En primer lugar, estudiando en la UNAM. En segundo, en el Instituto Politécnico Nacional.
En tercero, en el Instituto Tecnológico de Monterrey, y sus filiales, entre otros, Puebla.
En cuarto, en la Ibero. Y en quinto, en la Universidad Anáhuac.
Todos ellos se fueron siguiendo el nombre y el prestigio, el crédito y la mejor calidad educativa.

PASAMANOS: En una encuesta sobre las primeras cien universidades reconocidas de la república amorosa la UV ocupa el número sesenta, parece.
Un ranking peligroso, si se considera tanto incienso, por ejemplo, de la autoridad educativa como del sindicato, el FESAPAUV, más de seis mil profesores aglutinados como académicos.
Maestros que para ser enaltecidos han de tener trayectoria sólida, obra publicada, artículos publicados en editoriales indexadas, foros y tertulias y cursos superiores, entre otras cositas.

CORREDORES: Los chicos estudiando en universidades foráneas son hijos de padres, digamos, con recursos, pues en el caso de las escuelas privadas, la colegiatura y la Residencia son elevadas.
Además, los gastos extras, por ejemplo, si el muchacho vive en una pensión. Más la alimentación. Más los gastos propios de la convivencia estudiantil. Más el pasaje cada quincena, digamos, y que tan caro es.
Pero, bueno, se trata de la mejor inversión familiar para que los hijos sean formados con una educación de primera, de excelencia.

BALCONES: Muchos chicos estudian en universidades privadas porque lograron una beca y les ayuda bastante en la economía familiar.
Aun cuando de cualquier manera, el gasto es indicativo.
Pero al mismo tiempo, manifiesta que la Universidad Veracruzana tiene ahí un grave pendiente para escalar hacia los mejores lugares del prestigio nacional.
Una tarea superior de la UV, pero también de los maestros y del FESAPAUV, cuyo líder sindical, el ingeniero Enrique Levet Gorozpe se va acercando a los treinta años en el mando obrero y mucha, demasiada experiencia posee.

PASILLOS: La técnica pedagógica ha de pulirse y volverse a pulir desde los orígenes. Digamos, incluso, desde el kínder.
Y es que la calidad educativa de las escuelas primarias, secundarias y el bachillerato incide y trasciende en la universidad, por ejemplo, y entre otros graves pendientes, en la orientación vocacional y que ha de iniciar hacia el quinto y sexo año escolar.
Pero nada puede esperarse cuando en Veracruz hay 600 (seiscientos) mil personas de 14 años de edad en adelante que no saben leer ni escribir.
Más un millón con la escuela primaria inconclusa.
Y otro millón con la secundaria incompleta.
Y 600 (seiscientos) mil con el bachillerato a medias.
Más, cuando al titular de la secretaría de Educación, nunca ha importado la calidad educativa en los casi cuatro años al mando.

VENTANAS: Igual que Flavino Ríos Alvarado, quien desde la SEV brincó a la secretaría General de Gobierno y a la gubernatura…
Igual que Adolfo Mota quien en el duartazgo soñaba con brincar a la Rectoría de la UV y luego a la silla embrujada del palacio, al profe Zen le picó “la víbora del poder” y sueña, cierto, dice, con la candidatura de MORENA a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal, pero “tirando a la luna” para a ver si puede quedarse con la Senaduría. De perdis, una diputación federal.