Y tocó a los gobernadores Adalberto Tejeda Olivares, Miguel Aguillón Guzmán, Gonzalo Vázquez Vela, Guillermo Rebolledo, Ignacio Herrera Tejeda, Miguel Alemán Valdés, Fernando Casas Alemán y Jorge Cerdán.
Entre todos ellos se repartieron la responsabilidad política y social de la masacre más endemoniada de Veracruz.

DOS. Culpables por omisión

“Dejaron hacer y dejaron pasar” únicamente para quedar bien con los poderosos dueños de la tierra.
Mucho peor, porque entre todos ellos contrataron a otro hacendado, cacique en la región de Alto Lucero, Manuel Parra, con sicarios y pistoleros a sus órdenes en una banda conocida como “La mano negra”.
“La mano negra” se encargó de aquella matanza.
Peor, mucho peor, porque el cacique era tan poderoso que los gobernadores y diputados y hasta el obispo Pío López lo visitaban en su hacienda de Almolonga.

TRES. Grupo de choque

Cuando algún gobernador necesitaba mostrar el puño a los grupos políticos locales y/o federales, las huestes de Manuel Parra llegaban a caballo a Xalapa en grandes caminatas sobre la avenida principal.
El amigo número uno de Manuel Parra era Maximino Ávila Camacho, hermano de Manuel Ávila Camacho, el presidente de la república.
El reportero Gonzalo López Barradas, quien fue presidente municipal de Alto Lucero en el sexenio de don Rafael Hernández Ochoa, escribió una novela sobre “La mano negra” y que pronto circulará en las librerías.

CUATRO. Otras masacres…

Otras matanzas se han registrado en la historia de Veracruz.
Por ejemplo, los trescientos obreros textiles en huelga en Río Blanco asesinados por los soldados enviados por el dictador Porfirio Díaz Mori y cuyos cadáveres fueron trepados a los vagones del Ferrocarril Mexicano y traslados al Castillo de San Juan de Ulúa y arrojados en el Golfo de México.
La masacre en el tiempo de “La Sonora Matancera”, sexenio de Agustín Acosta Lagunes.
La masacre con Javier Duarte y que llevara, incluso, a las fosas clandestinas.
Los feminicidios en el tiempo de la 4T.
Pero considerando que toda vida humana es valiosa, el peor capítulo de Veracruz con los cuarenta mil ejidatarios ejecutados en la década de los treinta en el siglo pasado.

CINCO. Por encima de todo, el Cristo negro

Venustiano Carranza promulgó en Veracruz la Ley Agraria y el priismo se adueñó de aquel hecho histórico.
Pero nunca se ocuparon de la peor masacre en la historia local con los cuarenta mil ejidatarios ejecutados.
Bastaría referir que con tantos historiadores egresados de la Universidad Veracruzana, apenitas existen por ahí unos cuantos libros sobre el tema. Menos de cinco.

SEIS. El Cristo Negro

Es para rescatar del limbo otras grandes historias.
Por ejemplo, la historia de los nueve jarochos ejecutados con la orden de Porfirio Díaz Mori a su góber precioso, Luis Mier y Terán, de “¡Mátalos en caliente y luego averiguas!” por sublevarse a su reelección presidencial.
La historia de Herón Proal, el sastre convertido en líder del movimiento inquilinario y por cuya causa las trabajadoras sexuales de la ciudad jarocha y quienes vivían en patios de vecindad sacaron los colchones de las camas donde hacían el sexo y les prendieron fuego en la calle.
No todo es el Cristo Negro de Otatitlán…