El precipicio dantesco que desde ahora vislumbra, pues los cuatro partidos caminarían derecho, derechito, a la derrota presidencial.
Y MORENA, sea quien sea el candidato, se encumbraría de nuevo en Palacio Nacional.
“Mejor solos… que mal acompañados” habría cavilado Dante.
Una vez más lo reiteró.
Y es que del otro lado de la cancha, en el PAN, PRI y PRD todavía conservan la esperanza de que el MC se una al trío.
Pero de nuevo se las cantó.
Va solo.
Punto.
Más cuando tiene como favorito presidencial a Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta (y que nunca pudieron encantar en el PRI de Alito), presidente municipal de Monterrey.
De acuerdo con el maestro en Ciencia Política, Carlos Ernesto Ronzón Verónica, con el hijo de Luis Donaldo, el mártir priista del siglo XX, el MC de Dante va de gane.
Uno.
Si “los nombres hacen noticia”, entonces, Colosio Riojas suena y resuena.
Dos.
Más cuando montón de priistas han migrado a otros partidos.
Tres.
Más cuando los ciudadanos priistas de a pie están desencantados del partido tricolor.
Cuatro.
Más cuando Colosio Riojas se mueva ya, ya, ya, en el palenque político.
Cinco.
Incluso, el MC tiene par de precandidatos emergentes.
El primero, Samuel García, el góber precioso de Nuevo León, y el segundo, Enrique Alfaro, el góber de Jalisco.
Tal cual, el gurú del MC está firme, inalterable.
Cero alianza con la alianza “Va por México”.
Vaya a darse en una de esas que el senador Ricardo Monreal Ávila deserta de MORENA y se convierte en candidato presidencial del MC.
Y como en el año 2024 serán elegidos nueve gobernadores, entre ellos, el de Veracruz, habría de esperar a que los astros terminen de acomodarse para ver si Dante, digamos, jugando ya en las grandes ligas, aceptaría buscar la magistratura en Veracruz.
Y/o en todo caso, lanzar a un candidato ciudadano, pues en el MC Veracruz nadie podría enfrentar la vorágine electoral de MORENA.
Años de Helí Herrera en el MC con “lealtad ciega” y ha sido difícil que pudiera crecer.

MOVIMIENTO CIUDADANO LUEGO DE MORENA

Solo el MC en la contienda presidencial, dice el profe Carlos Ronzón, quedaría en segundo lugar luego del candidato guinda y marrón.
Así, Dante con el MC quedaría en posición privilegiada pues, de entrada, el suficiente plus electoral para garantizar el triunfo como diputados federales y senadores a montón de feligreses de la capilla y/o el templo y/o la catedral Dantista.
Además, la posibilidad de ganar una que otra gubernatura.
Y diputaciones locales.
Y presidentes municipales que se disputarán en 31 de los 31 estados de la república amorosa.
Más cuando de los partidos opositores, el MC está creciendo, ha crecido, se posiciona más y se vuelve una posibilidad excepcional para convertirse en el segundo partido político más importante del país.
Dante Delgado, hoy, examigo de AMLO, el presidente, el único veracruzano enaltecido en el altiplano, la metrópoli nacional.
Amarga experiencia tuvo Dante con AMLO.
Dante le entregó todo en el año 2006 cuando contendiera ante el panista Felipe Calderón Hinojosa.
Estuvo a su lado en el bloqueo a la avenida Reforma.
Incluso, cuando se declarara presidente legal, interino, Dante le regaló el escritorio presidencial fabricado por unos carpinteros de Veracruz, al parecer de Misantla.
Luego, de pronto, la ruptura entre ambos, sabrá el chamán, el gurú, la bruja, las razones de peso y con peso.
Incluso, antes, mucho antes, trabó relaciones cercanas con el intelectual y escritor, Jorge Germán Castañeda Gutman, para ser lanzado como candidato presidencial, y cuando caminaba bien, también, de pronto, ¡zas!, la caída, la ruptura, la fractura.
Por eso quizá anda tan rejego con la alianza con el PAN, PRI y PRD.
Mejor dicho, nada de pactos, nada de acuerditos por arriba o debajo de la mesa, nada de complicidades.
Solos. Mucho mejor solos.

DANTE Y AMLO SE PARECEN

En el lado de la alianza “Va por México” hay quienes están seguros, ciertos, de que con el MC irían de gane.
Y hasta donde se sabe si bien se sabe, uno que otro enviado especial ha tenido Dante.
Pero en ningún caso ha aceptado.
Va solo.
Una vez más lo está repitiendo.
Podrán, además, acusarlo de todo. Pero simple palabrerío insustancial que nada significa ni trasciende.
Igual, igualito, que muchos políticos de la historia, Dante Delgado tiene mucha, muchísima, demasiada, confianza en sí mismo.
Y está seguro de que va por el buen camino con los astros acomodados a favor y los vientos positivos para que el barco sexenal llegue bien, sin prisa ni sobresaltos, al destino esperado como es el Palacio Nacional.
Y si AMLO es de izquierda, Dante también. Y hasta se podría cavilar sobre los hechos concretos y específicos más izquierdosos de uno y otro.
Terco y tozudo Dante, igual que AMLO. Casado con sus ideas, Dante como AMLO.