos porque “también son seres humanos”.
Y en contraparte, el secuestro, desaparición y hasta crímenes de niñas sigue avasallando en todas las latitudes geográficas de Veracruz a quien cantaran, entre tantos otros, Gabriela Mistral (viviendo en Xalapa), Rubén Darío (aclamado en el puerto jarocho) y Pablo Neruda (levantando conchitas a orilla de la playa en la ciudad de Veracruz), los tres, por cierto, huéspedes ilustres en Veracruz durante el siglo pasado.

JUEVES
Cada vivo adoptar un muerto…

Día llegará cuando con tantos muertos en los panteones de Veracruz…
En ríos y lagunas…
Caminos vecinales y carreteras…
Colgando de los árboles y puentes…
Los muertos serán más que los vivos.
Incluso, cada vivo podría adoptar un muerto.
Y gracias a los muertos adoptados, cada persona, cada habitante de los doscientos doce municipios, se creerá y sentirá más vivo que nunca.
Porque entonces, simplemente, cada ciudadano de a pie tendrá razones de peso y con peso para seguir luchando.
Y luchando para que a cada muerto se le haga justicia y tanto los asesinos físicos como intelectuales, más, mucho más, los homicidas intelectuales, pudieran ser aprehendidos y sometidos a proceso penal.
Entonces, sin duda, será el más bello día en la historia de Veracruz.
El día cuando suene, digamos, el humanismo en alto decibel porque los muertos estarán más vivos que nunca.

VIERNES
Vivir con sobresaltos cada día

Jesús, un hijo de la señora Rosario Ibarra de Piedra, fue secuestrado y desaparecido en Monterrey en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, acusado de pertenecer a la “Liga 23 de septiembre”, acusada del secuestro y asesinato de un empresario regio.
Entonces, con los presidentes Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Alvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, se la pasó tocando puertas y ventanas oficiales, cabildeando, en plantones y marchas, para encontrar a su hijo.
Murió y con ella murió el legítimo sueño de encontrar con vida a su hijo.
Andrés Manuel López Obrador quiso, digamos, honrar a doña Rosario y nombró a una de sus hijas titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Un cargo público, ajá, para “curar las heridas” y consolar a los vivos… con todo y que por ahora, y cuatro años después de la 4T, hay más de ciento diez mil desaparecidos.
En Veracruz, los secuestrados y desaparecidos siguen. Incluso, todos los días como boletina la Comisión Estatal de Búsqueda publicitando fichas con las fotografías de las víctimas y los datos básicos.
Está canijo que seis millones de los ocho millones de habitantes en el Estado jarocho vivan en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Pero peor, mucho peor, de ñapa todos los días y noches se viva con sobresaltos, en la incertidumbre y la zozobra.