La dama del perrito
•Siempre derechita
•Mirarla y admirarla
UNO. El Perrito y la Dama
Es una señora alta y delgada. Brazos y piernas largas que lucen más por el short que usa unos quince, veinte centímetros arriba de la rodilla.
Es de piel blanca y de cabellera larga resbalando sobre la espalda y el pecho.
Luis Velázquez
Tendrá unos cincuenta y cinco años de edad y camina aprisa y de prisa y con prisa porque siempre todas las mañanas, hacia las 7 horas, incluidos sábados y domingos, saca a pasear a su perrito, un french poodle, una raza aparecida en Alemania en el siglo XV, por lo general, un lujo de aristócratas y nobles.
Aristócrata y noble la dama del perrito… que es.
DOS. El perrito se llama Jackson
Siempre camina con su perrito unos 45 minutos. Primero, sobre la avenida para llegar al malecón. Y entonces, toma la banqueta y pasea a su perrito de caminar elegante y cariñoso, juguetón, activo y listo.
Y cuando el perrito camina más de prisa con la brisa marina y el aire limpio de la mañana, sin coches en la avenida, entonces lo llama por su nombre.
¡Despacio, Jackson, le dice, no me tumbes!
Y Jackson disminuye el paso y entonces, los dos, la dama del perrito y el perrito, uniforman los pasos.
TRES. Siempre bien derechita
La señora es amable y si la saludan con unos buenos días, siempre contesta.
Y si únicamente la miran, ella mira con una sonrisa.
Y si le saludan con una ligera, apenas, apenitas, perceptible insinuación de cabeza, ella también inclina la cabeza.
Y sonríe.
Ninguna arruga en las manos ni en el cuello. Y siempre bien derechita. Y por eso mismo, quizá se mira, siente y percibe de mayor estatura.
CUATRO. Siempre solitaria
Ella es puntual. Y cada mañana, a las siete horas aparece en el bulevar.
Y de seguro le gusta mirar el paisaje, la mañana, el amanecer, el Golfo de México, las gaviotas solitarias volando sobre la bahía, pues cada día suele llegar a su destino por una bocacalle diferente.
Siempre camina sola, sin ninguna compañía. Quizá porque Aristóteles aseguraba que caminar es pensar, ordenar el pensamiento, limpiar los pendientes, planear y volver a planear.
Y para tales ejercicios de la mente nada mejor que estar solo.
En el caso, claro, pendiente de su french poodle, que siempre cuando en el bulevar se topa con otros perritos empieza a ladrar y a mover la cola deseando ir al encuentro.
CINCO. Una aristócrata
A temprano hora, desde las 6 horas, aprox., el bulevar suele llenarse de señoras y chicas paseando las mascotas.
Todas, con su bolsita de plástico en la mano y unos guantes de plástico para levantar la popó de los animalitos, a tono con la política ambiental y de los animalistas.
Pero del conjunto de mujeres la dama del perrito sobresale. Su figura alta y delgada, interesante, se impone, solita.
Es una mujer muy elegante. Una noble. Una aristócrata, de seguro.
SEIS. De nuevo vivir
A los 55 años de edad, una persona habrá tenido y usufructuado varias vidas.
Pero como dice el viejito del barrio, “lo que para unos es conocido y viejo, para otros, es desconocido y nuevo”.
De hecho y derecho, como si se volviera a vivir.
Además, nada más atractivo que el misterio en la identidad y la personalidad.
Y en el caso, La dama del perrito es una mujer atractiva que como dijera aquel, mirándola y admirándola se puede soñar.