Además, jugando en las grandes ligas porque como forma parte de la cadena de los Soles de la familia Vázquez Raña, entonces, la batalla periodística se multiplica, digamos, para estar bien con todos.
Así, tal cual, sobrellevó muchos años y lo que enaltece su capacidad. Tanto reporteril como publicitaria como profesional para lidiar con los jefes máximos.

DOS. Sumando siempre

Escribía una columna política, además, de dirigir.
Actuaba con finura y tacto y diplomacia con las tribus políticas de tantos años y siempre pudo empujar la carreta y patear la pelota con resultados concretos y específicos para los jefes.
Más, en un oficio con tantas tentaciones y escondrijos y que como en el caso suelen renovarse cada seis años con el cambio de gobernador y cada cuatro años con el presidente municipal de la capital.
Distintos estilos de ejercer el poder de las elites políticas, supo “robalear” en las aguas profundas de la política y del periodismo.

TRES. Tiempo de Froylán Flores Cancela

Y es que en un periódico, con tantos intereses en juego y de por medio, las pasiones suelen encenderse desde adentro como en la novela “El arlequín” de Morris West, pues muchos, demasiados compañeros sueñan con la dirección, capaces de todo, incluso, hasta de intrigas y alianzas internas y externas.
La capacidad de Víctor Murguía se entendería a partir de que de los directores del Diario de Xalapa es, ha sido, será quizá, el que más años se desempeñó al frente.
Más, cuando en el siglo pasado, el dueño Rubén Pabello Acosta, nunca permitió que el maestro de maestros, Froylán Flores Cancela, ascendiera a la dirección editorial.
Y ni modo, y como es la vida y el destino de un reportero, Froylán debió renunciar y comenzar su gran aventura en el semanario “Punto y aparte”.
Punto y aparte que era de su vida en el Diario de Xalapa.

CUATRO. Pluralidad política y social

A tono con la política editorial nacional, supo concitar y conciliar a montón de columnistas y articulistas en sus páginas, siempre, procurando y logrando la pluralidad política y social.
Y en todos los casos, atrás del equilibrio.
Generoso y solidario, atento y amable, de buen trato, fino, el verbo que más conjugó en su vida periodística fue sumar.
Sumando siempre para el Diario de Xalapa, la pasión superior de su vida donde inició como reportero y fue escalando espacios con méritos probados.

CINCO. Mujeres sucesoras

Dos mujeres le siguieron en el cargo. Las dos, jefas que eran designadas por él en su momento y lo que expresara su madurez social.
Nada como las mujeres reporteras, por lo general, más inteligentes, talentosas, eficientes, eficaces, competitivas y leales y agradecidas.

SEIS. Un reportero nunca se jubila

Víctor Murguía se desempeñó en el tiempo priista y panista del gobierno de Veracruz y se ha ido ahora cuando las tribus de la izquierda, MORENA, ejercen el poder sexenal.
Quizá emprenda nuevas tareas, digamos, para reinventarse, y más, en la plenitud de la vida.
Y es que, como se sabe, un reportero nunca, jamás, ha de jubilarse.
Un segundo antes de morir bien puede seguir contando historias, ya como diarista, cronista en el frente de batalla, observador puntual, asesor informativo.
En todo caso, escribiendo libros con las historias conocidas en el ejercicio profesional y que, acaso, habría dejado en el tintero.