Estéril cabildeo
Senador de la República, Fidel Herrera Beltrán entregó los seis años al cabildeo político, social y diplomático para que la Comisión Federal de Electricidad reajustara las tarifas eléctricas en Veracruz.
Cabildeó con los presidentes, el priista Ernesto Zedillo, y el panista Vicente Fox Quesada.
Cabildeó en el Congreso de la Unión.
Cabildeó en público y en privado.
Luis Velázquez
Y nunca su gestión social tuvo eco.
El par de ex presidentes y de líderes senatoriales lo cabecearon.
Desde entonces, cada legislador federal ha retomado la posibilidad... hasta la fecha, cuando un grupo de diputados federales panistas tomaron la bandera y tocan puertas, pero ni siquiera, vaya, se abren las ventanas.
En contraparte, vaya paradoja, por aquí ascendió al poder presidencial el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, AMLO, la CFE del expriista Manuel Bartlett Díaz, aquel de “¡Se cayó el sistema!”, primero, perdonó deuda millonaria de los tabasqueños con la CFE.
Y luego, les reajustaron las tarifas de luz.
Con todo y que AMLO se ha dado “golpes de pecho” expresando su amor a Veracruz que porque aquí nació su padre y hasta puede gobernar Veracruz, la gestión panista “se ha topado con pared”.
La más insistente, la diputada federal, Marijose Gamboa Torales, y a quienes los azules miran como inminente candidata del PAN a presidenta municipal del puerto jarocho en el año 2025.
Y quizá, por eso mismo, razones políticas y electorales, su cabildeo está, estará, condenado al fracaso legislativo.
Ella, sin embargo, continúa enarbolando la bandera iniciada por Fidel Herrera.
Nunca tampoco Javier Duarte logró un resultado concreto y específico ante la CFE.
Ni Miguel Ángel Yunes Linares.
Y en los cuatro años del sexenio de la 4T en Veracruz, jamás el góber fifí ha mostrado interés en la posibilidad.
Con todo y que aquí está la planta nuclear de Laguna Verde produciendo la suficiente energía eléctrica para una reconsideración en las tarifas.
Las razones, entonces, para tanta negativa, más bien son cien por ciento políticas.
El tema sigue alimentando la venta de esperanzas ramplonas, baratas, populistas y demagógicas.
EL PEOR DE LOS TIEMPOS
Por el contrario, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor del INEGI, el costo de la luz aumentó en el mes de octubre en algunas regiones de Veracruz, entre ellas, en la ciudad jarocha, San Andrés Tuxtla y Coatzacoalcos.
Fue aprox. De un 17 (diecisiete) por ciento (Notiver).
En medio de la inflación galopante y la recesión y los estragos del COVID que todavía andan por ahí, entre otras cositas, con los treinta mil empleos perdidos en la pandemia y en donde según la secretaría del Trabajo y Previsión Social y el Seguro Social, el gobierno de la 4T jarocha ha sido incapaz, ineficiente e ineficaz para recuperarlos, a tono con los gobernadores de otras entidades federativas.
Entonces, el peor de los mundos económico y social para el Estado jarocho.
Más cuando el disparo en los precios de la canasta básica alcanza niveles insospechados.
Lo peor viene del gobierno federal cuando aventura que será, sería, hasta finales del año entrante, 2023, cuando quizá, quizá, quizá, la inflación podría ser controlada, a pesar, incluso, del Pacto suscrito por AMLO con la iniciativa privada.
Además, claro, y por añadidura, del incremento en el precio de la gasolina, el sorgo y los cultivos y el azúcar.
De postre, en Veracruz, como en el resto de la república amorosa, el tiradero de cadáveres en una nación ensangrentada.
Se resume así “el socialismo con rostro humano” que el obradorismo soñó con instaurar hace cuatro años.
Ninguna esperanza, absolutamente ninguna, de que en los próximos dos años, las tarifas eléctricas sean reajustas para beneficio social y económico de la población jarocha, y en donde seis de cada diez habitantes están en la miseria, la pobreza y la jodidez.
El otro postrecito son los pichurrientos y miserables salarios de hambre.