y Zenyazen Escobar, la SEV, un espacio político para escalar en la pirámide política.
De las expectativas concretas y específicos de la llamada Nueva Escuela Mexicana, ajá, bastaría referir el discurso del doctor Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, lector sinodal de la señora Beatriz Gutiérrez Müller de López Obrador en su tesis doctoral en el año 2013:
“La educación pública (aquella política educativa de los antecesores de AMLO en la presidencia de la república) ha hecho mucho daño al pueblo, ha causado cientos de daños sociales. La educación actual es clasista, racista, meritocrática, inhumana y colonialista”, entre otras cositas.
Sabrá, entonces, el viejito del barrio el significativo de tantos adjetivos calificativos. Pero son el sustento pedagógico de la nueva escuela del obradorismo.

LUNES
Mucha ideología y pocos resultados

Más allá de tanta ideología enlodando la educación en el tiempo de la 4T, la realidad es dura, ruda y adversa.
Algunos focos prendidos de alerta son los siguientes y desde hace varios sexenios:
Uno.
La gran apuesta educativa todavía es la memorización. Más que enseñar al estudiante a pensar y entender y comprender y reflexionar y cavilar sobre los hechos, los profes exigen que ejerciten la memoria y aprendan de memoria las lecciones.
Y, claro, el alumno con sobresaliente (Cuadro de honor si todavía existiera) es aquel con una memoria prodigiosa.
Dos.
Pronto, rápido, el educando aprende a odiar la historia gracias, entre otras cositas, al profe.
El profe les enseña, por ejemplo, que la historia consiste en aprender de memoria los nombres de los protagonistas, los nombres de los generales y coroneles en el campo de batalla, los nombres de los pueblos donde se escenificaron las grandes batallas y el número de muertos.
Bastaría con preguntar a un niño de primaria quiénes fueron y qué aportaciones hicieron a la historia nacional Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, los 5 héroes de AMLO.
Y el cien por ciento queda en ascuas.

MARTES
Reprobados en gramática

Es el mismo caso, por ejemplo, con la gramática.
Póngase a un niño a leer unas páginas y en voz alta y advertirá la mala, pésima lectura que hacen, sin respetar los signos ortográficos.
Y lo peor, después de que el niño lea unas páginas pregúntesele lo que leyeron y se sufrirá el peor desencanto de la vida, pues nada recuerdan y tampoco, claro, nada entendieron.
Menos, mucho menos, sabrán conjugar un verbo en todos los tiempos.
Y de paso, si son adolescentes de secundaria, incluso, chicos del Bachillerato, pregúnteseles sobre los libros leídos, más allá de los clásicos entre los clásicos, como son, entre otros, Aura de Carlos Fuentes y Pedro Páramo de Juan Rulfo y El viejo y el mar de Ernest Hemingway, y que suelen leer a chaleco en la secundaria.

MIÉRCOLES
Educación, en el sótano

Aplíquese un examen de geografía a un educando.
Por ejemplo, los nombres de los treinta y dos estados federativos de la república amorosa y sus capitales.
Los nombres de algunas naciones de América Latina y de Europa y del Medio Oriente y de Asia.
Y ni se diga, caray, poner a los estudiantes a hacer cuentas.
Por eso, la calidad educativa está en el sótano, sin contar la gran tragedia nacional de los más de cinco millones de alumnos que se dieron de baja en el tiempo del COVID en las escuelas.
Y lo peor, la república amorosa “se mantiene en los últimos lugares entre los países que aplican la prueba PISA” (Proceso 2390, Rodrigo Vera).
Lampedusa vive. La política educativa está cambiando… pero para seguir igual, o peor.
Más, cuando como en el caso, la Reforma Educativa es lanzada cuando al obradorismo restan apenas, apenitas, dos años.
Las Escuelas de Tiempo Completo, sustituidas por “La Escuela es Nuestra”.
Las universidades públicas, rebasadas por las cien universidades obradoristas, muchas de ellas funcionando en una casita de dos pisos en una colonia popular con un letrero en la fachada anunciando la Universidad AMLO.

JUEVES
Veracruz analfabeta

El otro grave, gravísimo pendiente educativo que nunca en cuatro años ha interesado ni ocupado a Zenyazen Escobar, tan obsesionado con la candidatura de MORENA al Senado.
Uno. Los 600 (seiscientos) mil habitantes analfabetas y quienes simplemente, no saben leer ni escribir. Y tienen de 14 años de edad en adelante.
Dos. El millón de paisanos con la escuela primaria incompleta y que es otra forma de analfabetismo.
Tres. El millón de paisanos con la secundaria a medias, otra forma de analfabetismo.
Y cuatro. Los 600 (seiscientos) mil habitantes con el Bachillerato inconcluso.
Además, la durísima tragedia educativa: de cada cien niños egresados de la primaria, únicamente diez llegan a la universidad y solo uno se titula.
La deserción, más, mucho más, en las regiones indígenas, en decibel elevado.
Cada año, los padres de familia sacan a sus hijos (niños y adolescentes, jóvenes) de la escuela para irse al corte de la caña de azúcar, el café y los cítricos porque significan una mano de obra más y una fuente de ingresos adicional.
Caray, los niños durmiéndose en el pupitre en el salón de clases por la anemia y la desnutrición histórica, milenaria y bíblica.
Es la Nueva Escuela Mexicana, ajá.
¡Hosana, hosanna!
¡Te queremos, Zenyazen, te queremos!...

VIERNES
El ideólogo educativo de MORENA

Cada sexenio, el presidente de la república y los gobernadores sacan su librito para reinventar, ajá, el país.
De entrada, destruyen toda la obra pública de sus antecesores. Y luego de sepultar el pasado inmediato, lanzan “la octava maravilla del mundo”.
En el caso, el nombrecito de la Nueva Escuela Mexicana.
Pero “el gran modelo educativo de la Cuarta Transformación prácticamente quedó sepultado” dice Gilberta Guevara Niebla, gran líder estudiantil del movimiento del 68, experto en Pedagogía y ex subsecretario de Educación Pública.
Sin contar, además, “los bajos salarios, las sobrecargas de trabajo, siempre exhaustos y con problemas de estrés y depresión” de los profesores.
Pero, bueno, con la 4T llegó un ideólogo para quien, caray, la educación heredada por los conservadores “es neoliberal, punitiva, clasista, conductista, racista, meritocrática, inhumana, patriarcal, competitiva, eurocéntrica y colonialista”.
Y a cambiar de libreto se ha dicho…