“No nos decepcionen más” les dijo en desplegado a una plana en la prensa de Xalapa.
35 (treinta y cinco) diputados locales, entre ellos, opositores, publicando un desplegado al Poder Judicial de la Federación, halagando a la Fiscal General y exhibiendo a jueces federales por liberar a los presuntos homicidas del reportero ejecutado.
La Fiscal General, claro, calladita, pues tiene Narcisos Mendoza suficiente sonando y resonando los tambores de guerra.
El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, jalando las orejas a Sefiplan por el cobro de 65 millones de pesos por la verificación vehicular.
El ORFIS, exhibiendo a la secretaría de Salud por medicamentos inexistentes en sus almacenes.
Abogados jarochos en contra de la Fiscalía General por trasladar la Ciudad Judicial de Veracruz a la Ciudad Judicial de Cardel.
El ORFIS, “poniendo el dedo en la llaga purulenta” del presunto desvío de recursos oficiales por más de tres mil millones de pesos en dependencias estatales y municipales.
Los profes del sindicato innovador magisterial en plantón ante el edificio de la secretaría de Educación del profe Zenyazen reclamando el pago del aumento salarial.
En Las Vigas, un regidor contra el presidente municipal exigiendo auditoría a la tesorería municipal.
Antorchistas reclamando obra pública al morenista alcalde de Córdoba.
Caray, hasta una ex trabajadora del CDE del PAN, Federico Salomón, con una denuncia por violencia de género en su modalidad laboral.
Y, bueno, hasta los malos abandonando tres cuerpos descuartizados en la autopista de Córdoba a Puebla, a la altura de Huiloapan de Cuauhtémoc.
De paso, el góber exhibiendo a los medios por “inventar un ambiente de violencia que no existe” mientras el Obispo de Veracruz y la diputada de MORENA, Rosalinda MORENA, advierten sobre el índice de violencia descarrilado.
La discordia, claro, también tiene otro nombre.
Se llama justicia.
Justicia a secas.
Cada parte interpretando el espíritu de la ley “y llevando agua a su molino”.
Todo, como reza el dicho popular, “de acuerdo con el color del cristal con que se mira”.
Nadie, sin embargo, llamando a la concordia como eje transversal de la administración pública.
La Ley de Talión por encima de las pasiones políticas desorbitadas.
Tú me friegas, yo también.
Tú me evidencias, de igual manera yo.
Tú me rafagueas, pa’luego es tarde.
Dimes y diretes, a la orden del día.
La discordia en lugar de “Amaos los unos a los otros”.
El tiroteo discursivo en vez de “los besitos y abracitos”... hasta para los malandros.
Rijoso el góber, los más por añadidura rijosos se vuelven.
Siembras vientos huracanados cosecharás tsunamis.

LA NATURALEZA HUMANA DESCARNADA

La política como un costal de perros y gatos.
La lucha tribal por el poder público.
Poder político que suele llevar al poder económico y social.
Los nuevos ricos de cada sexenio y cuatrienio.
Luego de 79 (setenta y nueve) gobernadores en Veracruz, seis millones de los ocho millones de habitantes en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Por eso, los dimes y diretes entre los jefes encumbrados para adueñarse de la silla embrujada del palacio, aquella que marea, enloquece y hace levitar a nueve de cada diez gobernantes.
Deja, pues, más, mucho más, la discordia que la concordia.
“Aquí mando yo” diría aquella expresando en tres palabras el significado del poder.
Yo, dueño y capataz de la hacienda porfirista, digamos, como Pedro Páramo en la novelística de Juan Rulfo.
El jefe máximo ejerciendo hasta el derecho de pernada y sin rendir cuentas a nadie.
Ignacio Ramírez, El Nigromante, lo dijo así: “Dios no existe”.
Y el escritor ruso, León Tolstoi, reviró de la siguiente manera:
“Si Dios no existe, entonces, yo soy Dios”.
Hay días, aseguraba Calígula, el emperador romano, cuando me siento dios”.
Nada como el poder para conocer la naturaleza humana paso a paso.
Y por lo general, el ejercicio de la discordia.
Incluso, olvidando el principio bíblico: “Los carniceros de hoy serán las reses del mañana”.

ENTRE MÁS DISCORDIA SE SIEMBRE MEJOR POLÍTICO SE DEFINE

En el tiempo de la 4T en Veracruz, ningún político está ejerciendo el poder con tolerancia, mesura y prudencia.
Menos, mucho menos, con sencillez y modestia, escuchando, ¡ay democracia!, todas las voces y dando curso a la protesta social y la indignación crónica.
Lo más importante, trabajando en el día con día para enaltecer la calidad de vida de los seis millones de jarochos en la miseria, el último grado de la dignidad humana para llevar el itacate y la torta a casa.
¡Ay, 4T!
¡Tantas esperanzas despertadas hace cuatro años en nombre del socialismo y la izquierda para estar sembrando la peor discordia de la historia!