Originario de Argentina, paisano de Ernesto “El Ché” Guevara y Julio Cortázar, el Papa Francisco, autoridad eclesiástica que fue en su tierra, conoció de los miles de desaparecidos en la dictadura militar del general Jorge Videla.

PASAMANOS: La señora María Herrera Magdaleno, con cuatro hijos desaparecidos (dos en Veracruz y dos en Guerrero) se formó en la hilera para saludar al Papa.
Y en sus manos llevaba la historia de sus cuatro hijos.
He perdido la fe en las autoridades de México, es decir, de Veracruz y Guerrero, dijo al Sumo Pontífice.
“Fue maravilloso. Yo esperaba verlo de lejos. Nunca esperé estar tan cerquita de él. Y menos, sentir en su cercanía, la inquietud, la preocupación que tiene por todo lo que estamos viviendo acá, en México. Lo vi tan angustiado y tan preocupado. Dijo que iba a seguir atento” (Notiver).

CORREDORES: Y, bueno, ahora cuando en las iglesias de la república amorosa decretaron rezar por los desaparecidos…
Incluso, cuando los arzobispos, obispos y cardenales participaron en procesión religiosa con los familiares para pedir por la aparición de los suyos…
Y cuando la misma iglesia pidió a los familiares fueran al templo con las fotos de sus hijos y parientes…
Caray, con el par de gobernadores de MORENA en Veracruz y Guerrero, y ante los vientos huracanados, los mandatarios guinda y marrón bastante ganarían si se acercaran a las autoridades eclesiásticas.
Ninguno, claro, es culpable de los desaparecidos porque nunca, jamás, se entiende, ellos participaron en los secuestros.
Pero al mismo tiempo, son responsables por ser los jefes máximos en sus pueblos.

BALCONES: María Herrera Magdaleno entregó al Papa un folder con las fotos de sus cuatro hijos y con un resumen de las circunstancias en que desaparecieron.
Los cuatro, entre los años 2008 a 2010.
Y en el caso de Veracruz, cuando Fidel Herrera Beltrán estaba “en la plenitud del pinche poder”.
Es decir, el primer hijo de doña María Herrera desaparecido hace catorce años. Y el segundo, hace doce años.
Mucho, demasiado, excesivo tiempo ha pasado. Y doña María los continúa buscando.

PASILLOS: Dice la madre: “No tenemos fe ni confianza ya en el gobierno. Pero sí en la iglesia. Desde nuestras creencias, cada persona tiene la fe puesta”.
Con el mundo a cuestas, un infierno en que está convertida la tierra, quizá el Papa Francisco habría derivado órdenes en su equipo y transferido la petición a los Cardenales de México para ocuparse de los cuatro jóvenes desaparecidos en Veracruz y Guerrero.
Ya se verá si la fuerza espiritual, moral y social de la iglesia católica logra un milagro.

VENTANAS: Con tantos años desaparecidos los hijos de doña María Herrera, el ciudadano de a pie pensaría en el peor de los mundos.
El relato bíblico gira alrededor de una circunstancia universal. “Tu fe te ha salvado” dice Jesucristo a los ciegos, los tullidos, los paralíticos, los enfermos, y gracias a su fe son curados.
Doña María tiene fe en su Ser Superior.
“Hay desapariciones todos los días”, dice, consciente y segura de la realidad dura y ruda, adversa, siniestra y sombría y en donde los astros parecen acomodados en contra de la población doliente soñando con la justicia.