Y la cuarta, el subejercicio del presupuesto y en contraparte, solicita cada vez más y más y más préstamos bancarios.
Se trata del estilo personal de ejercer el poder y que se evoca y convoca con mucho dolor y sufrimiento.
Dolor y sufrimiento por el tiradero de cadáveres a diestra y siniestra del Estado jarocho, “la noche tibia y callada” que fue de “El flaco de oro”.
“Yo nací con la luna de plata” reza otra estrofa. Pero al mismo tiempo, Vera/cruz convertido en la cruz camino al Gólgota. Tiradero de cadáveres, por ejemplo. Como nunca, cadáveres flotando en ríos y lagunas escurriendo aguas abajo.
La grandeza de Veracruz… por los suelos. ¡Caray, desgracia superlativa!
Lo decía el discurso oficial: en el mes de diciembre del año 2019, un nuevo mundo en Veracruz. Por fin, los pobres dejarán de ser pobres y brincarán, aunque sea por decreto oficial a la clase media.
Lo decía El jaranero de la iguana en el hombro izquierda, izquierdista, izquierdoso que era, estamos ya en Veracruz en la Cuarta Transformación.
Lo decían las ochocientas canciones entre boleros, salsa y cumbia que le compusieron a Fidel Herrera Beltrán los fans y feligreses de su capilla, los sucesores que tendrás en el año 2019 serán mejores hombres y mujeres que tú.
Y de pronto, ¡zas!, las redes sociales se llenaron de un reality-show canturreando que en Veracruz están haciendo Obra Pública Récord Guinness, igual, igualito, digamos, que el festival de salsa en Boca del Río con la capital mundial de la salsa.
Igual, igualito, que con la cocada Récord Guinness de Costa Esmeralda.
Y el cóctel Récord Guinness de Veracruz.
Y las enchiladas de pipián y/o con pipián más Record Guinness, más larga del mundo, en Tuxpan de Rodríguez Cano y que bien pudiera ahora con la izquierda en el palacio de gobierno volverse Tuxpan de Fidel Castro porque de partió en su expedición a Cuba para derrocar al dictador Fulgencio Batista.

INCIENSO Y LOAS DE AMLO

El adolescente que jugaba béisbol en la colonia Macuiltépetl, de Xalapa, su barrio…
Y el fin de semana bailaba salsa en su casa solito frente a un espejo de un metro y medio de altura…
Y estrenaba pasitos Tun Tun para, digamos, innovar hasta el ritmo de Los Van Van…
En un salto elástico de su vida brincó de un posgrado que alardea haber cursado en Alemania, becado, parece, por el gobernador Fidel Herrera, a la curul federal y luego, en par de ocasiones, por Dedazo de “ya saben quién” fue candidato a la silla embrujada del palacio de Xalapa, la capital.
La admiración de AMLO, el presidente, por su góber, lo ha llenado de incienso, loas y halagos declarándolo, incluso, el político más honesto, honesto, honesto (con las tres haches) del Golfo de México.
Y de igual modo, el político incapaz de inventar delitos a gente inocente.
Todo un duchado de virtudes y cualidades y que acaso por eso mismo incurriendo a cada rato en el subejercicio fiscal para, entre otras cositas, devolver dinero millonario a la Federación y como decía Javier Duarte, “para hacer campaña”.
Pero, vaya paradoja, ha puesto al góber en la televisión nacional como si de pronto alunizara en el planeta Martes como el primer habitante de la tierra dispuesto a vivir en la superficie lunar.
Con todo y que aquí, en la tierra jarocha, solo dejara más pobres, más gente en la miseria, más familias clamando justicia por las mujeres asesinadas y por los hombres ejecutados y más niños en la orfandad y más parejas viudas.
Emergido de un barrio de clase media, clase media baja, alcanzó la cima de un oficio que nunca imaginó como es la política… por más y más que se inventara un pasado donde desde temprana edad agarraba los botes de pintura para grafitear el nombre de Andrés Manuel López Obrador en las paredes de Xalapa.

CORTOCIRCUITO CON LA POBLACIÓN ELECTORAL

Ante las tribus guinda y marrón y ante la envidia de los priistas, panistas y perredistas que nunca pudieron explicarse con puntualidad las razones trepidantes de su ascenso, su aura de símbolo y los dados cargados a su favor fue reforzada.
Incluso, y aun cuando ene número de veces en los primeros dos años del sexenio decenas, cientos de políticos apostaron a su caída, a un enroque, a una embajada en las Islas Fidji o el Polo Norte, y hasta una secretaría de Estado para estar en las grandes ligas, se mantuvo firme, inderrotable, casi cas insustituible.
Quedó así por enésima vez comprobado “el país de un solo hombre”, el único que en todo caso lo puede relevar o premiar o hundir en el fondo del abismo.
Es más, como si nada malo pasara, todos los días enciende sus redes sociales alardeando de una obra pública Récord Guinness y festinando cositas sencillas como una callecita pavimentada, un Centro de Salud en poblado jodido por terminarse, un saloncito de clase casi listo, como fue, incluso, el eje central en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Con todos los vientos favorables y huracanados ahí están y siguen, inmutables. El jefe máximo le tiene confianza, dice AMLO, y es suficiente.
Por alguna razón indicativa será porque para la mitad de la población y casi casi la otra mitad cae mal y con un cortocircuito permanente.