Fue el caso, por ejemplo, de Juan Maldonado Pereda, quien de pronto, y como dijo, perdió “la emoción social” para seguir buscando la candidatura priista a gobernador de Veracruz.

PASAMANOS: Cuatro veces fue diputado federal y debió posponer su legítimo sueño por la gubernatura.
Fue secretario General de Gobierno en la Ciudad de México con el titular, Ramón Aguirre Velázquez, y difirió su utopía.
Fue subsecretario General de Gobierno con Patricio Chirinos Calero, y de nuevo, la gubernatura en el limbo.
Fue secretario de Educación con Miguel Alemán Velasco y significó el fin de la quimera.
“Ni modo, le dijo Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán lleva mucho camino andado”.

CORREDORES: Disciplinado, Maldonado solicitó anuencia a su amigo, el góber Miguel Alemán, para moverse en el Estado de Veracruz y en el altiplano buscando la nominación.
Pero el góber le dijo que esperara. Que todavía faltaba tiempo. Que en su momento le diría.
Y Fidel se movía con bajo perfil de pueblo en pueblo cada fin de semana.
Fue cuando perdió la emoción social. Derrotado en la contienda interna para la candidatura, también su amigo lo desencantó.

BALCONES: Toda la vida viajó don Juan atrás de la quimera política.
En cambio, ahora de cara a la elección partidista del candidato a gobernador para el año 2024 hay vidas intensas y volcánicas que en un dos por tres están en la recta final.
Rocío Norma Nahle García, carrera meteórica: diputada federal, Senadora de la República, secretaría de Energía y de acuerdo con el trascendido de su equipo político, favorita de AMLO a la sucesión.
Sergio Gutiérrez, de pronto apareció en el palenque como diputado federal por el Estado de México y bendecido por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, se cree en la antesala de la sucesión.

PASILLOS: Manuel Huerta, el delegado federal del obradorismo, diputado federal y jefe del programa de Vivienda Social en la Ciudad de México como Amlo de jefe de Gobierno, abrazando viejitos y asegurando que estará en la boleta para la elección interna de MORENA.
Éric Cisneros Burgos, un par de cargos menores en Baja California, su tierra adoptiva, y secretario General de Gobierno, ha descubierto un amor desaforado por el Cristo Negro de Otatitlán, y desde ahí piensa en “el gran salto del tigre”.
Zenyazen Escobar, stripero, vocero de maestros disidentes, diputado local y secretario de Educación, también aspira y suspira por la gubernatura, pero todo indica, y por ahora, es una vacilada.
Apenas, apenitas, le daría para la candidatura a diputada federal y/o, en golpe de suerte, a la Senaduría.

VENTANAS: Han de tener y conservar la emoción social. Sin doblarse, arrugarse ni desfallecer.
El estado de salud física, sicológica y mental es favorable en todos.
Las relaciones políticas de cada uno en MORENA y la 4T están abiertas. Flotando y flotantes.
Y aun cuando falta mucho tiempo, unos diecisiete meses, para la recta final, y se exponen a un sobre/desgaste, ellos sabrán manejar las circunstancias.
En el caso de la gubernatura, es una silla y cinco aspirantes en el lado de MORENA.
Y de las curules federales, y como dijera el ideólogo de MORENA en Veracruz, el señor Zepeta, “hay muchos cargos por repartir”.