Entonces, inició campaña por el norte del país y como “andaba más bruja” que un migrante, integró un equipo de jóvenes llenos de fuego y con fuego, para una colecta en cada pueblo donde llegaban.
La colecta era para financiar los gastos de la campaña electoral, entre otros, el pago de los hoteles y las comidas de su de por sí reducido equipo.

DOS. Pedían fiado

Por aquí decidían la visita al siguiente poblado, los chicos vasconcelistas se lanzaban de ciudadano en ciudadano y de comerciante en comerciante y atrás de “las fuerzas vivas” para pedir unos centavitos.
Algunas veces, lograban completarse para los gastos básicos. Y en otras ocasiones, cuando la respuesta social era demasiado reducida, incluso, a cero, Vasconcelos hablaba con el dueño del hotel y el restaurante para firmar una carta comprometiéndose a pagar después.

TRES. Terrible cooptación

Elías Calles tenía de candidato a Pascual Ortiz Rubio…, y para entonces, como el callismo estaba desprestigiado en la república amorosa…, y Vasconcelos ganaba simpatía, la cooptación era terrible.
Por ejemplo, Calles ordenó a los gobernadores y presidentes municipales y diputado locales y federales y jefes militares bloquear en todo y con todo a Vasconcelos.
Incluso, amenazando a la población, a los líderes naturales y sociales, a los empresarios y a los dueños de servicios turísticos.
Además, y como sucediera en varios municipios, el terrorismo se traducía en violencia y el ejército y los policías le entraban a la provocación y los madrazos.

CUATRO. Dinerito a la familia

Vasconcelos vivía “en el día con día”. En el día hacía política electoral, y en la noche se encerraba a escribir el artículo semanal que entonces publicaba en “El Universal” y que significaba un dinerito extra.
Y luego de escribir su artículo redactaba unas páginas más de su libro en turno porque también solía fincar su esperanza en las regalías para, y por encima de todo, enviar dinerito a su familia.
Pero los gastos electorales eran superiores únicamente para cubrir el hospedaje y la alimentación.

CINCO. Todos eran voluntarios

Ninguno de los participantes y activistas en la campaña recibía un salario.
Por el contrario, el candidato buscaba siempre que fueran muchachos, y en ningún momento, digamos, para explotarlos, sino para que sus padres les subvencionaran sus gastos.
Algunos de los más famosos chicos, por lo general, estudiantes, a su lado, fueron Adolfo López Mateos, Alejandro Gómez Arias y Carlos Pellicer.

SEIS. La matanza de Topilejo

Algunas ocasiones, la colecta alcanzaba para dar a Vasconcelos unos centavitos y depositar a su familia, sus hijos y esposa, y quien hacía milagros con el dinerito recibido para que rindiera mucho más.
Así, tal cual, el candidato opositor a Plutarco Elías Calles recorrió el país.
Tan enfurecido estaba Calles que, entre otras cositas, ordenó la matanza de Topilejo, donde cien seguidores de Vasconcelos fueron asesinados “con alevosía, ventaja y premeditación”.
El escritor y filósofo perdió la elección. Ganó, claro, Calles, con su candidato.
Vasconcelos terminó exiliado, primero, en Estados Unidos, y luego, en América Latina, y hasta Europa llegó.
Iba acompañado de su amante en turno, Antonieta Valeria Rivas Mercado, y quien luego de una discusión furibunda de celos con el maestro de América Latina se fue a una iglesia en Notre Dame y se pegó un tiro en la sien…