En tanto, el PRI hecho una caricatura de sí mismo. Un partido tricolor que desde hace 5 años y medio, ha sido incapaz de aprender a ser oposición en las grandes ligas.
Incluso, bajo sospecha de pactos y alianzas “en lo oscurito” con las tribus guinda y marrón.
El PRD, más desdibujado que nunca. Incluso, igual que en el PRI, hasta deseando cambiar de nombre dado el rechazo electoral de los ciudadanos de a pie.

LUNES
Una oposición, desde ahora…

Si la oposición se integrara desde ahora en un gran frente, primero, podría, quizá, quizá, quizá, posicionarse en las neuronas y el corazón ciudadano.
Segundo, proyectarse y trascender.
Tercero, empalmados en un gran frente opositor, definir a un candidato para la gubernatura.
Y si fuera posible, entonces, yuxtapuesta la oposición, mucho más posibilidad de que pudiera cuajar en el ánimo electoral en las urnas.
Sobre todo, porque en MORENA todavía están indecisos y hasta poniéndose zancadas en el palenque partidista, por ejemplo, el caso del diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, contra la secretaría de Energía, Rocío Norma Nahle García.
Además, un trío de morenistas (Éric Patrocinio Cisneros Burgos, Zenyazen Escobar y Manuel Huerta L. de G.) levantando la mano, pero con tibieza, para anunciar que ellos también aspiran a la candidatura de MORENA a gobernador.
Digamos, y en todo caso, como una estrategia fallida de las tribus guinda y marrón para ver si pueden contrarrestar a Gutiérrez Luna y favorecer a Nahle García.

MARTES
Un policía político, un político policía

Hay un profundo, canijo, enojo social en los doscientos doce municipios de Veracruz.
La inseguridad, la incertidumbre, la zozobra y la impunidad.
(Vaya tiradero de cadáveres. Veracruz, oliendo a tiros, pólvora y sangre. Veracruz feminicida. Veracruz, desempleado y con salarios de hambre. Veracruz, migrante a Estados Unidos. Baja calidad educativa. Pésima calidad de salud. El destino social y económico, cien por ciento incierto, naufragando, hundido).
Y, sin embargo, la oposición a mil, dos mil, tres mil kilómetros de años luz de distancia.
Sin capitalizar la indignación crónica en cientos, miles de hogares.
Niños huérfanos. Parejas viudas. Padres seniles a la deriva social porque les mataron al hijo que llevaba el sustento a casa.
Es más: Igual, igualito, cuando en 1986, el PRI lanzó como candidato a gobernador a Fernando Gutiérrez Barrios, el policía-político, el político-policía, porque el grave pendiente social del Veracruz de entonces era, como hoy, la inseguridad.
Entonces, de entrada, la oposición necesita crear y recrear y lanzar ya, ya, ya, un candidato definido cuya biografía pública, política y social esté ligada a una gran capacidad, experiencia y vivencia para garantizar el Estado de Derecho.

MIÉRCOLES
Un candidato respetado

Un candidato sólido, reconocido por su biografía pública, talento, habilidades, integridad, en la oposición arrasaría en el corazón ciudadano dado el estado de cosas en Veracruz.
Por ejemplo: De acuerdo con Carlos Ronzón, el senador Julen Rementería únicamente es conocido en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y tiene como feligreses de su capilla a “Los Chapitos”, Joaquín Guzmán Avilés, anexos y conexos.
El senador Dante Delgado Rannauro, más ocupado con la candidatura presidencial del año 2024 y ganar algunas gubernaturas.
Incluso, asegurando que su partido ganará la silla del Palacio Nacional a para suceder a su examigo Andrés Manuel López Obrador.
En el PRI, incierto, nublado, oscuro, el amanecer.
Más todavía, apostando a una coalición con otros partidos para ver si sobreviven al 2024, pues así como están (perdió las treinta diputaciones locales y 19 federales el año anterior), si pierden la gubernatura, entonces, ya nada tendrán que hacer en el palenque electoral.
El expriista, morenista ahora, Ricardo Ahued Bardahuil, es el gran mito. Incluso, sus huestes llegaron a deificarlo. Ahora, desinflado.
Más, luego de su paso efímero en la dirección General de Aduanas, con la renuncia inesperada.
Y más, porque en todo caso, “en el país de ciegos el tuerto es rey” y luego de andanada mediática cien por ciento diluído.

JUEVES
Zapatos muy grandes…

Y si el gran pendiente social en el Estado de Veracruz para los 8 millones 150 mil habitantes es la inseguridad, la violencia, la impunidad, entonces, Rocío Nahle García ni tampoco Sergio Gutiérrez Luna, ni menos Éric Cisneros, Zenyazen Escobar y/o Manuel Huerta, llegarían a los talones de Fernando Gutiérrez Barrios.
Tampoco de Fernando López Arias. Ni de Rafael Hernández Ochoa.
Ni de Teodoro A. Dehesa y/o Luis Mier y Terán, en la dictadura porfirista.
En tanto, el clan de los Kennedy de Boca del Río (Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez) juegan cada uno con la posibilidad.
Pero dadas las circunstancias de una oposición definida con un candidato concreto y específico desde ahora para caminar el territorio jarocho, están dejando pasar los meses y los años… que “sabia virtud la de perder el tiempo” dice Renato Leduc en su canción epónima.

VIERNES
De espaldas a la población

Ex presidente de España, Felipe González refería al PSOE, Partido Socialista Obrero Español, su partido, que el problema para remontar en el espacio político era la cúpula dirigente.
El atolladero son ustedes, observaba en una sana autocrítica.
Y es que, aplica el maestro Ronzón, es el caso de Veracruz con los partidos políticos opositores.
Por ejemplo, las mismas tribus políticas de siempre repartiéndose la tajada más grande, como cuando Marlon Ramírez, el presidente del CDE del PRI, aplicó AutoDedazo para imponerse como diputado local pluri, en tanto el tricolor perdía las treinta curules locales y diecinueve de las veinte curules federales en la última elección.
La lucha política en los partidos, entonces, entre los que tienen el control político.
Además, una oposición callada, quizá silenciada. Nulificada a sí misma. Agazapada, acaso por algún pacto oscuro y secreto con el grupo político en el poder sexenal.
En tanto, la población doliente, cargando la cruz en el día con día.
La dura lucha familiar contra el COVID, primero. Luego, la recesión que todavía permanece. Y después, la inflación.
El mismo sueldito para la mayoría de la población, en tanto disparados los precios de la canasta básica.
La necesidad inevitable de llevar el itacate y la torta a casa todos los días.
Y lo peor, ninguna tribu política ocupándose de las emergencias de la vida cotidiana en cada familia.
La búsqueda del poder por el poder mismo y con sentido patrimonialista.