En la colonia Las Dunas, los vecinos detuvieron a un presunto ladrón. Se llama Luis Ángel Rivadeneyra, de 25 años. Tiene fama pública de saquear casas.
Entonces, que unos vecinos, que unos desconocidos, lo detuvieron.
Primero, dispararon a sus manos. Luego, se las cortaron. Pa’que aprenda a respetar.

DOS. Ajuste de cuentas

Eran entre las 9 y las 9:30 horas del jueves cuando Luis Ángel, sangrando, pidió auxilio en una vivienda de la calle Selva Tropical.
El vecino se asustó cuando miró al chico sangrando. Pero llamó a la Cruz Roja. Y se lo llevaron al Hospital Comunitario.
Sean vecinos los presuntos culpables, unos desconocidos, unos malos, sean fantasmas, el primer ajuste de cuentas se ha dado en el tiempo de la purificación moral y la honestidad valiente.
Desde ahora, los ladrones y raterillos ya saben lo que bien les puede esperar…

TRES. Ley de Talión

Antes, los vecinos detenían a los pilluelos, madreaban, desnudaban, amarraban a un poste de luz y avisaban a la policía para que fueran por ellos.
Pero desde el jueves 29 de septiembre, y como en Coatzacoalcos, las reglas están cambiadas.
Les pueden cortar las manos… por rateros, igual, igualito, como con la famosa ley de Talión de “ojo por ojo y diente por diente”.
Igual, igualito, que cuando la fama pública registra un violador es detenido y confinando en la cárcel donde los presos lo ultrajan… pa’que aprenda a respetar.

CUATRO. Justicia divina

El riesgo, claro, de incidir en el caos. El llamado Estado de Derecho reducido a la justicia divina.
Premisa número uno: si el Estado resulta incapaz de garantizar la seguridad en la vida y los bienes…
Premisa número dos: si los vecinos detienen a ladrones y los entregan a la policía y de pronto, ¡zas!, son liberados…
Premisa número tres: razones de peso y con peso para hacerse justicia por mano propia.
Y de ser necesario, hasta cortarles las manos.
Lo anunció el gobernador de San Luis Potosí, capar a los violadores y matar a los asesinos.

CINCO. Aliarse con otros ladrones

En una película, el presidente de la república está harto de un opositor que “a tiro por viaje” lo critica y exhibe en el palenque público.
El presidente pide a su jefe de guardaespaldas se encargue del asunto.
Días después, le dice:
--Presidente, todo arreglado.
--¿Cómo hiciste?
--¡Ay, presidente, mejor que no sepa!
Simplemente, el secuestro, desaparición y asesinato de la persona incómoda.
Todo, por la tranquilidad del señor presidente.
Cortadas las manos, el ratero de Coatzacoalcos habría aprendido la lección. De entrada, nunca más volverá a robar. En todo caso, bien podría aliarse con otros ladrones y dirigir la orquesta.

SEIS. “Tapar el sol con un dedo”

El góber de la 4T seguirá pensando que la violencia y la inseguridad van a la baja en Veracruz.
Y al mismo tiempo, inculpar a los medios de crear y recrear un Veracruz violento.
Pero…cuidado, una cosita es culpar a los medios de todos los males del Estado jarocho como antes, mucho antes, desde hace tres años y diez meses han señalado “con índice de fuego” a los antecesores, y otra, mil, dos mil, tres años luz de distancia, es pretender “tapar el sol con un dedo” cuando la violencia resulta avasallante, victoriosa, imperturbable, inocultable.