Y de que el escenario político apuestan a que MORENA ganaría la presidencia de la república…
Y la mayoría en el Congreso federal…
Y la mayoría de diputados locales…
Y de presidentes municipales en 31 de las 32 entidades federativas a disputarse en el año 2024…
Sería catastrófico que llegaran a las anteriores elecciones rupturados.
Unos, con Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno en la Ciudad de México, y/o Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación, como candidato presidencial de AMLO.
Otros, con Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores, contiendo quizá por otro partido.
Y otros con el senador Ricardo Monreal Ávila, jugando la silla embrujada del Palacio Nacional con otras siglas partidistas.
Por lo pronto, el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica mira venir “el choque de trenes”.
Inevitable, dice.
Marcelo Ebrard Casaubon, ni tampoco Ricardo Monreal Ávila, se cruzarán de brazos para “dejar hacer y dejar pasar”.
Más, cuando Ebrard goza de la simpatía y empatía de la sociedad de ciudadanos, en tanto tiene en contra, igual que Monreal, el voto duro de MORENA.
Incluso, sería excepcional, ligas mayores, madurez partidista, política, social y democrática, la alianza Ebrard-Monreal.
Con todo y que el trío (Sheinbaum, Ebrard y Monreal) tenga “cola que les pisen”.

FRACTURAS DESQUICIANTES

El PRI se fracturó, por ejemplo, a partir de que entre ellos comenzaron a matarse, caso Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Incluso, la cárcel para Raúl Salinas de Gortari ordenada por el presidente Ernesto Zedillo.
La cárcel para Dante Delgado Rannauro ordenada por Zedillo y ejecutada por Patricio Chirinos Calero.
El PAN empezó a perder cuando el presidente en turno, Vicente Fox Quesada, nada hizo para combatir la corrupción y la impunidad priista.
Y cuando, además, se opuso a Felipe Calderón Hinojosa, quien le ganó la partida.
Pero cuando Calderón envió al Ejército y la Marina a la calle para combatir el narcotráfico dejó la república amorosa en un gigantesco camposanto y el PAN se hundió de nuevo.
En el PRD, la fractura desquiciante.
Fuera del PRD, por ejemplo, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Andrés Manuel López Obrador, entre tantos otros, ellos cuatro jefes de grupo.
Entonces, sería lamentable que un partido político, el primero de izquierda en el siglo XXI ascendiendo al poder público con tanta fuerza política, pueda desbarrancarse solito… digamos, por la incapacidad de sus líderes para conjugar los verbos negociar, conciliar, pactar, entre ellos.
“Sin unidad, dijo por lo pronto Marcelo Ebrard, no habrá piso parejo”.
En tanto, el politólogo José Antonio Crespo da como un hecho inevitable que Ricardo Monreal Ávila está con los pies afuera de MORENA y solo falta normalizar el anuncio.
Y ni modo que la salida de ambos (de darse) sea un día domingo soleado de pic nic con las tribus guinda y marrón.
Al contrario, vientos huracanados soplarán con intensidad.
Los seguidores, fans y feligreses de Ebrard y Monreal se irían con ellos.
Las batallas aguerridas y ríspidas por el ejercicio de la libertad.
Y de la dignidad humana y política.