Por ejemplo, luego de unos veinte años cargando la mochila escolar en el hombro con la escuela primaria y secundaria, el bachillerato y la carrera profesional, quizá un posgrado, tocan puertas laborales y si bien le va y contratan, sueldos oscilantes entre los 5 mil y los 8 mil pesos, en el mejor caso.
Por lo regular, sin embargo, con cinco mil pesos mensuales… que apenas alcanzan para alquilar un cuartito donde vivir y comer en el changarro en la vía pública.

PASAMANOS: Es el caso, y por desgracia, de la mayoría de los jóvenes contratados. Claro, a quienes están desempleados uno, dos, tres, cuatro, etcétera, número de años, les va peor.
Será el sistema económico, social y político predominante, donde, entre otras cositas, al gobierno le vale el destino de los jóvenes pues “dejan hacer y dejan pasar” a los empresarios y magnates para pagar sueldos miserables, sueldos de hambre, sueldos pichurrientos, a los chicos.

CORREDORES: Se trata de la peor frustración de la vida. Tantos años de estudio para terminar ganando menos, digamos, que una trabajadora doméstica, en ningún caso porque su chamba sea menos, pero de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo hay niveles y categorías.
Un jardinero, por ejemplo, cobra quinientos pesos por mantener en forma el jardín y que le lleva unas tres, cuatro horas, suficiente para el mismo día atender otros jardines.
Entonces, calculando unos tres jardines por día significa mil quinientos pesos diarios. Y en una semana puede ganar lo que un egresado universitario en un mes.

BALCONES: El pendiente de la política económica es tan viejo como la historia de la humanidad.
En 1910, Ricardo Flores Magón publicaba en el periódico “Regeneración” lo que denominaba “salarios de hambre” y que de algún modo llevara a los indígenas y campesinos y obreros a la sublevación revolucionaria.
Más, cuando miraba a los políticos connotados dueños del poder enriqueciéndose de manera ilícita desde el ejercicio del poder.

PASILLOS: Por eso es que las universidades están consideradas fábricas de desempleados. Empleos con sueldos jodidos y miserables y que únicamente sirven, en todos los rubros, para que los patrones, los magnates, los empresarios, los dueños, los capitanes de la industria privada se enriquezcan.
Y como siempre en la historia, “a costa de los trabajadores”.
Y en contraparte, el gobierno incapaz de garantizar una vida digna para todos ellos.
Más, cuando las instituciones de educación superior van por un lado en el mercado local, regional, estatal y nacional, y los empresarios por otro y el gobierno por otro, cada quien empujando la carreta a su modo, sin conjuntar objetivos, planes y esfuerzos.

VENTANAS: Por eso, entre otras razones de peso y con peso, los chicos siguen cavilando que el único camino es migrar a Estados Unidos, soñando con la posibilidad de un empleo digno.
Más si tienen un familiar, un amigo, un compadre, en el otro lado, y/o en alguna región del mundo.
Más si tuvieron un desempeño escolar de eficiencia y, claro, si dominan el inglés y otro idioma.
Para todos ellos, quedarse en México es la peor derrota de sus vidas. Peor tantito, condenarse a sí mismo a la frustración.