Y la deja sola la mayor del tiempo… Incluso, el hombre conviviendo y emborrachándose con los cuates, mientras ella, abnegada y sufrida, espera en casa “atrapada y sin salida” en una sórdida y truculenta soledad…

ROMPEOLAS: En aquella búsqueda frenética de la riqueza, la pareja de Mery Streep se topa con una mujer quien lo seduce… Y el marido infiel siente el despertar sexual de su vida y entonces, más condena a la esposa a la soledad… Hasta que de plano ella revienta… Y termina la relación… Más, cuando ella descubre que el marido le ha transmitido la sífilis, la terrible y espantosa enfermedad sexual del momento para la que, inclusa, ninguna cura existía…

ARRECIFES: Robert Redford también anda en África buscando fortuna… Y es soltero… Y galán, playboy, sibarita, a tono, digamos, con su personalidad de siempre… Y en aquella soledad, Mery Streep y Redford se reencuentran… Y el afecto y el cariño amical se transfigura en una pasión descarrilada y volcánica… Pero al mismo tiempo, serena y prudente, cauta, reservada, midiendo posibilidades… Y viven la intensidad de la atracción, el amor y el deseo con acercamientos y distanciamientos… Ella, que lo desea para quedarse en casa… Y él, con el cosquilleo del Rocinante en los talones…

ESCOLLERAS: En medio de aquella soledad y que Mery Streep siente y resiente más porque está más sola que Redford, hay un tiempo de acercamientos y lejanías, vivencias compartidas y nostalgia, vivir los días y las noches de manera frenética y luego del recuerdo… Pero, bueno, finalmente, los dos en Africa se vuelven pareja… Ella, a cargo de un ranchito donde siembra café, y Redford, haciendo negocios… De pronto, la desgracia y el infortunio se juntan para destrozar sus vidas… Por ejemplo, en un tiempo de una cosecha muy buena de la gramínea, una noche las bodegas donde guardan el café se incendian y ella pierde todo, absolutamente todo, quedando en la peor adversidad…

PLAZOLETA: Luego, vaya paradoja de las vacas flacas, Robert Redford, quien para entonces maneja una avioneta para viajar al rancho donde ella vive, pierde el control y la nave aérea se estrella y muere… Y en dos por tres, la soledad se multiplica, avasallante, destructora, implacable, dura y ruda… Ella es firme en su carácter y temperamento, pero, claro, se dobla… Pasado el duelo, decide regresar a su país y regala sus tierras a los indígenas fieles que le han servido…

PALMERAS: Y se trepa en el ferrocarril que pasa por el pueblo apenas, apenitas, con una maleta… Su ropita… Sus pertenencias básicas… Y sus recuerdos latigueantes… Lo peor, la terrible y espantosa soledad… Soledad de afuera y soledad de adentro y que suele carcomer mucho más en la vida humana… Es una bella película cuando Mery Streep y Robert Redford eran jóvenes… Y con mucha experiencia… Hermosos paisajes de África con sus grandes misterios… La ternura de Streep… La elegancia de Redford… Está en Netflix donde el lector puede disfrutarla a plenitud un fin de semana…