PASAMANOS: 2) Es el jefe máximo de las finanzas públicas. Un presupuesto multimillonario para canalizar de acuerdo con su formación política y social. Porfirio Díaz Mori lo expresaba de la siguiente manera: “El Presidente da y quita”.
3) Es el comandante en jefe de las fuerzas armadas y de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina. El jefe, por añadidura, de los comandantes de cada y una de las regiones militares y navales de la nación.
4) Es el chamán entre chamanes de los gobernadores del país. Y en el caso, con AMLO, la 4T y MORENA, de los veintidós mandatarios guinda y marrón… a sus órdenes.

CORREDORES: 5) Es el jefe de la diplomacia. La secretaría de Relaciones Exteriores, su brazo político y público ante el mundo.
6) Es, claro, el gurú de la mayoría de diputados federales y senadores de la república en el Congreso de la Unión donde domina su partido político, MORENA. Y aun cuando hay pluralidad parlamentaria, a la hora de la votación las tribus marrón salen ganando.

BALCONES: 7) Todos los días establece la agenda setting desde “La mañanera” con su rueda de prensa televisada. La mitad del país y casi casi la otra mitad suele paralizarse como si estuviera viendo la telenovela “Teresa” con Salma Hayek.
8) También es el gurú de gran parte de la llamada prensa nacional. Prensa escrita y prensa hablada en la radio y la televisión. Por tanto, a cada rato su figura y su voz anunciando decisiones e imponiendo su línea se escucha y multiplica.
9) Tiene a sus órdenes un ejército impresionante de tuiteros manejando las redes sociales en su defensa. ¡Ay de quienes lo critiquen porque en automático es rafagueado con intensidad volcánica.

PASILLOS: 10) A sus pies también está otro ejército impresionante. No utiliza armamento sofisticado ni tampoco asalta ni saquea. Son los llamados Siervos de la Nación, quienes lo defienden en todo y con todo ante los detractores. Y lo defienden tanto en los medios como en las oficinas y en los restaurantes y los cafés y con los partidos políticos. ¡Ay, por ejemplo, de un reportero connotado en la república amorosa que lo evidencie porque sobran los francotiradores “tirando espada en prenda”.

VENTANAS: Con tanto poder (poder político, poder económico, poder social, poder policiaco, poder diplomático, poder mediático y hasta el poder religioso con su “Amaos los unos a los otros” y “No robar y no matar”), la más alta virtud social del presidente de la república es, sería, será siempre, la práctica de la concordia.
Incluso, y ante los graves pendientes económicos y sociales y de salud y educación y de seguridad y procuración de justicia y desarrollo humano, el jefe del Poder Ejecutivo federal está obligado desde el punto de vista político, social y moral a sumar y continuar sumando cada día a todos los sectores productivos.
Únicamente con la concordia por delante, la república amorosa alcanzará el ejercicio pleno de la libertad y la dignidad para aproximarse al mayor número de días y horas felices.