Y tres, el cronista y escritor, Paco Ignacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica.
Los tres, alternando con el coordinador de asesores, Lázaro Cárdenas Batel, ex gobernador de Michoacán e hijo de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.

PASAMANOS: La fuerza del periodismo ante la política. Mejor dicho, un político.
En todo caso, la antigua, histórica y mítica amistad entre las partes.
Mejor aún, quizá, el terceto (Ramírez Cuevas, El Fisgón y Taibo II) amigos desde la militancia socialista que los caminos polvosos de la izquierda los llevaron a encontrarse.
En la lista habría de añadir a otro reportero, cronista y escritor. Fabrizio Mejía, y cuya amistad se afianzó o pudo afianzado más cuando ambos vivieron en el mismo edificio de apartamentos en la Ciudad de México.

CORREDORES: Un quinto asesor, con orígenes periodísticos, fue Julio Scherer Ibarra, jefe jurídico de la Presidencia de la República, hijo de don Julio Scherer García, el mítico y legendario fundador del semanario Proceso y director general de Excélsior.
Pero, ni hablar, si la vida los acercó, la política los pudo alejar y ahora Scherer Ibarra está fuera del paraíso.

BALCONES: De acuerdo con el columnista, Raymundo Riva Palacio, Estrictamente Personal, el terceto de trabajadores de la información son los consejeros políticos del presidente de la república amorosa.
Incluso, suficiente para que AMLO apriete el botón nuclear en contra de un montón de reporteros y escritores, entre otros, Riva Palacio, Carlos Loret de Mola, Carlos Marín, Héctor Aguilar Camín, Enrique y León Krauze, Víctor Trujillo, Brozo, Leo Zuckerman y Ciro Gómez Leyva.
Con todo, es el mismo caso de Porfirio Díaz Mori con Reyes Spíndola, su amigo director del periódico El Universal y a quien subvencionara con recursos públicos la primera gran rotativa en México.
El mismo caso del presidente Francisco Ignacio Madero, quien con el erario subvencionó un periódico a su hermano Gustavo, Nueva Era, que para contrarrestar los periodicazos financiados por Victoriano Huerta, Félix Díaz, el sobrino de Porfirio Díaz, y el Embajador de Estados Unidos.

PASILLOS: Y en tanto AMLO, el presidente, aprieta el botón nuclear contra los intelectuales e historiadores, Enrique Krauze, Leo Zuckerman y Aguilar Camín, el articulista, historiador y escritor, Lorenzo Meyer, también está “en los cuernos de la luna” obradorista.
Su hijo, Román Meyer Falcón, despacha como secretario de Desarrollo Urbano, y que, bueno, nadie dudaría, méritos tendrá, pero a todas luces se antoja que todo se lo debe al padre.

VENTANAS: Toda la vida ha sido tal cual. El periodismo y la política, decía don Julio Scherer, es un matrimonio por conveniencia.
Y como decía el gran periodista, Ángel Trinidad Ferreira, “los políticos siempre utilizan a los periodistas”.
El presidente Benito Juárez tuvo como Ministros de Estado a varios articulistas y escritores como Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano, Guillermo Prieto y Francisco Zarco.
Y cuando Juárez empezó a reelegirse y durante quince años, poco a poco, aquellos grandes periodistas “que parecían gigantes” le fueron renunciando para ejercer de nuevo el periodismo con el machete y la moruna bien afiladitos, pulidos y vueltos a pulir.