En tanto, el INEGI revela su encuesta del tercer trimestre del año y da como un hecho, a tono quizá con la 4T y más allá de los dimes y diretes, que la percepción de inseguridad está hoy, hoy, hoy, en su nivel más bajo desde el año 2013, sexenio de Enrique Peña Nieto.
Incluso, ubica a Xalapa, la capital de Veracruz, en una caída indicativa y significativa de la violencia, cuando el jueves veinte de octubre una persona fue baleada en el edificio Enríquez, el centro urbano de la llamada Atenas.
Tirios y troyanos declarándose ángeles de la pureza.
Y en contraparte, y como suelen decir en el púlpito de “La mañanera”, los ciudadanos de a pie, la población electoral, “tiene otros datos” con una estadística de la muerte en todas sus formas (secuestros, asesinados, feminicidios, pozoleados, fosas clandestinas, etcétera) cada vez escalando más alto hacia el fondo del infierno.
¡Vaya INEGI con su transformación moral a tono, digamos, con la 4T!
Por ejemplo:
Primero. Desde el púlpito estadístico se asegura que la percepción de inseguridad está en su nivel más bajo.
Segundo. Dicen que la primera fuente de información fidedigna sobre la incertidumbre y la zozobra en la república amorosa son los noticieros de televisión, cuando, caray, la mitad de la nación y la otra mitad saben, están seguros, ultra contra súper seguros de que como la televisión es una concesión del gobierno entonces han de quedar bien y ser recíprocos con el Príncipe Sexenal en turno.
Y tercero. Dicen que el “Facebook es la segunda fuente más importante para enterarse sobre la situación de inseguridad”, y ni hablar, vaya descubrimiento tan esotérico.
Por lo pronto, todos trankis.
Cuando menos en Veracruz.
Uno, porque el góber fifí sostiene que “los medios inventan un ambiente de violencia que no existe en la realidad”.
Y dos, porque luego de la persona herida en el edificio Enríquez de Xalapa, el secretario General de Gobierno, quien sueña con la candidatura de MORENA al Senado de la República con el dedazo de la zacatecana Rocío Nahle, aseguró que “la incertidumbre la provocamos nosotros”.
En ningún momento, claro, especificó quiénes “somos nosotros”.
Si el gobierno de Veracruz.
Si los policías.
Si los medios.
Si los ciudadanos.
Si las ONG entre ellas, los Colectivos.
Si los académicos integrados en organizaciones.
Si los memes.
Si los WhatsApp.
Si los díceres.
“Nosotros (pues) somos la incertidumbre”.
La palabra oficial contra la realidad intensa, volcánica y avasallante en una república amorosa ensangrentada.
Y de ñapa, lo que faltaba, el INEGI “poniendo toda la crema a los tacos” y de paso exponiendo su nombre, crédito y prestigio... al servicio de la 4T.
Por eso, incluso, y gracias a la inseguridad a la baja hay casi cincuenta aspirantes y suspirantes a la candidatura presidencial del año 2024.
Todos, ajá, vendiendo esperanzas y soñando con “el socialismo con rostro humano” habitado por el nuevo hombre y la nueva mujer del continente.
Por cierto, y como mera referencia, como “la incertidumbre la provocamos nosotros”, vaya incertidumbre y zozobra, temor y miedo, horror y pavor, con los cadáveres tirados a la orilla de la carretera de Ángel R. Cabada, el jueves 21, los dos cuerpos de hombres semidesnudos, los dos con los ojos vendados y los dos con los pies atados.
Mucha razón asiste al Inegi. “La percepción de inseguridad, en su nivel más bajo desde el año 2013” (La Jornada-México, 19 de octubre, 2022).
¡Hosanna, hosanna!
Pronto serán las posadas para cantar al Niño Dios. Pero, claro, los cánticos se puede adelantar.
Nadie ha de olvidar (y olvidar es un pecado mortal) que en el mes de diciembre del año 2019 el curita José Alejandro Solalinde Guerra descubrió que AMLO, el presidente, “tiene mucho parecido con Dios”.
Y para ganar indulgencias después descubrió que Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno en la Ciudad de México, “se parece mucho a la Virgen de Guadalupe!

“A TODOS NOS IRÁ MEJOR” DICE AMLO

Por lo pronto, el señor Hugo Gutiérrez Maldonado renunció antier a la secretaría de Seguridad Pública, SSP, digamos, como una escuela del tsunami de violencia.
En la carta oficial argumenta situaciones personales que necesita atender.
Deja testimonio de que el Veracruz que recibió es diferente mil años luz de distancia al Veracruz de hoy.
Claro, el dolor y el sufrimiento de la familia del director de la Policía Vial de la SSP, Juan Alan Cuetero Meza, secuestrado y desaparecido que “por el crimen organizado” el 29 de mayo luego de escuchar misa en templo jarocho en una colonia popular queda hecho trizas y polvo dada la angustia de casi cinco meses, y quien fue uno de los más cercanos colaboradores.
Más, mucho más, por la fama entre la tropa de Cuetero Meza de un joven de 32 (treinta y dos) años íntegro y honesto.
Pero, bueno, todo el país está “en un baño de sangre” y el testimonio inapelable proviene de los ciudadanos de a pie, las familias, la población electoral que saben y tienen conocimiento del día con día de norte a sur y de este a oeste de la llamada república amorosa.
Todavía más en los hogares con niños huérfanos y parejas viudas y hermanos y tíos de familiares victimizadas.
Bastaría referir que tan solo en Veracruz hay veinte Colectivos, integrados con padres con hijos y parientes plagiados y desaparecidos.
Un capítulo de la 4T se ha cerrado con la renuncia de Gutiérrez Maldonado cuando el sexenio obradorista está por cumplir cuatro años.
Dos años más que faltan y que según AMLO, el presidente, “a todos nos irá mejor”.
Ta’gueno.